Si quieres cambiar por completo el aspecto de una habitación y llenarlo de matices y alegría, te interesa conocer la técnica del esponjado. Además de ser muy divertida. Su aplicación no puede ser más sencilla, cualquiera puede hacerlo y dejar volar su imaginación para crear impresionantes diseños en cualquier habitación de tu casa.

En qué consiste la técnica del esponjado

Se trata de una técnica de pintura muy rápida que te permitirá aportar textura, profundidad y matices a cualquier espacio de tu hogar. Su metodología es muy sencilla, tan solo deberás impregnar una esponja natural en pintura de un tono diferente al de la pared y así lograr un efecto único. A pesar de su sencillez, vamos a explicarte paso a paso cómo debes hacerlo.

Es una técnica muy versátil que podrá aplicarse sobre paredes de todo tipo, ya sean estas de yeso, de cerámica o madera, teniendo en cuenta que siempre deberás usar una pintura adecuada para pintar en este tipo de superficies. Podrás aprovecharte de la textura que proporcionará a las paredes para cubrir imperfecciones en estas.

El acabado final dependerá de los colores usados y de la esponja que uses, podrás combinar diferentes tipos utilizando poros más grandes o más pequeños para ello. El límite lo pones tú y tu imaginación.

Para realizar este tipo de técnica es necesario que se aplique una base de pintura lisa, que siempre deberá ser de un color más claro que el tono que utilices para realizar el esponjado. Así mismo, aunque puedes usar tanto esponjas naturales como sintéticas, las primeras son las más recomendables. En cuanto a la pintura, la mejor opción es que te decantes por una acrílica

Qué materiales necesito

Aunque ya te hemos dado algunas claves para poder realizar la técnica del esponjado, necesitarás una serie de materiales para poder llevarlo a cabo:

  • Bandeja para pintar
  • Esmalte transparente
  • Esponja natural
  • Guantes
  • Pintura acrílica con algo de brillo para el fondo: debes elegir un tono claro
  • Pintura acrílica con un tono más oscuro que la de fondo
  • Rodillo
  • Trapos

Con todos estos materiales ya estás preparado para comenzar a decorar tu pared.

La técnica del esponjado paso a paso

  • En primer lugar, deberás revisar la pared que vas a pintar y comprobar qué imperfecciones y agujeros se pueden corregir usando masilla.
  • Tras ello, pinta la pared con el color elegido usando el rodillo y deja que esta se seque siguiendo las instrucciones del fabricante, por lo general, el tiempo de secado óptimo será de unas 24 horas. Recuerda ventilar correctamente la estancia para evitar intoxicaciones y poder trabajar más seguro.
  • Transcurrido este tiempo es el momento de comenzar la parte divertida. Hazte con un recipiente para pintura y mezcla cuatro partes de esmalte transparente con un parte de pintura acrílica del color más oscuro. Dependiendo del tono que estés buscando deberás añadir más o menos colorante.
  • A continuación, moja con agua la esponja y sumérgela de forma parcial en el cubo con pintura. Para que el efecto sea el deseado y no aparezcan chorretones retira el exceso de utilizando un trapo limpio. Ahora y empezando por una de las esquinas da pequeños toques con la esponja sobre la superficie de la pared.
  • Puedes realizar las manchas a la distancia que quieras y rotar la esponja para conseguir crear efectos distintos con cada pulsación. Estas impresiones siempre deben ser realizadas con pequeños toques sin imprimir demasiada fuerza sobre ellos ni arrastrar la esponja por la superficie.
  • Repite la acción de recargar la esponja con pintura tantas veces como sea necesario hasta que cubras toda la superficie de la pared que hayas elegido. Es recomendable que cuentes con otra esponja de un tamaño más pequeño para poder realizar las impresiones en las zonas más difíciles como pueden ser las esquinas. Ya está, ahora deja secar durante 24 horas y ya está.

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