Las fachadas ventiladas son uno de los sistemas constructivos más eficientes en cuanto aislamiento térmico y eficiencia energética. Pero son uno de los grandes desconocidos del sector de la construcción. En este artículo, exploraremos en detalle qué son las fachadas ventiladas, cómo actúan como aislantes y cuáles son las principales ventajas e inconvenientes.

¿Qué es una fachada ventilada?

Una fachada ventilada es un sistema de revestimiento exterior compuesto por varias capas que se van colocando dejando una separación entre el muro de cerramiento del edificio y la capa exterior.

Este espacio intermedio permite la circulación de aire, creando una cámara ventilada entre ambas capas que funciona como barrera natural y que regula la temperatura del interior del edificio, permitiendo la entrada de aire frio por la parte inferior y disipando el aire caliente por la parte de arriba.

Por lo tanto, esta cámara de aire consigue actuar como un aislante tanto del calor en verano como del frío en invierno, ayudando a reducir la demanda de climatización.

Por lo tanto, las fachadas ventiladas están compuestas por una subestructura ligera, normalmente metálica, que ancla y sujeta las piezas de acabado al cerramiento interior del edificio, y en función de la separación de la capa exterior del cerramiento interior, la cámara de aire será más o menos gruesa.

Estas piezas de acabado pueden ser de diversos materiales, desde cerámicos, hasta metálicos, piedra natural o incluso madera.

¿Cómo funciona una fachada ventilada?

El principio de funcionamiento de las fachadas ventiladas es sencillo, pero altamente efectivo. La capa exterior del sistema protege al edificio de las inclemencias directas del clima, como la lluvia, el viento o la nieve, mientras que la cámara de aire actúa como una especie de colchón térmico. El flujo de aire continuo que se produce en dicha cámara de aire ventilada impide que el calor se acumule en verano, y al mismo tiempo, evita que el frio penetre directamente en el interior en invierno.

Este sistema de circulación de aire también ayuda a prevenir la condensación y la aparición de humedad, lo que puede ser realmente útil en climas húmedos como en el norte de España.

¿Dónde se pueden instalar las fachadas ventiladas?

Se trata de un sistema muy versátil y se pueden instalar en una amplia variedad de edificios, desde viviendas unifamiliares hasta bloques de apartamentos, comerciales o de oficinas.

Es especialmente recomendable en zonas con climas extremos y también son ideales para proyectos de rehabilitación, donde se busca mejorar la eficiencia energética de construcciones antiguas.

Ventajas e inconvenientes de las fachadas ventiladas

Ventajas

  • Eficiencia energética. Las fachadas ventiladas mejoran el aislamiento térmico, reduciendo significativamente el consumo energético de calefacciones y aire acondicionado.

  • Versatilidad de materiales. Existe un amplio catálogo de materiales, acabados, texturas y colores para el revestimiento final que aporta la estética del edificio.

  • Protección contra humedad. La cámara de aire permite la evaporación de humedad, protegiendo directamente al resto del edificio, incluyendo sus paredes, techos y estructura portante.

  • Mejora estética. La colocación a posteriori de una fachada ventilada en la rehabilitación de cualquier edificio ofrece una renovación estética importante en la apariencia del edificio, pudiendo modernizar fachadas deterioradas con mucha facilidad.

Inconvenientes

  • Precio. El precio de las fachadas ventiladas puede ser más elevado en comparación con otros sistemas tradicionales. El coste puede variar según los materiales de fachada utilizados; por ejemplo, una fachada ventilada de paneles de composite o cerámicos será siempre más económica que una de piedra natural. En todo caso, el precio medio puede rondar los 100-200 €/m2.

  • Instalación compleja. Requiere un proceso de instalación especializado que debe ser llevado a cabo por profesionales.

Tipos de materiales para fachadas ventiladas

  • Fachada ventilada de piezas cerámicas. Se trata de una solución muy popular por su resistencia a la intemperie y su facilidad de mantenimiento. Ofrecen una amplia variedad de acabados y colores.

  • Fachada ventilada de paneles de composite. Se trata de unas piezas muy ligeras y con grandes propiedades de aislamiento, aunque se trata de paneles muy finos, de apenas 0,5 mm de espesor de las láminas exteriores y de 3mm de espesor el núcleo. Podremos elegir también una amplia gama de colores.

  • Fachada ventilada de piedra natural. Aportan un aspecto sólido, firme y tradicional. La colocación de las piezas de piedra tiene que llevarse a cabo a través de sujeciones mecánicas y las piezas suelen ser de un espesor mayor que en el resto de opciones. Normalmente, su coste es algo más elevado, en función del tipo de piedra elegido.

  • Fachada ventilada de madera. Este tipo de soluciones ofrecen una estética más cálida y natural y es perfecta para entornos rurales o residenciales de lujo. Sin embargo, la versatilidad de este tipo de paneles, ofrece la posibilidad de imitar otro tipo de acabados con una textura superficial que le puede aportar distintos colores y acabados.

Antes de proceder con la instalación de una fachada ventilada, es recomendable consultar con un especialista para evitar daños materiales. Recuerda que el Seguro de Hogar MAPFRE cuenta con una cobertura específica para esto, por lo que quedarás protegido contra posibles eventualidades durante la instalación, así como su futuro mantenimiento.

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