Hacer la compra es uno de los actos cotidianos que implica tomar muchas decisiones: qué alimentos hay que adquirir para la elaboración de menús, cuáles elegir entre todas las opciones, la cantidad necesaria de ellos, qué caprichos caerán en la cesta, el presupuesto, etc. Muchas de estas decisiones se toman por inercia, por costumbre o por las ofertas que haya en el momento, pero ¿Cuántas veces se tiene en cuenta la salud?
En los últimos tiempos está surgiendo una nueva forma de hacer la compra basada en el realfooding, es decir, en el estilo de vida que aboga por la real food prescindiendo de los ultraprocesados.
No se trata de llenar la cesta de la compra de productos escogidos según los nutrientes y calorías, ya que los hidratos de carbono, las grasas o las proteínas poco tienen que ver con la salud. La cuestión es comprar comida que no haya sido procesada. Este tipo de alimentos tienen una matriz alimentaria compleja que es saludable si se consume en su forma natural, pero, a medida que se someten a procesados, van alterándose esas propiedades, con la repercusión negativa que eso tiene para nuestra salud.
¿Quiere decir esto que no se pueden consumir alimentos procesados? Ni mucho menos, pero cuantos menos se incluyan en la cesta de la compra, mejor.
¿Qué alimentos forman parte de la comida real?
Teniendo en cuenta que la comida real es aquella que no ha sido procesada, los alimentos que forman parte del real food son:
- Verduras, hortalizas y frutas
- Tubérculos
- Legumbres
- Frutos secos
- Pescado y marisco
- Carne sin procesar
- Cereales de grano entero
- Huevos
- Leche fresca
- Hierbas y especias
- Café e infusiones
Además de éstos, hay una serie de alimentos que han sido procesados de forma industrial o artesanal, pero el proceso que se ha seguido es inocuo en cuanto a sus propiedades saludables. Son procesamientos que se realizan con el fin de hacerlos más seguros, duraderos o agradables. Este tipo de procesados suelen estar encasados y llevan una etiqueta nutricional en la que figuran desde uno a cinco ingredientes, y cuyas cantidades de azúcares, harinas refinadas o aceites vegetales son menores o iguales al 5 o 10 por ciento del total.
Como ejemplos de estos productos podemos destacar:
- Aceite de oliva virgen extra
- Leche UHT
- Yogures fermentados
- Panes integrales
- Chocolate negro 70 por ciento
- Gazpacho envasado
- Legumbres de bote
- Bebidas vegetales sin azúcares añadidos
- Comida real congelada (verdura, fruta, pescado…)
- Comida real envasada al vacío
¿Cómo hacer la compra según la tendencia realfooding?
Optar por los alimentos del realfooding al hacer la compra no solo tiene beneficios para salud, además conlleva un importante ahorro ya que este tipo de productos son más económicos que los procesados. Si todo esto te parece más que suficiente para sumarte a esta tendencia, esto es lo que debes hacer cuando vayas a hacer la compra:
- Procura que los productos frescos, poco procesados o sin etiqueta (fruta, verdura, hortalizas, carnes, pescados o huevos) ocupen la mayor parte de tu cesta de compra.
- Prioriza la compra de vegetales, ya que la ingesta recomendada de este tipo de alimentos es de cinco raciones al día o un mínimo de 800 gramos.
- Si vas a comprar alimentos envasados o procesados, revisa su etiqueta. Cuantos menos ingredientes tenga, mejor. Si tiene más de cinco, es más que probable que no sea tan sano como parece.
- Aprovecha los cambios de estación al hacer la compra y opta por productos de temporada. Además de estar en su mejor momento de maduración o recolección, son más baratos y permiten abrir el abanico de alimentos frescos que se consumen al año, lo que evita dietas monótonas y aburridas.
- Siempre que puedas, cocina tus propias comidas. No se trata de ser un as en la cocina, sino de mezclar los ingredientes que más nos gusten. De esta forma, al hacer la compra será más fácil optar por alimentos sanos.
- Ten en cuenta que algunos pasillos presentan alimentos muy variados y es difícil encontrar los más saludables. En el apartado de los lácteos, por ejemplo, la gran mayoría de productos incluyen mucho azúcar, y lo mismo ocurre con otros como los de los cereales o los arcones del frío. No caigas en las trampas del marketing y mira bien todas las etiquetas.
- Evita hacer la compra acompañado por niños, y si lo haces, no sucumbas a sus deseos. Ellos suelen elegir alimentos según los dibujos del envase o porque les gustan, pero esos productos que reclaman, en la mayoría de los casos, no son saludables.
- Otra forma de garantizar una compra saludable es visitando más el mercado y menos el supermercado. En este último, un 80 por ciento de los productos son ultraprocesados. En cambio, en el mercado la inmensa mayoría son alimentos frescos. No obstante, si lees bien las etiquetas y eliges con acierto, la compra en el supermercado puede ser igual de satisfactoria.
Ya lo sabes. Con estos sencillos trucos, conseguirás ahorrar en tu cesta de la compra, al tiempo que eliges productos más sanos muy beneficiosos para la salud.