Aunque ya hemos mencionado en alguna ocasión esta cocina tan particular, hoy, aprovechando que es el día de Navarra, vamos a dedicarle de nuevo algo de atención a sus platos más típicos y sus bebidas.
La cocina Navarra presenta grandes contrastes en pocos kilómetros que se deben a diferencias culturales y climáticas muy marcadas entre sus dos extremos. Con todo, existen algunos platos comunes, o al menos hoy bastante extendidos en todo el territorio y que conforman su particular identidad culinaria.
Destacan, por supuesto, todos las preparaciones que parten de su sustanciosa huerta, de variadísimas menestras de verduras a púdines de espárragos, pasando las alcachofas con almejas o los cardos con jamón. Entre los segundos, tampoco faltan los clásicos. Muy aficionados a los menudillos, los navarros excelen preparando patitas de cordero en salsa o lengua guisada. También encontramos preparaciones comunes a regiones vecinas, sea Aragón o Euskadi, como el pollo y el cordero al chilindrón, la gallina en pepitoria o los piquillos rellenos de merluza o bacalao. Y, por supuesto, está ese plato al que la comunidad foral ha dado su apellido: la trucha a la navarra.
Para el postre, Navarra disfruta de una rica tradición de postres conventuales y de origen religioso, como los huesos de Francisco Javier y otros muy determinados por los ingredientes al alcance, como el pudin de castañas o las tortas de chachigorri, hechas de chicharrones. Y no olvidemos la popularidad de un cóctel muy autóctono: el zurracapote.
Bebidas con las que poder brindar
En una época de celebración, no pueden faltar las bebidas que os ayudarán a acompañar vuestras comidas, cenas y celebraciones en general. Entre los vinos navarros más famosos está el Castillo de Falce, un vino rosado ideal para empezar con los aperitivos y entrantes. Si os gustan las bebidas dulces también podéis haceros con un Señorío de Sarriá, un moscatel ideal para quesos.
También podéis acompañar las comidas con un rosado, en este caso un Inurrieta Mediodía o el Rosado de Lágrima de Orvalaiz.
Para los más atrevidos podéis optar por los tintos, por ejemplo el Gardacho, un vino muy fresco, o el de Pagos de Araiz (algo más fuerte que el anterior).
Para finalizar, si también queréis acompañar el postre con un buen vino, elegid cualquier moscatel.
Pero es sin duda el pacharán el ideal para acompañar las horas del café después de una comida copiosa.
Si queréis celebrar una Navidad a la “navarra”, la mejor forma sin duda es degustando algunos de sus platos más tradicionales.
Lo primero que no podrá faltar en vuestra mesa son unos ricos espárragos, lo más típico y característico de esta región. Podéis ponerlos como acompañamiento en una ensalada de cogollos o como entrante junto con unas gambas.
Como segundo plato no pueden faltar carnes como la ternera (Navarra puede jactarse de tener una de las mejores carnes de ternera de toda la península) que podréis preparar tanto a la brasa, como asada o guisada. Otras carnes celebradas son los menuditos, las mollejas o los jarretes de cordero.
Mientras que para el postre, podéis sorprender a vuestros comensales con una sopa de almendras o nueces (conocida como intxaursalsa), muy típica de todas las provincias vascas.
Como aperitivo dulce para el café podéis poner el turrón royo (dulce de almendras, miel, azúcar y obleas, típico de la región de Artajona), unas frutas escarchadas o unas almendras garrapiñadas.