Características
Ingredientes
- 600 gramos calamar de anillas
- 1 cebolla
- 2 sobres de tinta de calamar
- 50 mililitros de vino blanco
- 1 tomate maduro
- 1 pan de hogaza frito
- 1 cucharadita ajo y perejil
Elaboración
Elaboración paso a paso
- Aunque podemos encontrar calamar ya cortado y limpio que nos facilitará mucho la tarea de cocinarlo, lo cierto es que este tipo de productos suelen tener un precio mucho más elevado. Si quieres ahorrarte algo de dinero nada mejor que limpiarlos tú mismo. Aunque pueda parecer una tarea un poco complicada, no es para tanto.
- En primer lugar, debes lavar muy bien el calamar, hazlo por dentro y por fuera. Para limpiar el interior dale la vuelta y retira todos los apéndices hasta conseguir que el calamar conserve solo su parte superficial.
- Para poder trabajar mejor, corta con unas tijeras los tentáculos y las aletas ya que en esta receta no vamos a utilizarlos. Puedes congelarlos y guardarlos para otra ocasión.
- Una vez preparado el calamar, utilizando un cuchillo y una tabla córtalo en anillase introdúcelo en un cuenco con agua fría para que todas las impurezas que pueda tener se eliminen por completo.
- Mientras las anillas se encuentran sumergidas en agua, corta muy fino la cebolla y calienta aceite en una sartén. Pocha la cebolla a fuego lento hasta que quede muy blanda.
- A continuación, corta el tomate en pequeños dados y cuando la cebolla esté en su punto añádelo a la sartén para hacer la salsa. Deja que todo se cocine a fuego lento hasta que todos los ingredientes se integren y logremos una salsa sabrosa.
- Añade las anillas de calamar a la salsa y el vino. Deja que los ingredientes se mezclen bien y que lleguen a ebullición. Tras alcanzar este punto tapa la cazuela y deja que se cocinen durante 30 minutos.
- Transcurrido este tiempo añade la tinta del calamar y deja que se cocine durante otros 20 minutos.
- Para finalizar el plato, machaca en un mortero un diente de ajo, unos picatostes y una rama de perejil. Añádelo a la cazuela y con el fuego ya apagado deja que repose. Puedes servir a los pocos minutos o conservar en el frigorífico una vez frío para consumirlo más adelante.