Un cortocircuito se produce generalmente cuando dos conductores de polos opuestos entran en contacto entre sí por fallos en el aislante.
¿Cuál es la causa de un cortocircuito?
Esta situación la pueden originar diversas causas: instalaciones o mecanismos eléctricos defectuosos, un aparato averiado, el contacto de conductores o mecanismos con el agua, reparaciones mal hechas, conexión de un aparato de distinto voltaje al de la instalación, etc.
También se puede producir por sobrecarga eléctrica al conectar varios aparatos a una misma toma de corriente (los llamados «ladrones»).
El cortocircuito produce generalmente una pequeña explosión, aunque hay algunos tipos de cortocircuito en los que esto no sucede.
¿Cómo saber si se ha producido un cortocircuito?
El signo más evidente de que se ha producido un cortocircuito es la bajada del interruptor automático o magnetotérmico que se halla en el cuadro general de mando y protección de la vivienda y controla la llegada de electricidad al circuito en el que se ha producido el cortocircuito. Hay que advertir, no obstante, que a veces estos pequeños interruptores magnetotérmicos se disparan no por un cortocircuito, sino por sobrecargas de energía, por lo cual es importante determinar la causa exacta que ha provocado su disparo.
Antiguamente, las instalaciones eléctricas estaban protegidas por «plomos», que no son más que fusibles conectados en serie en la línea, formados por un hilo de plomo que se funde ante un aumento repentino del paso de una determinada corriente. Para rearmar el circuito, se cambiaba el hilo fundido. Como actualmente quedan muy pocas viviendas con este tipo de protección, nos centraremos exclusivamente en los pequeños interruptores automáticos (PIA).
¿Cómo actuar?
Lo primero que hay que hacer cuando se ha producido un cortocircuito es ir al cuadro eléctrico y comprobar cuál es el interruptor automático que se encuentra bajado para saber cuál es el circuito afectado. Cada interruptor suele tener un letrero en el que se indica qué circuito de la vivienda le corresponde.
Identificado el interruptor automático desconectado, se procede a rearmarlo. Si salta de nuevo, indicará que existe un problema en el cableado del circuito o en alguno de los aparatos conectados a él.
Avería en un aparato eléctrico
Lo más sencillo es comprobar en primer lugar si se trata de alguno de los aparatos conectados al circuito afectado. Para ello, se desenchufan todos los aparatos que estén conectados a él. Seguidamente, se rearma el interruptor automático en el cuadro de mando. Si este se mantiene conectado y no salta, es que el problema está en alguno de los aparatos que estaban conectados a dicho circuito.
Para comprobar cuál es el aparato que provocó el cortocircuito, se enchufan de uno en uno todos los aparatos. Cuando se conecte el aparato averiado, el interruptor saltará de nuevo y así se sabrá qué aparato es el causante del problema.
En este caso, hay que hacer una inspección básica del cable de alimentación del aparato para comprobar si se ha derretido su aislante de plástico, o si la clavija del enchufe está quemada. Si están aparentemente en buen estado, la avería la tendrá seguramente en su interior y habrá que llevarlo al servicio técnico.
Avería en el cableado eléctrico
Si, por el contrario, una vez desconectados todos los aparatos se procede a rearmar el interruptor y este salta de nuevo, indicará entonces que la avería no está en los aparatos sino en el cableado eléctrico de la casa o en alguno de los mecanismos.
Llegados a este punto, poco puede hacer un lego en la materia dada la complejidad del asunto y la peligrosidad que puede entrañar la manipulación de conductores y mecanismos eléctricos sin tener un amplio conocimiento sobre el tema.
No obstante, si se tienen conocimientos de electricidad, se toman las adecuadas medidas de seguridad y se sabe manejar un tester o multímetro, se puede intentar localizar el punto donde está el cortocircuito.
Para ello, se apaga el circuito, es decir, se desconecta el interruptor, y con la ayuda del tester y un cable largo, se comienza a verificar por secciones la continuidad de los conductores del circuito averiado, comenzando por el último enchufe del circuito hasta llegar al cuadro de mando donde están los interruptores, para ir descartando cada área implicada en el circuito problemático.
Es un trabajo tedioso que, además de conocimientos y adoptar las medidas de seguridad adecuadas, requiere paciencia y tiempo.
Por último, es necesario insistir, una vez más, en la peligrosidad que representa el manejo de la electricidad por parte de personas inexpertas. Por lo tanto, para evitar los graves accidentes que tales personas pueden provocar -poner en peligro la propia vida o la de sus familiares, o causar con su impericia daños más graves y costosos de reparar-, lo más práctico y prudente en estos casos es acudir a un electricista profesional que reparará la avería con total garantía y seguridad.
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