Una de las formas más gratificantes de combatir el calor propio de esta época es mediante el consumo de helados: de cucurucho, polos, en tarrina, caseros y, por qué no, también veganos.
El veganismo y el problema con los helados convencionales
Los hay de muchos tipos y sabores, pero todos coinciden en algo: entre sus componentes llevan leche animal. Y para los que llevan un estilo de vida vegano, este ingrediente puede suponer un problema a la hora de consumirlos, ya que el veganismo rechaza la ingesta de alimentos de origen animal.
Sin embargo, en el mercado existen alternativas (como la leche de soja, de avena, de arroz, de almendras, etc.) que facilitan la preparación de recetas de helados veganos, con lo que nadie se quedará sin el suyo este verano.
Cómo hacer helados veganos perfectos
Si quieres hacer tu helado vegano, puedes seguir cualquier receta siempre y cuando modifiques los ingredientes de origen animal por sus equivalentes vegetales. Así, los diferentes tipos de leche (líquida, condensada, en polvo, en crema, nata…) pueden ser sustituidos por leche de soja, avena, arroz, o almendras en la misma presentación que indique la receta; o el chocolate con leche y el blanco por sus alternativas sin lácteos.
Pero la clave para conseguir unos helados veganos perfectos no está tanto en los ingredientes sustitutivos, sino en el tratamiento que se haga de la receta. Precisamente, para conseguir que la mezcla sea cremosa se usan huevos y grasas animales. Si vamos a sustituir esos alimentos, tenemos que encontrar la manera de conseguir los mismos resultados por otras vías.
La leche de coco es la más parecida a la animal por su alto contenido graso, lo que la convierte en una buena alternativa. Pero si lo que buscas es conseguir exactamente la misma consistencia del helado tradicional, usa leche de anacardos o cualquier otra leche vegetal mezclada con pasta de anacardos.
El proceso de batido es fundamental. En el momento de añadir las grasas tendremos que hacerlo poco a poco para conseguir una emulsión perfecta.
Recetas para helados veganos
Con los principios descritos, podemos hacer muchas combinaciones posibles. Ofrecemos algunas de las que más nos gustan.
Helado de mantequilla de cacahuete
Pon 30 gramos de frutos secos crudos a remojo la noche anterior. Pasadas veinticuatro horas, escúrrelos y lícualos, primero a velocidad moderada y luego alta.
Poco a poco, añade 30 gramos de azúcar moreno, otros 30 de sirope de agave, tres cucharadas de aceite de coco fundido, 400 mililitros de leche de coco, una cucharadita de extracto de vainilla y 60 gramos de mantequilla de cacahuete.
Mézclalo a conciencia y pasa la masa a un recipiente metálico. Mételo en el congelador y, pasada una hora, remuévelo un poco para que no se cristalice.
Polos de chocolate
Con una batidora tritura 450 mililitros de leche de coco, dos plátanos, cuatro cucharadas de cacao en polvo, una cucharadita de vainilla en polvo, dos cucharadas de crema de avellanas y una pizca de sal.
Vierte la mezcla en moldes para hacer helados y mételo en el congelador. Cuando estén duros, pon los moldes debajo del grifo durante unos segundos y tira del palito.
Helado de frutas del bosque sin leche
Bate un aguacate pelado y deshuesado, tres cucharadas de sirope de agave y tres vasos de frutas del bosque congeladas hasta obtener una masa cremosa.
Vierte la mezcla en un recipiente metálico y congélalo durante dos horas.
Polos de yogur con arándanos y frambuesas
Monta media taza de nata de coco. Una vez montada, sigue batiendo y añade dos cucharadas de sirope de maíz y dos yogures de soja sin azúcar hasta formar una crema montada ligera y espumosa. Añade 120 gramos de arándanos y frambuesas frescas cortadas en cuartos. Rellena los moldes con la mezcla, ponles los palitos y congélalo al menos dos horas.
Helados de plátano
Pon en la batidora 300 gramos de plátano congelado en rodajas, un el yogur de soja, una cucharada de sirope de agave y otra de esencia de vainilla y bátelo durante dos minutos hasta obtener una mezcla homogénea.
Rellena los moldes y déjalo media hora en el congelador. Mientras, pon cuatro onzas de chocolate negro al baño maría hasta que se derrita. Desmolda los helados, decóralos con el chocolate y colócalos sobre papel para horno. Mételo otra vez en el congelador hasta que el chocolate de quede duro.
Sigue todas las recetas al pie de la letra. Cada ingrediente y cada paso están pensados al milímetro para conseguir la consistencia y el sabor adecuados. No es momento de experimentar ni de alterar las proporciones, ya que de eso depende que nuestro helado adquiera una textura cremosa. Y para que puedas preparar tus helados en la más absoluta tranquilidad, cuenta con las coberturas del Seguro de Hogar MAPFRE, con las que recibirás la asistencia necesaria en caso de que se produzca un imprevisto en la cocina.