Crear un clima distendido, brindar atención personaliza a cada uno de los invitados o cuidar los pequeños detalles son algunos de los aspectos que nos convertirán en el mejor anfitrión. Si tienes pensado realizar una celebración en casa o simplemente tienes la intención de invitar a tus amigos a pasar una tarde, te damos las claves para hacer que la cita sea recordada por siempre. ¿Te apuntas?
Prepara la casa
- La primera impresión que tendrán nuestros invitados de la velada será el estado de la casa. El desorden y la suciedad crearán un clima de caos que terminará por arruinar la cita. Dedica el tiempo necesario a mantener la limpieza del hogar, incidiendo en las zonas que más se van a usar, como el salón, el comedor o el cuarto de baño.
- Revisa que no falte nada que los invitados puedan necesitar: toalla limpia, papel higiénico, ceniceros (si van a fumar dentro de la casa), sillas suficientes, etc.
- Si hay niños en la fiesta y su edad te lo permite, destina un espacio solo para ellos con juegos, pinturas y papeles, disfraces, música, etc.
- Investiga sobre los gustos de tus invitados, sus costumbres, si son vegetarianos o veganos, si tienen alguna alergia o si hay algún alimento que no deben consumir… Se trata de que todos puedan disfrutar con todo.
- Por muy buen cocinero que seas, deja los experimentos e innovaciones para otro momento. El menú que hagas para tu convite debe ser uno que ya hayas practicado antes.
- Si la invitación es formal, deja la comida hecha para que cuando lleguen tus invitados puedas dedicarte por entero a ellos. Si es informal, puedes terminar de rematar los platos mientras conversas y tomas una copa de vino con tus invitados en la cocina.
- Prepara bebidas suficientes para todos, atendiendo a los gustos personales de cada uno: bebidas light, sin azúcar, con o sin alcohol. Deja que puedan elegir libremente.
- Decora la mesa con cariño atendiendo a cada detalle. Una mesa bien puesta transmite a los invitados la sensación de que son bienvenidos. Si la cena va a ser formal, no olvides hacer uso del protocolo.
Da la bienvenida a todos
- La norma básica del buen anfitrión es dar un trato personalizado a cada uno de sus invitados. Y ese trato abarca desde que llaman a la puerta hasta que se van. Recibe personalmente a cada uno, ofréceles una bebida y, si no se conocen entre ellos, preséntalos.
- Para ayudar a romper el hielo, comenta alguna característica o detalle de cada uno de ellos para que puedan iniciar una conversación. Por ejemplo, “este es Juan, uno de mis amigos del colegio, que estudió en la misma universidad que tu hermano”.
Crea un ambiente distendido
- No pierdas de vista a nadie en toda la velada. Si ves que alguien está solo, acércate y ayúdale a iniciar otra conversación. Si detectas silencios incómodos, propón un tema común en el que puedan intervenir.
- Recurre a los juegos para hacer que el ambiente sea más distendido. Y tampoco hace falta complicarse mucho: los más tradicionales tienen el poder de gustar a todos. Juegos como el Trivial, el tabú, o las cartas ayudarán a eliminar tensiones y a abrirse unos con otros.
- La música es muy importante. Antes de la cita, tómate un tiempo para elegir las canciones que creas que mejor pueden encajar y que ayuden a crear buen ambiente. Novela correctamente el volumen: si está muy baja, parecerá un ruido molesto e irreconocible. Si está muy alta, entorpecerá la comunicación entre los comensales.
- Juega con la iluminación. Huye de las luces generales y apuesta por crear focos de luz agradables. Puedes usar velas, lámparas de pie, de mesa, guirnaldas de bombillas, cajas de luz, etc.
- Las normas, claras. Que tus invitados sepan qué pueden hacer (y qué no), en contra de lo que pueda parecer les da mayor sensación de libertad y les hará sentirse como en su casa. Además, evitarás ponerte nervioso si ves que entran en una habitación que no quieres que ocupen o si tocan algo que no quieres que lo hagan. Al fin y al cabo es tu casa, y hay que respetarlo.
- Deja espacio para la improvisación. Aunque tengas una planificación detallada de lo que vais a hacer, no tengas miedo a romperla en pro de la espontaneidad.
Recuerda que para ser el mejor anfitrión, debes mostrarte alegre y participativo, por lo que tú también debes disfrutar de la fiesta. No te quedes solo en organizar y limpiar. Además, con el Seguro de Hogar MAPFRE conseguirás mantener los nervios templados al saber que cualquier incidente que se pueda ocasionar cuenta con el respaldo de la mejor aseguradora.