En plena fiebre por los superalimentos, las semillas ocupan un lugar destacado. Este ingrediente relativamente novedoso y atractivo ofrece interesantes beneficios para la salud gracias a su alto contenido en fibra, grasas saludables y minerales, muy necesarios para el organismo.
Sin embargo, el consumo de diferentes tipos de semillas no es algo nuevo, desde hace muchos siglos, han sido un elemento central en los hábitos alimenticios de muchos pueblos y culturas alrededor de todo el mundo.
Semillas de chía, de calabaza, de sésamo, de lino…existen muchas variedades, cada una de ellas con sus matices, sabores y con una forma particular de preparación para ser consumidas. Si quieres adentrarte en el mundo de las semillas y potenciar tus recetas con una textura, color y sabor diferentes, no te pierdas nuestros consejos sobre cómo usarlas en la cocina.
Cómo usar las semillas en la cocina
Si quieres enriquecer tus platos con semillas, te damos algunas ideas para sacarles el máximo partido:
Semillas de amapola
Las semillas de amapola parecen diminutos granos de arena de color negro, aunque si se observan más de cerca, se puede apreciar una superficie irregular con tonos que van del gris al azul. También existen semillas de amapola blanca, aunque su consumo es menos habitual.
En la cocina, se suelen usar como cobertura de diferentes panes, en repostería y como aliño de ensaladas y vinagretas. Por ejemplo, se pueden incorporar un par de cucharadas de semillas de amapola a la masa de un bizcocho o de unas galletas. También se pueden añadir a los cereales del desayuno, a una vinagreta o tostarlas para espolvorearlas directamente sobre una ensalada.
Semillas de amaranto
Las semillas del amaranto están consideradas como un pseudocereal, ya que poseen características de los cereales, como su alto contenido proteico. Por este motivo, si quieres usarlas en la cocina deberás tratarlas como un cereal. Es decir, las puedes tomar hervidas y añadirlas a una ensalada, incorporarla en guisos, etc., y se pueden consumir tanto frías como calientes, y en recetas dulces y saladas.
También se pueden tostar en una sartén para obtener palomitas de amaranto, en sustitución de las clásicas de palomitas de maíz, lo que proporciona un snack con muchas más proteínas y fibra. Otra opción muy interesante es utilizarlas como como sustitución del pan rallado, lo que aporta una textura crujiente a los empanados.
No obstante, las semillas de amaranto se pueden consumir tal cual, sin necesidad de someterlas a ninguna cocción, como ingrediente de una ensalada.
Semillas de calabaza
Estas semillas suelen ser grandes, planas, lisas y de diferentes colores. Sus usos en la cocina son muy variados, se pueden consumir crudas, sacadas directamente de la calabaza, incluso con la cáscara.
Otra opción es secarlas. Para ello, hay que lavarlas bajo el agua, secarlas en papel de cocina, colocarlas sobre una plancha y hornearlas durante veinte minutos a 190 grados. Se pueden sazonar añadiendo un poco de curry, pimienta de cayena, nuez moscada o sal, según las preferencias.
También sin un excelente ingrediente en sopas, guisos o como sustituto del queso rallado; o mezcladas con yogures y frutas. Si las quieres incluir en ensaladas o en rellenos, es mejor tostarlas primero.
Semillas de chía
Tanto los mayas como los aztecas utilizaban las semillas de chía hace varios siglos para la preparación de medicinas naturales y pigmentos corporales. Hoy en día gozan de gran popularidad por la multitud de propiedades nutricionales que contienen.
En la cocina, se pueden agregar en panes, bizcochos, galletas, batidos, sopas o ensaladas, o para acompañar yogures o leche. Pero, sobre todo, se utiliza para hacer más densas las elaboraciones con líquido, ya que contiene una sustancia vegetal viscosa que actúa como espesante. Por ello, si quieres preparar un smoothie saludable o elaborar una gelatina, esta es tu mejor opción.
Semillas de hinojo
El hinojo es una verdura que se usa como condimento desde hace muchos años y que aporta un sabor anisado muy intenso. De ella se aprovechan también las semillas, que aportan ese mismo toque de sabor en la preparación de panes, galletas, etc.
Las semillas secas se utilizan como especia, pero también se pueden consumir tal cual, tostándolas en el horno o en la sartén, para después incorporarlas en sopas de pescado, ensaladas, platos de carne o pescado, estofados, mariscos, lentejas, salsas, etc.
Semillas de sésamo
Ya sean blancas, doradas o negras, se suelen usar, en la mayoría de los casos, como adorno de otras recetas, pero, antes de consumirlas, es aconsejable tostarlas, ya que, además de intensificar su sabor, este proceso hace que sean más digestivas.
Las semillas de sésamo son perfectas para aliñar ensaladas; aportar textura en los salteados de verdura, carne o pescado; complementar un yogur; o para decorar postres y panes. También se suele usar como sustituto de la harina en rebozados o para enriquecer unas albóndigas.
Estas semillas son tan versátiles que se pueden tener sobre la mesa, como si un salero se tratase, y usarlas cuando apetezca.