Preparar un dormitorio para la futura llegada de un nuevo miembro de la familia siempre es motivo de ilusión y sinónimo de preparativos. Lo primero de todo es elegir el color de las paredes del dormitorio infantil, ya que es el paso inicial para la elección de los tonos del resto de muebles y accesorios de la habitación.
Indudablemente es una cuestión muy personal, pero, sin embargo, existe una serie de recomendaciones comunes para cualquier elección. Por ejemplo, siempre es aconsejable utilizar tonos claros que transmitan paz y serenidad, así como tonos coloridos, pero siempre en su versión pastel.
Paredes blancas
Los tonos blancos son una elección muy flexible que nos permiten combinar cualquier tipo de decoración, tanto de mobiliario, como de los tonos para el suelo. También se trata de un color neutro que podemos mantener intacto con el paso de los años, sin necesidad de repintar el dormitorio cuando el niño crezca y quiera desvincularse de los colores infantiles. Sin embargo, debemos tener en cuenta que se trata de un tono muy sufrido y susceptible de manchas y suciedad.
A cambio, conseguiremos ampliar el espacio inmediatamente, así como dotar de cierta luminosidad a dormitorios sin mucho acceso a la luz natural.
El beige siempre es un acierto
Sin lugar a duda, los tonos beiges son los más utilizados en la mayoría de los casos. Se trata de un color muy amable al que la luz siempre le favorece. Incluso si no contamos con mucha luz natural en la habitación, el beige conseguirá resaltar la poca que tengamos de una manera muy sutil. Al igual que el blanco, es un color muy atemporal que podremos mantener indemne con el transcurso del tiempo y ayuda a crear una sensación amplitud para sacar partido a una habitación infantil pequeña.
Combina estupendamente con detalles en cualquier color pastel creando ambientes muy agradables. Sin llegar a condicionar el diseño del dormitorio alrededor de un solo color.
El azul celeste y rosa palo
Siempre ha existido el estigma de que los colores tienen género, pero hoy en día sabemos que eso no es así. Los colores son transmisores de emociones y tanto el azul como el rosa, siempre en sus versiones más claras o pastel, son perfectos para un niño o una niña indistintamente de su sexo.
Ambos son ideales para los primeros compases de la vida de un bebé porque son estimulantes y en cierta forman incentivan la curiosidad para seguir conociendo otros colores por contraste.
Detalles en color topo para dotar personalidad
Aunque a primera vista pueda parecer un color oscuro y no asociado a dormitorios infantiles, el color topo es una estupenda elección para utilizar de fondo en una pared singular o un rincón de juegos. Se trata de un tono fácil de combinar con un mobiliario colorido o incluso con el resto de las paredes blancas o beiges.
Se suele utilizar mucho para singularizar la pared de la cama a modo de cabecero. Además, el topo consigue ser un color muy cálido y agradable al combinarse con una luz de las lámparas de la mesita de noche.
El papel pintado, color y decoración
Si lo que buscamos es conseguir una mayor expresividad en el dormitorio, podemos combinar tonos neutros con alguna pared colorida y estampada con la ayuda de un papel pintado con temática infantil.
Podemos encontrarnos con diseños y posibilidades infinitas, desde aquellos que son prácticamente un dibujo plasmado en la pared, hasta aquellos que se basan en una sutil decoración a través de un mosaico.
Indistintamente, tenemos que ser especialmente cuidadosos en la elección del resto de elementos que participan en el diseño del dormitorio, porque si no, podemos caer en el error de terminar con una habitación con una amalgama de colores que no conseguirán ningún tipo de serenidad, tan necesaria en el día a día de un niño.
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