Aunque no seas un experimentado albañil, tal vez tengas en mente realizar alguna pequeña obra en tu casa o jardín. Saber las cantidades correctas para la mezcla de mortero te facilitará la labor y ahorrarás tiempo y dinero.

¿Qué es el mortero?

El mortero es una mezcla de cemento gris, cal, arena y agua, a la que en algunos casos se le puede añadir aditivos.

¿Para qué se usa?

Se utiliza como material de agarre para aparejar elementos de construcción (ladrillos, bloques de hormigón, piedras…), rellenar espacios entre ellos y para el revestimiento de paredes y muros.

¿En qué se diferencia el mortero del cemento?

El cemento es un aglutinante de polvo fino, se hace triturando piedra, arcilla, arena y otros materiales. Muy rara vez se usa solo, únicamente para reparaciones de urgencia o de carácter temporal.

La principal diferencia es que el mortero es una mezcla que incluye cemento, además de otros elementos. Cuando el agua entra en contacto con el cemento, este se activa, se convierte en un material totalmente flexible y sirve como adhesivo.

Proporciones de la mezcla

En primer lugar, es necesario conocer las proporciones de la mezcla teniendo en cuenta que, al tratarse de cantidades proporcionales, estas se pueden duplicar, triplicar, dividir, etc., según la cantidad de mortero que se necesite. Asimismo, hay que tener presente que hablamos de volúmenes, no de peso.

Las proporciones dependen en gran medida del tipo de trabajo a realizar ya que, por ejemplo, no es lo mismo un mortero para colocar ladrillos, que para enlucir paredes o solar un pavimento.

Pero una mezcla básica la obtendremos mezclando una parte de cemento, tres partes de arena y una parte de agua. La cantidad de agua puede variar radicalmente en función del clima, la humedad de la arena y la diversidad de mezclas que se pueden utilizar.

La medida de cada componente no tiene por qué ser excesivamente rigurosa, lo habitual es medir a ojo, pero conviene mantener las proporciones lo más fielmente posible para evitar problemas posteriores como, por ejemplo, la disgregación del mortero, que se produce por un exceso de arena, o las grietas y fisuras, debidas a un exceso de cemento.

¿Cómo se hace el mortero?

El método tradicional para mezclar el mortero es a mano, ya sea en el suelo, en una carretilla o, si la cantidad es pequeña, en un capazo de albañil. Si quieres hacer un mortero debes seguir los pasos siguientes:

  • Mezcla los materiales secos creando una montaña.
  • Cuando la mezcla tenga un tono gris uniforme, abre un hoyo en el centro con la pala y vierte en él una pequeña cantidad del agua
  • Seguidamente, utiliza una pala pequeña para mover enérgicamente la mezcla, recogiendo lo que va quedando seco de los bordes y lanzándolo al agua del centro.
  • Sigue añadiendo el agua restante hasta alcanzar la textura correcta.
  • Mezcla bien durante unos minutos, asegurándote de que todos los ingredientes se distribuyan de manera uniforme para que adquiera la consistencia adecuada.
  • Deja que repose algunos minutos.

Para comprobar si la consistencia es la adecuada, haz en la mezcla unos movimientos ondulantes con la pala. Si las ondas no se hunden ni se deshacen, el mortero está listo.

La mezcla de mortero es muy sencilla de hacer y puede sacarte de más de un apuro, además de ser un básico en los trabajos de albañilería que hagas en tu vivienda. Para evitar cualquier tipo de imprevisto que pueda acontecer en tu casa, recuerda que con el Seguro de Hogar MAPFRE recibirás la ayuda necesaria y a los profesionales adecuados para solucionar el problema.

Morteros prefabricados

En el mercado existen diferentes marcas de mezclas ya elaboradas con las proporciones de cemento y arena correctas según usos, a las que solo es necesario añadirles el agua.

Su coste es algo mayor que comprando los materiales por separado y hacerlo tú mismo, pero merece la pena su adquisición para realizar trabajos pequeños debido a la comodidad de su transporte y a la facilidad de su utilización.