Las tartas sin horno son una excelente alternativa para que los más pequeños de la casa puedan involucrarse en la cocinan, elaborando una receta de principio a fin sin que los mayores tengamos que prohibirles hacer ciertas cosas y, lo que es mejor, sin que corran riesgos.
Además, cuando los niños forman parte activa de la cocina, aprenden a ver los alimentos de otra manera y toleran mejor aquellos que menos les gustan. Por eso, esta tarta de piña sin horno que proponemos es una gran oportunidad para que se familiaricen con esta fruta y para pasar un rato divertido en familia.
Tarta de piña sin horno
Para elaborar una tarta de piña sin horno necesitas:
- 500 gramos de piña de conserva al natural
- 370 gramos de leche condensada
- 1 litro de nata líquida para montar
- 75 gramos de azúcar
- 2 sobres de gelatina de limón (o de piña)
- 6 láminas de gelatina neutra
- Caramelo líquido
Una vez reunidos los alimentos, comenzamos con la receta:
Vierte la nata líquida en un cuenco, añade el azúcar y bate a velocidad máxima. Cuando la nata esté montada (después de unos 3 o 4 minutos), sumerge las láminas de gelatina neutra en un plato hondo con un poco de agua para que se reblandezcan.
Tritura las rodajas de piña hasta que quede una mezcla líquida.
Pon un cazo con agua a fuego lento y vierte los dos sobres de gelatina de limón junto con la gelatina que has hidratado anteriormente. Remueve la mezcla continuamente hasta que la gelatina quede perfectamente disuelta en el agua. Cuando haya una mezcla homogénea, retira el cazo del fuego y reserva, sin dejar que en enfríe del todo.
Incorpora la piña triturada en el bol de la nata montada, añade la leche condensada y remueve hasta que todo se haya mezclado bien. Después, agrega la gelatina que habías calentado en el cazo y vuelve a mezclar de nuevo.
Llega el momento de montar la tarta de piña sin horno. Para ello, pon un chorro de caramelo líquido y unas rodajas de piña en el fondo de un molde, de manera que cuando desmoldes la tarta se vean las rodajas en la parte de arriba. Después, vierte la mezcla anterior y, con ayuda de una paleta, repártela uniformemente por todo el molde.
Ya solo queda meter la tarta de piña sin horno en la nevera y dejar que tome consistencia durante, al menos, ocho horas. Así, quedará con la textura cuajada perfecta. Tras ese tiempo, desmolda la tarta y, ¡a disfrutarla!
Además de los motivos expuestos al principio, hay muchas otras razones para querer preparar tartas sin horno: si no quieres pasar mucho tiempo en la cocina, quieres ahorrar electricidad, no tener que limpiar el horno, o no quieres añadir más calor a los días de verano. En estos casos, las opciones frías son las más socorridas.
Tartas sin horno, y sin usar el fuego
Otra opción para preparar tartas sin horno y sin tener que calentar nada al fuego es siguiendo una receta a partir de otras materias primas ya elaboradas, como galletas o bizcochitos que hagan de base y le aporten consistencia. Por ejemplo esta:
Tritura 300 gramos de galletas, derrite 100 gramos de mantequilla en el microondas, mézclala con las galletas picadas y mézclalo bien.
Vierte la masa en el molde y con ayuda de una cuchara presiona toda la superficie hasta que quede lisa y compacta. Reserva el molde en la nevera mientras terminas de preparar la receta.
Para el relleno de la tarta, empieza hidratando la gelatina en un plato hondo con agua. Después, monta 200 mililitros de nata y, cuando esté consistente, añade 4 yogures naturales, tres cucharadas de leche condensada, y mézclalo con la batidora.
Corta en pequeños dados unos 400 gramos de piña en conserva y añádelos a la mezcla. Reserva tres rodajas de piña para decorar.
Pon la gelatina hidratada en un bol con una cucharada de agua y caliéntala en el microondas unos 10 segundos. A continuación, incorpórala con el resto de ingredientes y mézclalo todo.
Ya solo queda verter el relleno en el molde con la base de galletas, y poner por encima las rodajas de piña reservadas.
Escurre la gelatina, ponla en un pequeño bol y caliéntala con 1 cucharada sopera de agua, necesitarás simplemente 10-15 segundos en el microondas.
Vierte la gelatina derretida en el bol junto con el resto de ingredientes, mézclalo todo y ya tienes listo el relleno.
Vierte el relleno en el molde y coloca por encima la piña que habíamos reservado. A nosotros nos ha gustado hacerlo como puedes ver en las fotografías pero puedes decorarla como más te guste. Para que cuaje, deja el molde en la nevera unas seis horas y, ¡listo!