Tipos de fermentación del vino
Avada
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Tanto si eres curioso por naturaleza, como si eres un amante del vino, esta explicación sobre los tipos de fermentación del vino te va a resultar muy interesante.
¿Qué es la fermentación?
El primer paso para ser un experto en vino es conocer en profundidad el proceso de fermentación. Quizá ya lo sepas, pero la fermentación es lo que hace que el zumo de uva a secas se convierta en el vino como bebida alcohólica, a través de unos azúcares que hacen reacción con el jugo. Para llevar a cabo la fermentación, es necesaria la levadura que determinará lo bueno que pueda ser el caldo. Aunque la asociemos más a la cerveza, el tipo de levadura usada es de un género particular para la elaboración del vino. Para obtener una mayor calidad, se recomienda la levadura silvestre frente a la cultivada, puesto que es más natural y mejor. También será importante la temperatura: 29 grados centígrados en el caso del vino tinto, entre 14 y 18 para blancos y rosados y hasta 30 para los tintos con crianza en madera.
Un elemento central en la fermentación es precisamente el oxígeno, algo tan mundano y diario, que en su justa medida y cuidado, puede darnos una muy buena botella.
¿Qué diferentes tipos de fermentación hay?
- Fermentación alcohólica: los microorganismos que componen la levadura llevan a cabo una reacción biológica que, gracias a los hidratos de carbono, dará lugar al etanol y el dióxido de carbono que producirán el alcohol necesario para realizar el vino.
- Fermentación maloláctica: para reducir la acidez del vino y suavizar el sabor final, las bacterias convertirán el ácido málico en ácido láctico, tras el uso de la levadura.
- Fermentación en botella: se realiza una primera fermentación de la levadura, cuyo resultado se reposa en una botella. A continuación, el siguiente paso sería una segunda fermentación a la que se añade algo de azúcar y una nueva dosis de levadura. Es ahora cuando se produce una nueva reacción que da lugar a un rico vino espumoso.
- Fermentación en barrica: es en estas barricas donde se fermenta el vino, utilizando madera de roble americano o francés para darle un gusto especial y elegante. En esta fermentación se ejercerá un control férreo en la temperatura como en la crianza sobre lías finas para obtener un vino inmejorable.
- Fermentación carbónica (o maceración carbónica o vino de cosechero): quizá el tipo más antiguo que podamos encontrar en esta lista, la fermentación carbónica mezcla racimos de uva enteros en depósitos para la fermentación, en los que los mezcla con anhídrido carbónico, de tal manera que las uvas que se encuentran al fondo van liberando su jugo al tiempo que se van aplastando. Así, con la falta de oxígeno del fondo, las uvas van fermentando poco a poco y ya en la recta final, se añade azúcar, lo que le dará a estos vinos aromas especialmente frutales.
Diferencias en la fermentación del vino blanco y el vino tinto
La fermentación de los vinos blancos lleva a cabo su proceso de fermento en cubas de acero inoxidable termorreguladas, entre temperaturas de 10 y 15 grados centígrados. Así, se preserva el aroma natural del vino al que le concede un acabado de mayor calidad, realizando un proceso de desdoblamiento de los azúcares en alcohol y desprendiendo gas carbónico. Esta fermentación alcohólica tiene lugar durante unos 15 días y termina cuando el azúcar invade el vino entre 1 y 2 gramos por litro.
Para completar todo este conocimiento y comprender mejor la pasión por el vino, podemos acercarnos a una bodega, en la que nos ilustrarán en vivo sobre los tipos de fermentación del vino, comenzando por la etapa de la vendimia y llegando hasta su lugar en la mesa.
Y si preferimos disfrutar del vino en el calor hogareño, siempre podemos servirnos una copa en nuestro sofá, con la tranquilidad de estar protegidos por las coberturas de los Seguros de Hogar Mapfre. Así, no habrá nada que perturbe nuestro bienestar en casa.
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