Los muebles de madera natural que no tienen acabado, bien porque ha desaparecido con el paso del tiempo o porque son nuevos y vienen sin capa protectora, presentan todas sus características originales, es decir, sus vetas y poros. Si no se sellan, cuando apliquemos el tratamiento posterior, éste no agarrará bien y, además, no impedirá que la madera absorba humedad y suciedad. Por eso, es importante tapar los poros y vetas de la madera.

Existen maderas de veta cerrada (como la haya o el arce) y abierta (como el roble o el fresno). Estas últimas tienen los poros más profundos y grandes, por lo que no bastará con sellar, sino que previamente habrá que rellenarlos. Por ello, en el primer caso se usan productos líquidos, y en el segundo, tapaporos en pasta.

Preparación previa para tapar las vetas de la madera

Lo primero que debes hacer, sea como sea la madera, es lijar hasta que se vea la madera original y quede muy lisa.

Si la madera es muy áspera o irregular, empieza usando una lija de grano grueso, y ve cambiándola gradualmente hasta una lija más fina para conseguir un acabado más preciso. Lija en el sentido de la veta de la madera para evitar que se formen marcas de remolino.

Después, limpia toda la superficie para que quede libre de grasa, polvo o suciedad.

¿Qué sellador elegir?

Una vez lijada la madera es el momento de aplicar el sellador. En el mercado existen varias opciones, cada una de las cuales responde a un tipo de madera y a su uso en interior o exterior:

Masilla o tapaporos

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Si la madera es de veta abierta, es decir, las grietas y poros son grandes y profundos, antes de aplicar el sellador debes usar un tapaporos, un material inerte que contiene aglutinante y sólidos finamente molidos que, al introducirse en los huecos y fisuras, hace que se mantenga unido. Además, como es inerte, no se encoge, haciendo que la madera se vea lisa aún con el paso del tiempo.

Puede estar hecho a base de agua o de petróleo: el primero se usa en interiores y el segundo, en exteriores.

¿Cómo se usa?

Se aplica el producto sobre la madera, se deja secar el tiempo que indique el fabricante y se lija suavemente. Después, se repite la operación para dar una segunda capa.

Sellador nitrocelulósico

Algunos cedros y maderas como el cocobolo, palo de rosa o madera negra africana, contienen antioxidantes que impiden la penetración de los acabados fabricados a base de aceite. Para estos casos, los selladores nitrocelulósicos son una excelente solución.

Estos selladores a base de resinas nitrocelulósicas llenan los poros y grietas de la madera ofreciendo una gran adherencia, flexibilidad y tersura. Se usan en muebles que no vayan a ser expuestos a la intemperie o a una humedad permanente.

¿Cómo se usa?

El sellador debe diluirse en agua según especificaciones del fabricante, y se aplican tantas capas como se necesite. Estas deben ser delgadas, dejando entre una y otra un tiempo de secado de una hora, aproximadamente.

Sellador para madera de lijado

Las maderas esponjosas, como la del álamo, absorben una gran cantidad de sellador nitrocelulósico antes de que se empiece a formar una película. Por eso, para este tipo de maderas lo mejor es usar un sellador de lijado a base de estearato de zinc.

¿Cómo se usa?

Extiende el producto con ayuda de una almohadilla abrasiva para que la madera absorba la mayor cantidad de sellador posible. A medida que vayas extendiéndolo, ve limpiándolo con una toalla. Cuando se vea que la aplicación es homogénea, deja secar el tiempo que indique el fabricante.

Con los tapaporos y selladores para madera, tus muebles resistirán mejor el paso del tiempo. Pero si sufren algún percance como consecuencia de humedades, un incendio, etc., el Seguro de Hogar MAPFRE te ayudará a minimizar las consecuencias.