Aunque pienses que es imposible, un espejo roto puede arreglarse. Los principales problemas que suelen presentar estos elementos decorativos son las roturas, ya sean totales o parciales, las manchas negras o el mal estado de los marcos antiguos que los sustentan. Por ello, queremos enseñarte cómo puedes lograr que vuelvan a brillar como en sus mejores tiempos.
Reparar un cristal con una rotura total
En los casos en los que la rotura del espejo sea total, lamentamos informarte que no será posible recuperarlo. Esto se debe, sobre todo, a un golpe o vibración que ha producido que el espejo se rompa en muchos pedazos, haciendo muy complicada su unión.
Si no quieres deshacerte de él y pretendes darle una nueva vida, puedes usar los cristales rotos para incorporarlos en otros elementos decorativos y usar sus pedazos para formar un mosaico. Si se ha roto en trozos grandes y aprovechables, podrás enmarcarlos para crear otros más pequeños ideales para colocar en otras habitaciones de tu casa.
Reparar un cristal con una rotura parcial
Si la rotura que presenta el cristal del espejo es pequeña o se trata de una fisura que no hará peligrar la integridad total del mismo, puedes recuperar las partes dañadas de una forma muy sencilla. Lo primero que deberás hacer es contar con los materiales necesarios para llevar a cabo la reparación. Acude a tu centro de bricolaje para comprar un adhesivo que sea especial para pegar cristal.
Para evitar cortes deberás manipular los trozos dañados con cuidado usando unos guantes que protejan tus manos. Elimina la parte dañada usando unas pinzas y aplica el adhesivo en la parte trasera del cristal roto. Con mucha delicadeza vuelve a situarlo en su sitio. El resultado será bueno y apenas notarás la fisura.
Manchas negras en el cristal de un espejo
Seguro que te has fijado en que en los espejos que ya tienen unos años han comenzado a aparecer manchas de color negro. Estas se producen cuando la pintura con la que está recubierta la superficie de la parte trasera del espejo comienza a desaparecer. Esto hace que se pierdan sus propiedades y se muestre tan solo el cristal.
Para poder solventar el problema, podrás disimular las manchas limpiando con alcohol la parte trasera del cristal. Una vez realizado este proceso, coloca una tira de papel de aluminio en la zona dañada y fíjala con cinta. Si la mancha es pequeña o se encuentra en un lugar poco visible podrás ocultarla fácilmente y apenas se notará.
Si la mancha es muy grande o no se puede eliminar, puedes optar por integrarla dentro de la decoración del espejo. Con ello nos referimos a que puedes ampliarla un poco para que adquiera una forma bonita y que parezca un elemento decorativo más. Para realizarlo, dibuja con un lápiz en la parte posterior del espejo un diseño sencillo y mediante raspado elimina la cobertura original. A continuación, pinta el interior de la mancha con pintura negra.