Mantenimiento de piscina con agua salada
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Las piscinas de agua salada son una buena opción ya que pueden mantenerse en óptimas condiciones si se realiza el correcto mantenimiento. Estas conservan el agua sin necesidad de cloro, así nos evitamos los famosos ojos rojos al abrirlos bajo el agua, entre otras muchas cosas. Si tienes ya una piscina, que sepas que puedes cambiar el agua a salada de una manera sencilla.
Piscinas de agua salada
Bañarse en una piscina de agua salada puede trasportarte de manera inmediata al mar sin necesidad de salir de casa. Este tipo de piscinas cuentan con un sistema de electrólisis que permite mantener el agua en perfecto estado, te contamos cómo funciona y qué mantenimiento requieren.
Qué es la electrólisis
Es el proceso que permite transformar la sal del agua en sodio y cloro para asegurar una desinfección de esta de manera natural. Lo ideal para este tipo de aguas es que cuenten con una salobridad de entre 3 y 5 gramos por cada litro de agua, por lo que serán menos saladas que el mar.
En estas circunstancias se puede instalar una célula capaz de transformar la sal en cloro gaseoso que se disuelve en el agua de manera instantánea. Actúa como desinfectante para eliminar los microorganismos que se forman en el agua. Tras este procedimiento el cloro vuelve a transformarse en sal cuando se expone a los rayos UV.
Cuáles son las ventajas de las piscinas de agua salada
Utilizar piscinas de agua salada con sistema de electrólisis tiene grandes ventajas para su mantenimiento:
- La primera de ellas es que se trata de un tratamiento natural por lo que es más respetuoso con el medio ambiente que el utilizado por las piscinas de agua dulce.
- No es necesario añadir más sal a la piscina ni productos químicos para que la piscina tenga un correcto mantenimiento, por lo tanto, es más sostenible y menos peligrosa.
- Se trata de un sistema barato, ya que requiere poco mantenimiento, es decir, el agua puede mantenerse limpia y en buenas condiciones durante más tiempo sin necesidad de añadir productos adicionales para ello.
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Cómo mantener una piscina de agua salada en óptimas condiciones
La sal de la piscina tan solo debe añadirse la primera vez que se instale la piscina y el sistema de electrólisis. Tras ello, tan solo será necesario comprobar el nivel de sal en la piscina, sobre todo cuando se ha añadido agua o cuando ha habido lluvias muy copiosas.
Por otro lado, la piscina requiere un control de pH que debe encontrarse entre el 7 y el 7,6, aunque este deberá mantenerse de manera óptima entre el 7,2 y el 7,4. Esto puede regularse gracias a un regulador automático de pH para facilitar la tarea.
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