Sin lugar a duda, una de las mejores actividades que podemos realizar, tanto en familia como de forma individual, es el mantenimiento de nuestras macetas o plantas. Si tenemos el privilegio de contar con una zona exterior colindante a nuestra vivienda, un jardín delantero o trasero, es casi imprescindible contar con un espacio destinado a la vegetación que aglutine, de una manera integrada con el diseño, todas nuestras plantas en una misma jardinera de obra corrida.

Hoy aprenderemos cómo construir esta jardinera nosotros mismos con algunos consejos y una descripción paso a paso de todo el proceso.

Fuente: http://bitly.ws/rqY5

Tipos de jardineras

En la actualidad existen multitud de formas y materiales para las jardineras. Desde aquellas que están pensadas para el interior de las viviendas, hasta las que se integran de forma muy orgánica al diseño de nuestro jardín.

Hoy vamos a hablar acerca de las jardineras de exterior fabricadas in situ. Normalmente construidas con materiales de obra convencionales que podemos encontrar en cualquier tienda o almacén especializado. Por su puesto que, con la gran cantidad de opciones actuales del mercado, siempre podemos encontrar alternativas prefabricadas con materiales plásticos como PVC o incluso de piedra o cemento. Sin embargo, creemos que el proceso de fabricarla nosotros mismos es una labor muy interesante y enriquecedora.

Herramientas y materiales para construir una jardinera

Vamos a construir nuestra jardinera utilizando procesos y materiales de obra muy comunes. Como son:

  • Ladrillos de barro cocido macizos
  • Mortero de agarre realizado con cemento, arena fina y agua
  • Paleta metálica
  • Nivel con goma y agua
  • Cuerda para marcar el nivel
  • Cubo o carretilla para mezclar cemento
  • Escoba, trapos húmedos y recogedor
  • Encofrado de madera
  • Metro y lápiz
  • Plástico para agricultura y obra de más de 800 galgas

Fuente: http://bitly.ws/rqYe

Guía paso a paso para construir nuestra propia jardinera de obra

  1. Antes de nada, tenemos que replantear a la perfección dónde vamos a ubicar nuestra jardinera. Incluso deberíamos diseñarla en un papel antes de ponernos manos a la obra. Es muy importante conocer el espacio que disponemos, el tamaño de las plantas que queremos incorporar y sobre todo, sus dimensiones (longitud, profundidad y altura).
  2. Una vez que tenemos claras las medidas, sabremos qué cantidad de cemento tenemos que hacer, cuántos ladrillos serán necesarios e incluso el tiempo que vamos a tener que emplear. En este caso, vamos a plantear la hipótesis de una jardinera pegada a un muro y a dos costados ya existentes y, por lo tanto, solo vamos a levantar el frontal de esta.
  3. Con la ayuda de una estaca de madera o cualquier elemento vertical, sacaremos el nivel de referencia superior. Con un tubo flexible transparente y un poco de agua, sacaremos la altura final de nuestra jardinera. Este proceso para sacar los niveles lo inventaron los romanos hace muchos siglos, pero sigue estando totalmente vigente hoy en día.
  4. Una vez que tengamos nuestro nivel establecido, uniremos ambas estacas con una cuerda que será nuestra guía de referencia de la jardinera acabada.
  5. Ahora comienza el verdadero trabajo, tendremos que fabricar nuestra propia mezcla con cemento, arena y agua, que será la encargada de pegar entre si los propios ladrillos. Con la ayuda de una paleta y un cubo, lo mezclaremos todo hasta conseguir una pasta uniforme y con una consistencia intermedia que nos permita trabajar sin problema.
  6. Colocaremos nuestra primera hilada de ladrillos de manera horizontal, uno al lado del otro sobre una cama de cemento de unos 2-3 cm previamente esparcida a lo largo de toda la fila.
  7. Seguiremos colocando ladrillos, fila tras fila hasta alcanzar la altura que hayamos elegido y que tendremos previamente marcada con nuestra cuerda.
  8. Para la última fila podemos optar por cambiar la disposición de los ladrillos, consiguiendo así, un diseño más atractivo. Colocaremos los ladrillos de canto y sobresalientes hacia fuera para crear un vierteaguas que proteja nuestra jardinera del exceso de agua de lluvia. Para colocar esta última fila de ladrillos, tendremos que recurrir a unos tablones de madera a modo de encofrado para que no se nos caiga mientras se seca el cemento.
  9. Por último, para proteger de la humedad todos los elementos que rodean la jardinera, como lo propios ladrillos o el muro existente posterior, podemos colocar un plástico impermeable de cierta consistencia (mayor de 800 galgas). De esta forma, evitaremos que el agua contenida en la tierra en el momento de regar afecte a nuestra jardinera.
  10. Una vez colocado el plástico, verteremos directamente el abono o tierra natural en nuestra jardinera y acto seguido, podremos plantar nuestras especies vegetales elegidas.

Fuente: http://bitly.ws/rqYp

Cualquier tipo de obra, por pequeña que sea, puede conllevar algún tipo de riesgo, tanto en el momento de su construcción, como posibles patologías posteriores con el paso del tiempo, por eso, es de vital importancia contar siempre con un Seguro de Hogar MAPFRE para que nos asesore en todo momento.

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