A primera vista observando la forma de las remachadoras podemos decir que son similares a unas pinzas. Aun así podemos encontrarlas de diferentes tamaños, que pueden oscilar entre las más pequeñas hasta las que se utilizan en las fábricas, que incluso pueden llegar a pesar hasta 100 kg.
¿Qué usos tiene una remachadora?
Una remachadora se utiliza habitualmente para unir dos piezas a través de un remache que queda fijo, tal como su propio nombre indica. Son muy frecuentes en talleres de mecánica o carpintería, aunque también existen otros modelos para usar en casa.
En función de las piezas que necesitemos unir, tendremos que elegir un tipo u otro, al igual que el tamaño de los remaches.
Diferentes tipos de remachadoras
Algunos de los tipos de remachadoras que podemos encontrar en el mercado son:
- Remachadora de mano: es una de las más conocidas, ya que es la que más se utiliza en casa o en los talleres de carpintería. También se denomina remachadora pop.
- Remachadora de acordeón: este modelo también es manual, aunque según sus características sólo se puede utilizar para remaches que tengan un tamaño determinado.
- Remachadora de pinza en C: este tipo se acciona mediante un pedal y se suele utilizar junto a una bomba oleoneumática. Esta remachadora es muy específica, ya que también cuenta con dos buterolas que permiten hacer diferentes acciones, como por ejemplo quitar remaches, avellanar, perforar una chapa de aluminio, etc.
- Remachadora T-columna: es una de las más pesadas, pudiendo superar los 100 kg. Al igual que la anterior, también tiene un pedal, aunque en este caso es de accionamiento neumático. Esta máquina usa aire comprimido y una serie de válvulas, que hacen posible que se regule la presión.
- Remachadora de bancada: es muy similar a la anterior, aunque con un peso inferior (60 kg aproximadamente). Esta remachadora de bancada tiene una punción intercambiable.
Sabiendo exactamente qué es esta herramienta y los tipos que existen podremos utilizarla para los trabajos que necesitemos.
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