Tipos de moldes de silicona para repostería
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¿Haces cupcakes en casa? Entonces seguro que conoces los moldes de silicona que, de un tiempo a esta parte, se han convertido en un elemento indispensable en la cocina por sus innumerables ventajas respecto a otros materiales. A continuación, te mostramos qué tipos de recipientes existen para tus recetas de repostería.
Tipos de moldes según su función
Moldes clásicos
Los de toda la vida, de aluminio o silicona. Los clásicos son redondos o rectangulares, con una altura media de 15 cm.
Moldes para cupcakes
Hay varios tipos, el más común es una base amplia cuadrada con cavidades para introducir la masa de cupcakes (magdalenas o muffins), son de aluminio antiadherente. El tamaño puede variar según el número de dulces que quieras hacer, hay moldes para 6,12 o 24 unidades.
También existen moldes individuales de cupcakes, el tamaño regular es de 8,6 centímetros de diámetro aproximadamente. En su extensa mayoría son de silicona para desmoldar con facilidad.
Moldes layer cake
Son similares a los clásicos, pero mucho más bajitos, perfectos para hornear cada capa por separado y así evitar tener que hacer un bizcocho alto y manualmente cortar las capas. Normalmente vienen en set de varios, y los más utilizados son de 15, 18 y 20 cm.
Moldes desmontables
Tanto circulares como cuadrados o rectangulares. Como su palabra indica, se pueden desmoldar. Hay dos tipos: los que se les quita el fondo y los que tienen un cierre lateral que se abre y agranda el recipiente, de esta manera se desmolda sin problemas. Son perfectos para hacer tartas.
Molde corona
O molde de rosca, son moldes redondos con un agujero en el centro. Tiene una altura considerable (unos 7-8 centímetros) y diferentes diámetros. Cuentan con su versión desmontable. Este tipo de molde se utiliza sobre todo para bizcochos.
Moldes Bundt
Indicados para hornear Bundt cakes, pero también puedes preparar flanes, gelatinas o bizcochos. Tiene forma de corona con un tubo hueco en el centro y aristas muy marcadas que le otorgan un diseño muy atractivo.
Estos son lo más utilizados, pero podemos encontrar moldes de todo tipo, formas, tamaños y alturas.
Tipos de moldes según el material
Moldes de silicona: para postres fríos y calientes
Los moldes de silicona están fabricados con un polímero inorgánico derivado del polisiloxano que ofrecen una gran resistencia al calor, la humedad y la electricidad. Entre sus bondades cabe destacar:
- Pueden usarse para congelar, hornear, e incluso elaborar recetas en el microondas.
- Son antiadherentes, lo que evitará que en muchos casos tengas que engrasarlo previamente.
- Son flexibles, facilitándote la labor de desmoldado.
- Son fáciles de limpiar.
- Favorecen un uso más eficiente de la energía, ya que su extraordinaria conductibilidad del calor permite una cocción en el horno a una temperatura y tiempo más reducidos.
Se usan igual que cualquier otro molde, con la diferencia de que en estos no se puede usar la función de grill y que no se pueden colocar directamente sobre la placa del horno, sino sobre una rejilla. Donde mejor funcionan es con los postres fríos.
Moldes metálicos: para bizcochos
Son los más usados, quizá por su excelente relación calidad-precio. Son duraderos y distribuyen bien el calor. Pueden ser de diferentes materiales:
- Aluminio con recubrimiento antiadherente: los más comunes son los de tipo Bundt con forma de anillo.
- Acero inoxidable: distribuye el calor muy bien y rápidamente, y si son antiadherentes se desmoldan muy bien. Son muy prácticos para todo tipo de bizcochos.
- Hierro fundido: estos moldes son de origen americano y últimamente están muy de moda. Son robustos y pesados y nunca se deforman, por lo que pueden durar eternamente. Hay que engrasarlos muy bien para facilitar el desmoldado.
Moldes de cerámica y porcelana: para tartas y soufflés
Los moldes de cerámica son, en general, buenos conductoras del calor. Los mejores son los de cerámica vitrificada de alta resistencia, ya que reparten el calor por todo el recipiente favoreciendo una cocción completamente homogénea.
Son la opción perfecta si se quiere mantener caliente la comida durante mucho tiempo, y es una buena elección para preparar soufflés, tartas o pasteles horneados que deban servirse calientes en la mesa.
Moldes de cristal: para flanes y tartas frías
No todos los cristales pueden hornearse, solo los de vidrio templado. No obstante, no son la mejor opción para la elaboración de bizcochos y otras recetas de repostería que requieran horno, ya que el cristal no transmite el calor de forma uniforme, lo que hace que algunas partes se hagan antes que otras.
Sin embargo, son muy útiles en la elaboración de recetas frías, como flanes, por ejemplo.
Entre sus ventajas, cabe destacar su fácil limpieza y su alta durabilidad (si no se caen).
Tipos de moldes según su forma
Existe una gran variedad de formas y medidas de moldes, desde los rectangulares o cuadrados, pasando por lo redondos, con chimenea o sin ella, etc. Cada una de estas formas tiene una funcionalidad estética, pero también una concreta que determinará el tipo de receta, por ejemplo:
- Moldes rectangulares: especialmente indicados para la elaboración de bizcochos tipo plum cake, pudines, pasteles fríos, pan de molde, etc.
- Moldes circulares: son un básico. Se suelen usar para preparar bizcochos, pasteles, o panes tipo brioche.
- Moldes tipo corona: son circulares y con una chimenea en el centro, gracias a la cual consiguen un horneado uniforme y rápido para las masas más densas, pues el calor llega mejor a todas las partes del bizcocho.
- Tapetes de silicona: se utilizan para elaborar brazos enrollados.
- Bandejas microperforadas con diferentes formas, para hacer bombones, cupcakes, éclairs, cake pops, etc.
- Moldes bajos ranurados: su funcionalidad es dar la forma clásica a las tartas con base de hojaldre, quichés, las double-crust americanas, etc.
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