En la búsqueda constante de mantener nuestros espacios en óptimas condiciones, a menudo nos enfrentamos con el desafío de tener que renovar la lechada, también conocida como borada, de nuestro suelo. Estas pequeñas líneas de cemento que se encuentran entre las baldosas, aunque suelen pasar fácilmente desapercibidas, también pueden desempeñar un papel crucial en la estética y la integridad de los pavimentos de nuestro hogar.
Si te encuentras en la encrucijada de renovar esta parte tan esencial de tu vivienda, estás en el lugar indicado. En este artículo, exploraremos paso a paso cómo renovar la lechada del suelo, así como consejos útiles para garantizar un resultado impecable.
¿Cuál es la más adecuada para ti?
Antes de sumergirnos en el proceso de renovación, es importante comprender los diferentes tipos de lechada o borada disponibles en el mercado. Desde la lechada cementosa tradicional hasta las opciones más modernas como las epoxi y las que contienen poliuretano, cada tipo nos ofrece características únicas en términos de durabilidad, resistencia a las manchas y facilidad de aplicación.
Las lechadas de cemento mezclado con materiales elásticos son perfectas para absorber los posibles movimientos de dilatación y compresión que se producen en los materiales cuando quedan expuestos a los cambios de temperatura que se producen en las distintas estaciones del año.
Para seleccionar la lechada adecuada, tendrás que tener en cuenta diversos factores como el tipo de tráfico que vaya a experimentar nuestra zona en cuestión, la humedad del ambiente, si se trata de un pavimento interior o exterior y por supuesto, la estética general que desees conseguir.
Blanquear las juntas
Si nuestra lechada no está en mal estado ya que no se está descomponiendo, sino que, debido a la suciedad, tan solo ha ido perdiendo su color blanco al cabo de los años, podemos optar simplemente por aplicarle un tratamiento blanqueador para devolverle su color original.
Para ello podemos utilizar un producto especial para blanquear juntas que podremos encontrar en cualquier tienda especializada en materiales de construcción. Lo podemos encontrar con su propio aplicador integrado o con un pequeño pincel.
Al terminar, recuerda limpiar los restos del blanqueador que puedan ensuciar la superficie de las baldosas antes de que se seque.
Paso a paso: renovando la lechada del suelo
Paso 1. Preparación del área
Antes de nada, comienza limpiando a fondo el suelo y eliminando cualquier posible residuo de la antigua lechada. Utiliza una herramienta adecuada, como un cepillo de raspado o una pequeña radial con un accesorio de eliminación de lechada, para asegurarte de eliminar completamente la lechada antigua y dejar las juntas de las baldosas lo más limpias y niveladas posibles.
Paso 2. Selección de la nueva lechada
Una vez que tengamos el área totalmente limpia y preparada, tendremos que elegir la nueva lechada o bordada que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias. Asegúrate de seguir siempre las instrucciones del fabricante para preparar la mezcla correctamente, garantizando así un acabado duradero y de calidad.
Paso 3. Aplicación de la lechada
Utiliza una llana de goma o una espátula para aplicar la lechada de manera uniforme sobre las juntas de las baldosas. Asegúrate de presionar la lechada firmemente en las juntas y de eliminar cualquier exceso realizando movimientos diagonales en la aplicación.
Paso 4. Limpieza final
Después de que la lechada haya comenzado a fraguar, utiliza una pequeña esponja húmeda para limpiar suavemente la superficie de las baldosas y eliminar cualquier residuo de lechada. Evita mojar demasiado las juntas para evitar que la lechada recién aplicada se estropee.
Paso 5. Sellado opcional
Dependiendo del tipo de lechada que hayas utilizado, considera la posibilidad de aplicar un sellador de lechada para proteger aún más las juntas de la humedad, las manchas y el desgaste general. En todo caso, sigue las instrucciones del fabricante para obtener los mejores resultados.
¿Cómo evitar que se deteriore?
Al renovar la lechada del suelo, es importante no solo centrarse en la estética, sino también en la funcionalidad y la durabilidad a largo plazo. Utiliza materiales de calidad y presta atención a la técnica a la hora de la aplicación para garantizar un resultado impecable. Recuerda también realizar un mantenimiento regular de tus suelos para prolongar su vida útil y mantener su estética intacta.
Para evitar que la lechada se deteriore rápidamente, evitar mantener el suelo mojado durante largos periodos de tiempo y no utilices agua a presión para limpiar el suelo, y si tienes que hacerlo para limpiar alguna mancha en concreto, evitar apuntar directamente a las juntas.
Antes de empezar con la renovación de la lechada del suelo, piensa en la seguridad de tu hogar a largo plazo. Contrata un Seguro de Hogar MAPFRE para que te ofrezca la tranquilidad necesaria ante cualquier imprevisto que pueda producirse en las labores de mantenimiento de tu vivienda.