La pintura no dura eternamente y pese a que estemos contentos con la neutra pintura blanca de nuestra casa, esta puede deteriorarse con el tiempo. Por eso, de vez en cuando, y sobre todo, si nuestra pared acumula ya varias capas de pintura, es recomendable retirar la pintura de la pared cada quince o veinte años. De esta forma, siempre tendremos una pared limpia y sana.
Es muy tentador, a veces, intentar pintar encima, pero, sin embargo, según el estado de la pintura, esto puede ser un gran error. Hoy aprenderemos, en nuestra guía paso a paso, cómo retirar las capas de pintura antigua de la pared antes de pintar.
Herramientas necesarias
Las herramientas que utilizaremos son muy comunes y de fácil alcance en cualquier ferretería. Únicamente necesitaremos:
- Una lija manual de varios granulajes
- Una lija eléctrica
- Plástico protector de pintor
- Decapante para pintura
- Una espátula
- Trapo húmedo
Guía paso a paso
El proceso es muy fácil e intuitivo, pero es importante seguir el orden establecido para conseguir el mejor resultado posible.
- En primer lugar, despejaremos la zona de trabajo de todo tipo de muebles u obstáculos. De esta forma, además de tener una superficie más amable para trabajar, conseguiremos proteger todos nuestros bienes de manchas y suciedad.
- Colocaremos un plástico en el suelo a lo largo de toda la pared en la que vayamos a trabajar. Con el único fin de favorecer la posterior limpieza del sitio, una vez hayamos acabado.
- Empezaremos a lijar la pared. Tendremos que utilizar la lija eléctrica o la manual dependiendo del estado de la pintura a retirar. Si se trata de pintura con cierta textura, como el gotelé, es imprescindible usar la lija más gruesa que tengamos a nuestra disposición. Al igual que si nuestra casa está pintada con pintura al temple, siempre va a ser totalmente necesario retirarla antes de pintar encima, ya que su composición a base de polvo y agua, no admite pintarla sin retirarla primero.
- Una vez lijada toda la superficie, pasaremos a limpiar toda la zona con la ayuda de un paño húmedo para retirar todas las motas de pintura que se hayan adherido a la pared durante el proceso.
- Con la pared limpia, podremos utilizar el decapante. Tendremos que aplicarlo con un paño limpio y seco. Este producto necesita varios minutos para actuar correctamente y es muy importante seguir las indicaciones del fabricante que veremos en el bote del producto.
- Una vez pasado el tiempo necesario, veremos como la pintura empieza a descomponerse y a adquirir una textura rugosa. Entonces sabremos que el decapante ha hecho bien su trabajo.
- Ahora es el momento de retirar toda la pintura vieja. Es posible, si la pintura estaba muy deteriorada, que haya zonas con imperfecciones y desconchones muy visibles. En estos casos, tendremos que retirar todas esas zonas con la ayuda de una espátula o con nuestra propia mano si lo vemos factible.
- Cuando hayamos retirado todas las partes de pintura en mal estado, tendremos que volver a limpiar la pared y retirar por completo los restos de decapante con un paño húmedo y posteriormente con uno seco.
- Para dejar la pared lo mejor posible es necesario volver a lijarla. Esta vez utilizando una de grano fino. De esta forma acabaremos con todas las imperfecciones y conseguiremos una superficie totalmente lisa para poder pintar.
- A continuación, volveremos a retirar las motas de polvo y pintura que hayamos generado con el último paso de lijado y tendremos lista nuestra pared para poder pintar.
- Por último, ya podremos pintar la pared como queramos. Hemos conseguido una superficie limpia y sana. Ahora, cualquier tipo de pintura o estucado es totalmente posible.
Retirar las capas antiguas de pintura de las paredes es un proceso sencillo pero muy laborioso. Implica tiempo y algo de esfuerzo por nuestra parte, y por supuesto, nunca estamos exentos de que exista cualquier tipo de percance en el proceso, por eso, siempre es necesario contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos ayude a estar más tranquilos en cualquier tipo de trabajo que desempeñemos en la vivienda.