Albóndigas de Atún con tomate

Lo primero que vas a hacer es preparar la salsa de tomate, ya que es la que más tiempo te va a llevar y debes tenerla preparada para poder añadírsela a las albóndigas cuando estén hechas. Prepara una olla con bastante fondo y añade un chorro de aceite de oliva.

Mientras se calienta, trocea la cebolla y el ajo y añádelo a la sartén para sofreírlo. Este proceso tardará unos 10 minutos. Para lograr que la cebolla y el ajo queden bien sofritos sin que se quemen, deberás colocar la intensidad del fuego baja.

Cuando hayas logrado que los ingredientes estén blandos añade el tomate triturado, un poco de orégano, una pizca de pimienta y otra de sal para darle sabor a la salsa. Cuando hayas añadido todos los ingredientes sube la temperatura del fuego y espera hasta que la salsa comience a crear burbujas. Será en este momento cuando debas bajar de nuevo el fuego y dejar cocinar la salsa a fuego lento y removiendo de vez en cuando durante 15 minutos. Comprueba el sabor y rectifica de sal si fuese necesario.

Durante los 15 minutos en los que la salsa se está cocinando, puedes aprovechar para ir cortando el pescado. Coloca los lomos de atún sobre una tabla y elimina la piel y las espinas que encuentres en él. A continuación, y con el pescado ya limpio, pártelo en pequeños trozos.

En una sartén pon dos cucharadas de aceite de oliva y espera a que se caliente. A continuación, cocina el atún sazonado con los piñones. Deberás dejarlo a fuego fuerte durante un minuto hasta que los ingredientes se cocinen. Cuando lo tengas, retíralo del fuego y apártalo en un bol para que se enfríe.

Una vez que el atún y los piñones se hayan enfriado, añade orégano, pan rallado, perejil, los huevos, la ralladura y zumo del limón y el queso. Ahora, deberás comenzar a amasar para que todos los ingredientes se mezclen correctamente. Si notas que la masa está muy líquida y no puedes trabajar correctamente con ellas, puedes añadir un poco más de pan rallado.

Moldea cada uno de los montoncitos de atún para lograr que tengan una forma redondeada y uniforme y colócalas en una fuente previamente engrasada con un poco de aceite de oliva. Introduce la bandeja en el frigorífico durante una hora para que estas se endurezcan.

Transcurrido este tiempo, prepara una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva y caliéntala. Cuando esté caliente, añade las albóndigas que han estado endureciéndose en el frigorífico y cocínalas hasta que se queden doradas. Retíralas del fuego y colócalas sobre un papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de grasa y añádelas a la cazuela en la que has hecho la salsa de tomate.

Deja cocer las albóndigas con la salsa durante unos 5 o 10 minutos a fuego medio, espolvorea un poco de perejil por encima a modo de adorno y sirve la porción deseada en cada plato.