Cómo pintar con un color claro sobre uno oscuro
Arquitecto, apasionado del diseño. Desarrolla su actividad profesional a través de su estudio med.arquitectos, del que es cofundador y arquitecto de proyectos. Compagina su actividad principal trabajando como escritor para el periódico Diario de Almería en la columna semanal "La Cuarta Pared", a la vez que colabora con MAPFRE redactando artículos técnicos, constructivos y de diseño.
Los colores de las paredes son fundamentales para determinar el carácter de un espacio. Los oscuros son muy expresivos, pero corren el riesgo de cansarte con los años. Volver a pintar las paredes de un color claro es muy sencillo si se sigue una serie de recomendaciones que veremos a continuación.
Herramientas y materiales para pintar una pared sobre un color oscuro
Pintar una pared es un proceso sencillo y al alcance de todos, sin embargo, se vuelve un poco más complicado si el tono de base al que nos enfrentamos es un color un tanto oscuro, como podría ser el verde, rojo, naranja o cualquier otro con mucha pigmentación.
Las herramientas que tendremos que utilizar son exactamente las mismas que utilizaríamos para pintar una pared de blanco. Básicamente necesitaremos:
- Un rodillo
- Cinta de carrocero
- Plásticos protectores
- Masilla
- Una lija manual
- Una bandeja de pintura
- Una brocha, siempre y cuando haya algunos elementos o detalles que no podamos pintar con el rodillo.
Sin embargo, los materiales pueden variar un poco, ya que, además del tono final elegido, tendremos que adquirir un bote de pintura base o incluso algún tipo de imprimación.
Si estamos trabajando en interiores, tendremos que elegir una pintura plástica, y si estamos pintando en exteriores, usaremos pintura vinílica especial para exteriores, siendo imprescindible que sea muy resistente frente a los fenómenos meteorológicos.
Cómo pintar una pared de un color claro sobre uno oscuro paso a paso
Los pasos a seguir para pintar este tipo de paredes son muy parecidos a cualquier tipo de pintura. La única diferencia la encontraremos en la necesidad de aplicar un tono blanco de base y al número de manos de pintura que tengamos que aplicar dependiendo de lo oscuro que sea nuestro color actual.
- En primer lugar, despejaremos la zona de todo tipo de muebles y elementos que podamos desplazar nosotros mismos, facilitando así el trabajo.
- Una vez que hayamos retirado todo lo que podamos, protegeremos el suelo con cartones o plásticos. Al igual que el resto de muebles que no hayamos podido mover. Es importante cubrir todo lo que se encuentre en la misma habitación porque, aunque creamos que se encuentran lo suficientemente lejos de la pared, las motas de pintura en suspensión pueden llegar a ensuciarlo todo.
- Utilizaremos la cinta de carrocero a modo de marco alrededor de toda la pared: en el encuentro de la pared con el techo, el suelo y el resto de paredes. De esta manera, podremos pintar tranquilamente sin miedo a ensuciar las zonas que no queramos pintar.
- Si la superficie presenta algunas imperfecciones o agujeros, tendremos que rellenarlos con masilla y a continuación lijarlo todo muy bien hasta dejarlo lo más uniforme posible.
- Antes de pasar directamente a pintar la pared con el color elegido, aplicaremos una mano de pintura base lo más blanca posible. Para ello, simplemente verteremos la pintura en nuestra bandeja y con la ayuda de un rodillo pintaremos directamente nuestra pared de arriba abajo, podemos incluso dar las primeras pinceladas pasando el rodillo en forma de M o W para repartir uniformemente el exceso de pintura inicial.
- Cuando tengamos toda la superficie pintada de manera totalmente uniforme, tendremos que dejarlo secar al menos 24 horas. Este tiempo puede variar en función de las condiciones de humedad del ambiente y de la marca comercial de la pintura, así que es importante leer las recomendaciones que encontraremos en el propio recipiente.
- Al día siguiente, veremos que, pese a haber aplicado una pintura base blanca, el tono de la pared no llega a ser totalmente blanco, todavía podremos apreciar el tono anterior de una manera muy sutil. Ahora es el turno de aplicar la pintura clara del tono final elegido (beige, gris claro, algún tono pastel, blanco hueso…). Para ello, repetiremos los mismos pasos que empleamos para aplicar la pintura base. Es recomendable no quitar las cintas de carrocero ni los plásticos protectores hasta que hayamos terminado por completo el trabajo.
- Si al terminar de pintar toda la pared con nuestro color elegido, vemos que no se asemeja del todo al tono final que buscamos, simplemente tendremos que repetir el proceso y volver a darle otra mano, eso sí, hay que dejar que se seque totalmente antes de aplicar la pintura.
- Por último y una vez seca toda la superficie, simplemente retiraremos la cinta y los plásticos protectores.
Pintar es un proceso sencillo e incluso bastante divertido, sin embargo, es importante contar siempre con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos asesore ante cualquier circunstancia de nuestra vivienda.
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