A lo largo de la última década, las cocinas se han vuelto el centro de nuestros hogares, mejor dicho, de nuestros salones. Cada vez más y más viviendas se adecuan a nuestra actual forma de vida, donde la rapidez y la inmediatez son la base de nuestro día a día. Por este motivo, las cocinas empiezan a ser parte indispensable de un mismo espacio conjunto, el famoso salón-comedor-cocina. Por ello, los acabados, el diseño, los colores y las formas cada vez cobran un mayor protagonismo.
Tipos de cocinas blancas
Parece que las cocinas blancas no ofrecen a priori muchas posibilidades de combinaciones, pero, sin embargo, el blanco es un color genial para usarlo como base en casi cualquier diseño moderno.
Cocina de punta en blanco
El planteamiento de diseñar una cocina enteramente blanca es muy tentador debido a su facilidad a la hora de elegir acabados. Además de conseguir inundar el espacio de luz y vitalidad. Es una opción genial para pequeñas cocinas, donde el tamaño del espacio es el punto clave. Y si además sabemos combinarlas con algunos acabados en espejo, conseguiremos aún más sensación de amplitud.
Un truco genial a la hora de diseñar cocinas monocromáticas es jugar con las texturas o con los despieces de los azulejos, incluso una combinación bonita de los módulos de cocina puede resaltar gracias a la ausencia de colores.
La dualidad blanco y madera
Como bien hemos comentado, el blanco puede combinar con todo. Pero si hay alguna tonalidad o material con el que se lleva especialmente bien es con la madera.
Dependiendo del tipo de madera, podremos dotar de cierto carácter a nuestra cocina. Si utilizamos una madera clara como el pino o algunos robles, daremos a nuestra cocina un aire mediterráneo o incluso podremos integrarla en un estilo noretnic (combinación de nórdico y étnico) que vaya en consonancia con el resto de la casa. Mientras que, si utilizamos maderas más oscuras como el nogal, llevaremos un aire lujoso al espacio.
Cocinas blancas con tonalidades grises
Otra buena vía para no perder la neutralidad que nos ofrece el blanco es combinarlo con elementos metálicos como podrían ser zócalos de aluminio o enchufes y llaves de la luz en tonos plata, antracita o negro mate.
De esta forma seguiremos teniendo una base perfecta para ir metiendo distintos colores más adelante con la ayuda de la decoración o con el propio mobiliario de cocina, como son los taburetes y las sillas.
También conseguiremos estupendos resultados al combinar los frentes de los muebles blancos con encimeras de cuarzo o granito, y azulejos de tonos grises o negros. El contraste del blanco y el negro siempre es sinónimo de lujo y sofisticación.
El entorno y accesorios para utilizar en una cocina blanca
Las cocinas modernas, blancas y minimalistas juegan muy bien con accesorios de todo tipo, es más, serán ellos los encargados de darle personalidad al ambiente.
Electrodomésticos y accesorios
Hoy en día, la mayoría de las marcas ofrecen una alternativa en blanco para casi todos sus productos, desde hornos y microondas hasta los grifos del fregadero, pasando por frigoríficos e incluso vitrocerámicas. Así que si buscamos el look moderno “total white” podremos conseguirlo sin problema.
De igual manera, elegir una serie de electrodomésticos muy expresiva puede ser un punto a favor en nuestro diseño. Lo ideal sería elegir un color que sea el hilo conductor en toda la cocina. Por ejemplo, los electrodomésticos con un aire retro de colores pastel combinan a la perfección con el blanco sin perder la luminosidad y la sensación de amplitud.
Suelo y paredes
No hay que olvidar la importancia de los acabados de las paredes y el suelo. Una cocina neutra y blanca ayudará a resaltar cualquier diseño de azulejos, por lo tanto, tenemos que ser especialmente cuidadosos en su elección. Aunque no siempre tendremos que usar azulejos, ya que una posibilidad muy común es utilizar el mismo material de encimera para cubrir ese espacio vertical. Dando más uniformidad si cabe al ambiente.
En cuanto al suelo, sucede prácticamente lo mismo, se trata de un elemento muy visible debido a su tamaño y posición. Además de tener una responsabilidad funcional y de mantenimiento, debe acompañar siempre al estilo, no solo de la cocina, sino al resto de la casa.
Pese a todo, las cocinas suelen ser puntos cruciales en la vida útil de una vivienda, por eso recomendamos siempre contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos aporte la suficiente paz y serenidad en nuestro día a día.