En la cocina mediterránea existen alimentos que son esenciales tanto para nuestra salud como para dar un toque especial a nuestros platos. Algunos de estos ingredientes están presentes en multitud de recetas y pueden cocinarse de diversas formas distintas.
En el caso de la cebolla, debido a sus propiedades culinarias y beneficiosas para la salud, puedes introducirla en la mayoría de tus platos o cocinarla de mil maneras dar un toque especial a cada uno de tus platos. Uno de los imprescindibles en platos fríos o calientes, es la cebolla caramelizada. Se trata de una forma distinta de consumirla que aportará originalidad a tu cocina.
Pasos para cocinar cebolla caramelizada
La cebolla caramelizada te permite dar a tus platos un toque dulce y especial sin utilizar ningún tipo de azúcar refinado. Solo necesitas reservar un poco de tiempo ya que el proceso te puede llevar una hora. A pesar de ello, el proceso es sencillo y podrás hacerlo sin necesidad de utensilios de cocina especializados.
- Para comenzar a cocinar necesitaremos pelar varias cebollas. El número y tamaño de las mismas dependerá de la cantidad que quieras realizar. Si haces demasiada, no te preocupes, puedes introducirla en un tarro de cristal y cocerlo al baño maría para que se conserve durante más tiempo. De esta forma, cuando la necesites tan solo deberás abrir el bote y utilizarla.
- Lo primero que debes hacer es retirar la piel y eliminar la primera capa, la más dura. A continuación corta en trozos la cebolla. Aquí eres libre de realizar los cortes como quieras, puedes hacerlo en tiras o en cuadrados de pequeño tamaño. Dependerá de cómo te guste más o del uso que vayas a darle posteriormente. Si la cortas en tiras, estas no deben ser demasiado finas para evitar que se deshilachen en la sartén.
- Una vez cortada la cebolla, coloca una sartén con superficie antiadherente que disponga de tapa en el fuego y añade un chorro de aceite de oliva virgen extra. Para que la cebolla no se queme y logremos el efecto de caramelización deberás colocar el fuego en un punto medio, tirando a bajo.
- Deberás esperar unos segundos hasta que el aceite se haya calentado. Este será el momento en el que deberás añadir la cebolla a la sartén. La temperatura del aceite no debe ser muy elevada ya que si añadimos la cebolla a una alta temperatura esta se quemará o se dorará antes de tiempo.
- Toda la cebolla que eches en la sartén debe tener contacto con el aceite. Puedes servirte de una espátula de madera para asegurarte de este proceso. Ahora tan solo debes esperar a que se vaya haciendo poco a poco. Debes remover cada poco tiempo y controlar la temperatura y fuerza del fuego para que la cebolla no se queme.
- Poco a poco verás que la cebolla va perdiendo agua y comienza a hacerse más pequeña y transparente. A medida que avanza este proceso la cebolla se irá dorando. Esto se debe a que los azúcares presentes naturalmente en la misma se caramelizan en contacto con el calor.
- Cuando la cebolla se haya reducido deberás añadir un par de cucharadas de agua para darle una textura más cremosa y ayudará a que el caramelo se disuelva de manera homogénea. Una vez que esté dorada por completo añade una pizquita de sal y retira la mezcla del fuego.
Para servir, tan solo deberás colocarla sobre aquellos platos que quieras aderezar o guardarla en un tarro de cristal o recipiente para utilizarla más adelante.
Ahora ya no tienes excusas para introducir la cebolla en tu dieta ya que es ideal para canapés tanto fríos como calientes y forma un tándem espectacular con carnes a la plancha y quesos de todo tipo, sobre todo, con aquello que tienen un sabor más fuerte como el de cabra.
Propiedades alimenticias de la cebolla
La cebolla es una de las hortalizas esenciales en la preparación de platos en cualquier parte del mundo. Se trata de un alimento rico en vitaminas y minerales, fuente de fibra, que es ideal para controlar el peso gracias a su bajo aporte calórico y los grandes beneficios que proporciona para tu salud.
Quizá su sabor no te guste, o su textura te resulte desagradable al consumirla cruda o cocinada en guisos, pero quizá no te resulte tan desagradable si pruebas a introducirla en tu dieta con un sabor mucho más dulce.
Se trata de un alimento con un alto poder depurativo y diurético. Está compuesto en su gran mayoría de agua, por lo que aparte de estas características, te proporcionará muy pocas calorías si estás siguiendo una dieta de adelgazamiento. 100 gramos de cebolla tan solo contienen unas 25 calorías por lo que podrás incluirla sin miedo en ensaladas o en preparaciones de platos.
Por otro lado, favorece la digestión y ayuda a reducir los niveles de colesterol de tu organismo. Además es fuente de minerales como el hierro, el fósforo, el calcio, el magnesio o el zinc y gracias a su bajo contenido en sodio será ideal para personas hipertensas.
En procesos gripales y catarrales es muy útil gracias a su poder expectorante mucolítico y antimicrobiano. Por su parte, su alto contenido en flavonoides y compuestos fenólicos ayuda a la prevención del cáncer y de los accidentes cerebrovasculares gracias a su poder antioxidante.
Además de llevar una dieta equilibrada y llevar una vida activa, algunos alimentos pueden ayudarte a mejorar mucho más tus niveles de vida. Por otro lado, y para cubrir necesidades derivadas de dolencias o accidentes fortuitos, puedes contar con el Seguro de Salud MAPFRE, que te ofrece la mejor cobertura con profesionales altamente cualificados
Existen muchas formas de cocinar la cebolla, puedes comerla cruda, usarla en guisos, consumirla frita o caramelizarla para convertirla en el aderezo ideal para tus platos más sofisticados. Se trata de una receta sencilla que te permitirá sorprender a tus comensales a la vez que aportas vitaminas y minerales a tu organismo.