Cada vez más usuarios están contando con esta tecnología sostenible para abaratar costes y ser más respetuosos con el medio ambiente. En el mercado podemos encontrar paneles solares térmicos y placas fotovoltaicas. A simple vista pueden parecer iguales o incluso muchos desconocen la existencia de varios tipos de sistemas, pero lo cierto es que cada uno de ellos tiene una finalidad concreta. A continuación, os explicamos en qué consiste cada uno de ellos y sus principales diferencias.
Paneles solares térmicos
Este tipo de paneles se utilizan para producir agua caliente sanitaria, es decir, el agua de consumo general en nuestras cocinas y cuartos de baño de casa. Su forma de producirla se centra en captar energía a través del calor de la temperatura exterior del ambiente.
Una serie de tubos en serpentín recorren longitudinalmente las placas solares térmicas, en ellos se encuentra un líquido especial que se calienta gracias al calor exterior y es el encargado de llevar este calor hasta el agua de consumo de la vivienda.
Todos ellos suelen llevar incorporado un depósito de agua que también se coloca junto con el panel en la cubierta de la edificación. Este depósito puede sustituir al tradicional termo eléctrico.
Existen dos tipos de paneles solares térmicos:
- Captadores solares plano: Este tipo de paneles son los más comunes y más económicos del mercado.
- Captadores solares de tubo de vacío: En este caso se utiliza una tecnología más avanzada mediante la cual se minimizan las pérdidas de calor haciendo más eficiente el sistema.
Paneles fotovoltaicos
Por el contrario, los paneles fotovoltaicos no conducen en su interior ningún tipo de líquido para ser calentado, sino que se encargan absorber la energía solar y convertirla en energía eléctrica para que podamos usarla sirviendo al sistema eléctrico de nuestra vivienda.
En términos generales es un sistema más avanzado que los paneles solares térmicos. Dicho líquido es sustituido por cristales de silicio que absorben fotones de luz para posteriormente transformarlos en electrones que nos ayuden a producir electricidad, esto es el llamado efecto fotoeléctrico.
En este caso, los paneles fotovoltaicos no incluyen ningún depósito de agua, sino que será el panel el encargado de enviar la energía a los aparatos de la casa que lo necesiten.
Existen varios tipos de paneles fotovoltaicos, o como se les suele llamar comúnmente “placas solares”, en función del tipo de célula que los forman:
- Cristalinas: pueden ser monocristalinos o policristalinos.
- Monocristalinos: Se trata del sistema más eficiente de todos los paneles fotovoltaicos. Se compone de un único cristal de silicio.
- Policristalinos: Este tipo de paneles están formados por pequeñas partículas cristalizadas y por lo tanto el crecimiento del cristal no está controlado, haciéndolo así menos eficiente.
- Paneles amorfos o de capa fina: En este caso el silicio no ha cristalizado. Son los paneles más tradicionales y tienen una eficacia incluso 4 veces inferior a los monocristalinos.
Diferencias
Como hemos comentado, la principal diferencia entre ambos es su sistema para producir energía y sobre todo la finalidad de esta. En los paneles solares térmicos se produce agua caliente a través de la temperatura exterior, mientras que, en los paneles fotovoltaicos se utiliza la energía de la radiación solar para producir energía eléctrica, que usaremos en nuestra vivienda.
Realmente los paneles fotovoltaicos son sistemas más avanzados y con una eficiencia mayor que los paneles térmicos. Además, ocupan menos espacio ya que no llevan un depósito de agua integrado.
Por lo tanto, los fotovoltaicos suelen implicar un mayor desembolso económico a la hora de instalarse, sin embargo, pueden ahorrarnos mucho dinero a la larga en el consumo eléctrico.
Paneles térmicos | Paneles fotovoltaicos |
Su finalidad es producir agua caliente | Su finalidad es producir energía eléctrica |
Sistemas más sencillos | Sistemas más complejos |
Ocupan más espacio (por el depósito de agua) | Ocupan menos espacio |
Menor coste | Mayor coste |
Ambos sistemas son totalmente compatibles en el hogar, pero su instalación requiere de un proyecto técnico firmado por un técnico competente. Según sus características técnicas, ambos paneles pueden sustituir a otros sistemas eficientes como la aerotermia.
Ambos están sujetos a un mantenimiento periódico que garantice su correcto funcionamiento a lo largo de los años. Para más tranquilidad, siempre puedes contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que te pueda transmitir la suficiente confianza para utilizar estos medios tan respetuosos con el medio ambiente.