Poner un tubo en una chimenea es una operación que consiste en introducir un tubo metálico por el interior del conducto de la misma para que puedan salir al exterior los humos de la combustión.
¿Es necesario entubar una chimenea?
En determinados casos sí interesa entubar una chimenea. Por ejemplo:
- Cuando se trate de chimeneas de obra que, por el paso del tiempo y por efecto de las grandes temperaturas que soportan, presenten fisuras interiores por las cuales se puede colar el humo y pasar después a la vivienda.
- También puede resultar interesante cuando es un tipo de chimenea llamada de obra tiene una boca muy grande, lo que provoca un gran consumo de leña (que no se ve traducido en mayor potencia calorífica); o que salga humo hacia la habitación. Este es un problema muy común en este tipo de chimeneas.
Para evitar estos inconvenientes sin tener que realizar una gran obra, lo mejor y más rápido es colocar un tubo a lo largo de la chimenea, es decir, entubarla, al tiempo que se instala una casete de leña dentro de la boca de la chimenea.
¿Qué se gana al entubar la chimenea?
Con este sistema se obtienen diferentes beneficios:
- Al realizarse el tiro de forma optimizada, se logra evitar que el calor se escape al exterior y se concentre en la casete, consiguiendo un mayor rendimiento calórico.
- Ayuda a economizar leña, ya que dura más al poder regular su combustión.
- Favorece la limpieza de la chimenea al canalizar mejor el humo y los residuos.
¿Qué ocurre si no se entuba?
Si no se colocan tubos al instalar una casete de leña dentro de una chimenea de obra se producirán problemas de revoco de humos generados por el aire frío que se encuentra en el cañón de la chimenea que, al ser más pesado, tiene tendencia a bajar y podría introducirse en la habitación.
También pueden presentarse problemas de condensación por el vapor de agua -presente en el humo- procedente de la leña quemada, que se condensa por enfriamiento en las paredes internas de la chimenea.
En cualquier caso, siempre es aconsejable que contactes con tu Seguro de Hogar MAPFRE para que te informen de las coberturas que dispones en caso de que se produzca algún incidente con tu chimenea.
Recomendaciones para hacerlo correctamente
Realizar la instalación de los tubos en una chimenea es relativamente sencilla, pero hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones para hacerla correctamente:
- Los tubos deben ser redondos (porque esta forma facilita que los humos y los gases circulen mejor por su interior) y de acero inoxidable (ya que este material no se oxida, ni se deforma por las altas temperaturas y, además, la limpieza anual resulta más fácil, porque el hollín se adhiere peor en esta clase de tubos).
- Lo ideal es que el tubo esté lo más recto posible dentro de la chimenea. Si hay que hacer alguna desviación, no se deben utilizar codos mayores de 45º. Tampoco es aconsejable poner reducciones ni ampliaciones, por los efectos de revoque o condensación que provocan, respectivamente.
- En las chimeneas de obra, siempre hay que entubar toda su longitud y sobresalir de la parte más alta de la cubierta 0,50 o 0,60 metros.
- Se aconseja dejar unos 8 metros de distancia entre la salida del tubo y cualquier obstáculo exterior para evitar que el humo que sale rebote en el mismo y vuelva a introducirse en el tubo.
- Para instalaciones por el exterior, lo ideal es utilizar un tubo de doble pared con aislante térmico entre ellas, para evitar la condensación y la fuga de calor.
¿Cómo poner un tubo a una chimenea?
Para este trabajo se necesita el concurso de dos personas, una arriba en el tejado y otra abajo, en la boca de la chimenea. Deberán poner especial cuidado en respetar todas las medidas de seguridad y protegerse con el equipo adecuado (mascarillas, gafas de seguridad, ropa apropiada, guantes, casco, etc.)
El que está en el tejado, introduce por el conducto de la chimenea una cuerda con un lastre en el extremo y la va bajando hasta que la pueda agarrar el que está abajo.
Seguidamente, la persona que está arriba debe atar la cuerda al extremo del tubo que se acoplará a la casete -unas flechas en el tubo indican la dirección del humo- y lo introduce en el conducto de la chimenea lo más recto que pueda. Si en el trayecto se atasca, se le dan unas sacudidas para desatascarlo.
El que está abajo comienza entonces a tirar de la cuerda para ayudar a bajar el tubo. Cuando el tubo llegue abajo se conecta a la casete. El extremo del tejado se encaja en la placa de cierre que se encastra en la chimenea mediante ladrillos, cemento, etc. Se remata con un sombrerete.
Es conveniente esperar 24 horas antes de encender la chimenea.