LO QUE DEBES SABER… |
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El único utensilio que necesitaremos para limpiar y deshuesar un pollo será un cuchillo que esté bien afilado y nuestras propias manos.
Diferentes técnicas
Cada maestrillo tiene su librillo y por eso las técnicas para deshuesar un pollo son muy numerosas. Habrá personas que lo hagan de una manera y tengan sus pequeños trucos y otras que empleen un método totalmente diferente.
Nosotros vamos a guiaros a través de unos sencillos pasos que os permitirán dejar el pollo completamente limpio.
Pero como hemos dicho, estas recomendaciones podéis modificarlas y sustituirlas hasta conseguir vuestra propia manera de hacerlo.
Deshuesar de una manera fácil
Lo primero de todo será realizar un corte para abrirlo de arriba a abajo y dividir el pollo en dos mitades. A continuación cogeremos una mitad para separar la pechuga del hueso con cuidado de apurar lo máximo posible con el cuchillo y que no nos dejemos carne pegada a la estructura ósea. Para ello iremos tirando de la carne y realizaremos los cortes lo más pegado posible que podamos al hueso. El siguiente paso será igual que el anterior, pero separando el muslo del hueso.
Procederemos a realizar estos dos mismos pasos con la otra mitad del pollo.
Cuando hayamos separado los muslos y las pechugas podremos ir cortando el resto de la carne a la vez que vamos dándole la vuelta a la pieza, prestando especial atención para intentar no llevarnos con el cuchillo la piel del pollo.
Por último, quitaremos la parte trasera del pollo y las vísceras que todavía queden. Lo normal es que se hayan quedado dentro del caparazón de hueso que hemos quitado pero si hay algún resto lo retiraremos también con el cuchillo.
Aunque pueda parecer complicado, no lo es, y con la práctica tardaremos muy pocos minutos en tener un pollo totalmente limpio y deshuesado listo para rellenar o cocinar.