¿Qué es un inodoro seco y cómo funciona?
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El inodoro seco no usa agua, lo que facilita su instalación y permite ahorrar este preciado bien natural. Sin embargo, los sanitarios tradicionales siguen ganando la batalla en instalación y popularidad tanto en espacios públicos como privados. Descubre cómo funcionan, tipos y ventajas.
Características de los inodoros seco
No es difícil imaginar que un inodoro seco recibe este nombre porque efectivamente no requiere agua para ser usado. Esto repercute directamente en dos detalles que le hacen diferente a los váteres tradicionales: son ecológicos y respetuosos con el medio ambiente; además de permitirte máxima libertad en el lugar de instalación. Son el tipo de váter que quizás hayas visto y/o usado en fiestas populares o verbenas que se instalan en casetas individuales en la calle.
El sanitario seco y ecológico en diseño y aspecto se asemeja mucho al váter tradicional, aunque algunos son un poco más voluminosos. La parte externa es semejante en diseño para facilitar el uso a cualquier persona. Sin embargo, carecen de tanque de agua o cisterna ya que en ningún caso usan agua. En su lugar bajo el inodoro seco se instalan en los modelos más populares dos depósitos enterrados donde se acumulan los excrementos que se transforman en compost que posteriormente puede utilizarse en huertos o jardines.
¿Cómo funciona un retrete seco?
Inmediatamente surge la duda al investigar sobre los inodoros secos ¿cómo se eliminan heces y orina, si el agua no se encarga de arrastrarlo hasta la red de aguas residuales?
Los inodoros secos cuentan con dos depósitos bajo la zona externa. Cuando se usa el retrete, automáticamente los excrementos caen en uno de los depósitos, despareciendo de la superficie. Estos depósitos deben estar perfectamente sellados, impermeabilizados e instalados por un profesional para evitar problemas de fugas que además de malos olores podría contaminar de forma fatal los alrededores del depósito.
Los contenedores bajo el váter seco se encargan de almacenar y también descomponer todo el residuo biológico que le llega desde el sanitario. Están completamente secos y permiten que con el paso del tiempo –el que tarda en llenarse el depósito- y de forma totalmente natural los desechos se conviertan en compost ecológico y de gran calidad.
Lo más común es que los diferentes modelos de váteres ecológicos secos tengan dos contenedores independientes. Se llena primero uno y luego, el otro. Por lo general, se calcula que el primero de ellos tarda en estar completo seis meses y el otro, otros tantos; por lo que de cara al mantenimiento, el usuario debe calcular que necesita vaciar estos espacios y extraer el compost cada año, más o menos.
Tipos de inodoros secos
La innovación más verde y ecológica continua mejorando las funciones y la forma de uso de los váteres secos para que sean una opción en muchas más casas y viviendas, pues actualmente no son los más usados.
Hay dos tipos esenciales de inodoros secos según la forma de descomposición prevista para los residuos. Es decir, según como el depósito esté previsto para colaborar en convertir en abono o compost los excrementos biológicos.
Tipo 1 de inodoro seco: deshidratación
El retrete seco o baño seco que usa la deshidratación contiene en sus depósitos secantes u usar productos –nunca tóxicos- para conseguir que los residuos se deshidraten por completo durante el tiempo que están en la cámara, se ayuda además del calor y la ventilación existente entre los dos espacios acumuladores. Cuando se sacan para su vaciado, se obtiene materia totalmente seca para usar como compost.
En el caso de los baños secos que utilizan el método de deshidratación el problema puede ser la orina que en principio ralentiza el método de secado aportando humedad que en este caso no es ventajosa, sino todo lo contrario. Existen formas de desviar la orina hacia otro depósito para evitar este problema.
Tipo 2 de inodoro seco: con elementos naturales
Este tipo de váteres se denomina también composteros y están especialmente indicados para casas de campo o para lugares en los que se pueda usar de forma directa el compost generado por el retrete.
En este caso los contenedores del váter tienen elementos naturales –restos de frutas, verduras u hortalizas- que contienen las bacterias y microorganismos necesarios para provocar la descomposición de las heces y convertirlas en compost ecológico durante el tiempo que están almacenadas bajo la taza seca. En este caso también se tienen en cuenta la ventilación y la temperatura ambiente que influye directamente en el proceso y en su tiempo.
Ventajas de los inodoros secos
El uso en cuanto a mantenimiento y vaciado puede ser la principal desventaja de instalar un inodoro seco en una ciudad o entorno urbano donde no es sencillo poder usar el compost en jardín o huerta. Sin embargo, salvando este problema y especialmente en entornos rurales, este tipo de sanitarios reúne interesantes ventajas para sus usuarios.
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Fácil instalación.
No requiere una instalación compleja ya que no depende de una toma de agua ni bajante principal que lleve a la red de aguas residuales. La ubicación del retrete se libera notablemente y puede colocarse en habitaciones, transportes o espacios abiertos, sin estar cerca ni próximo a estas tomas. No obstante, se recomienda contar siempre con un fontanero especializado en este tipo de inodoros, si estás pensando en ponerlo dentro de tu vivienda.
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Ahorro en el consumo de agua.
El gasto de agua en el váter seco es cero. Lo que se nota en la factura del suministro de agua del hogar, se consigue ahorro personal en la economía doméstica y cuidado del medio ambiente puesto que no se precisa gastar el recurso natural y finito que es el agua.
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Abono ecológico
El ahorro de agua ya hace que el váter seco sea 100 por cien ecológico, pero además la reutilización directa de los excrementos –reciclaje- que se convierten en abono completa las ventajas medioambientales de este tipo de sanitario.
Los inodoros ecológicos son ideales para espacios rurales como casas de campo, también cuando hay que instalar sanitarios ambulantes o no fijos y no se cuenta con tomas de agua ni acceso a la red de aguas residuales de la zona. Un último detalle: si te preguntas por el precio, lo cierto es que hay modelos realmente económicos que no superan los 300 euros.
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