Vuelta al cole: Uniforme, ¿sí o no?
Avada
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Con la vuelta al cole son muchos los que aún se debaten sobre la pertinencia de que sus hijos vayan con uniforme a clase. La cuestión comenzó hace ya algunos años, cuando el uniforme dejó de ser un atuendo propio de colegios privados, internados e instituciones determinadas para convertirse en una opción más para los niños de muchas escuelas públicas.
Desde entonces, los padres se han posicionado con mayor o menor entusiasmo sobre la conveniencia de su uso. Los hay que opinan que elimina desigualdades sociales. Otros, en cambio, sostienen que no es más que un negocio oculto y que merma la libertad de los estudiantes a decidir su ropa. Pero, a pesar de sus detractores y defensores, lo cierto es que el uniforme está ahí y se está implantando cada vez en más colegios públicos.
Ventajas de llevar uniforme escolar
El uniforme facilita las rutinas diarias. No hay que pensar qué ropa se pondrá el niño y, además, nos ahorraremos discusiones con él sobre si quiere llevar esa camiseta en lugar de la que le hemos dado, o si prefiere ir con vestido en lugar de pantalón. Aquí no hay más opciones que la ropa que ha marcado el colegio y, lo mejor de todo: nuestro hijo lo sabe.
El uniforme crea una seña de identidad que les hará sentirse más involucrados con su colegio. Se sentirán parte de un grupo con una identidad propia.
Por otra parte, es una forma más de educar, se enseña a los alumnos a vestir de una forma elegante, sobria y sin estridencias. Valores que pueden extrapolar a su propia vida.
Es una excelente manera de evitar que los niños caigan en la trampa de las marcas. A determinadas edades, las pertenencias a un grupo se manifiestan también en la forma de vestir. Si nuestro hijo quiere formar parte de uno, puede verse tentado a imitar los gustos de la mayoría y eso incluye también las marcas. Si nosotros como padres no estamos por la labor de sucumbir a sus caros deseos, la opción del uniforme es la mejor alternativa. El resto de los niños no usarán marcas y nuestro hijo tampoco.
Muchos colegios ofrecen la posibilidad de que las niñas que lo deseen, cambien la falda por el pantalón del uniforme. Así, se soluciona uno de los principales problemas que observan sus detractores: la discriminación por sexos. Aunque, todo sea dicho, llegadas a cierta edad son ellas mismas las que suelen prefierir la falda. Pero al menos, que cuenten con la oportunidad de escoger.
En las salidas y excursiones, si todos los niños van vestidos de la misma manera facilita mucho la tarea organizativa de los profesores, evitando que algún alumno se extravíe. Y si ocurre, el atuendo permitirá reconocer fácilmente a qué colegio pertenece, por lo que podrán ayudarle a encontrar al resto de sus compañeros.
Muchos médicos desaconsejan el uso continuado de zapatillas. Los zapatos del uniforme son una buena forma de disuadir a los niños en el uso exagerado de calzado deportivo. Incluso para los padres, les ayuda a escoger otro tipo de zapatos, ya que en la ropa de calle es más difícil encontrar una alternativa que resulte cómoda para los niños.
La ropa de calle promueve la individualidad
El principal problema que encuentran los padres que no están de acuerdo con el uso del uniforme es su precio. Muchas veces, el coste de esas prendas es bastante disparado, sobre todo si atendemos a la calidad de las mismas. Además, no basta con tener solo uno para todo el año. Los niños juegan, se manchan y la ropa se deteriora. Hay que contar con, al menos, un recambio por lo que pueda pasar.
Incluso con el uniforme, los niños de determinadas edades buscan diferenciarse del resto customizando su propia ropa. Necesitan sentirse seres individuales con la capacidad de elegir los aspectos de su vida. Así, cortan las faldas, añaden adornos o se colocan el jersey de una forma diferente al resto. La ropa de calle no supone una barrera en ese sentido. Con ella, los niños podrán proyectar su personalidad con total libertad.
Para los padres, es más cómodo guiarse por sus gustos y comprar la ropa que entienden que es mejor para sus hijos. Así, además, tienen la opción de hacerlo en las tiendas que prefieran y en el momento que deseen, aprovechando ofertas y descuentos. En la mayoría de los casos, el uniforme hay que adquirirlo en los puntos oficiales o en el propio centro, pero los días que haya establecidos para ello. Esto supone una dificultad añadida, por lo que muchos padres optan por desistir.
Además, el domingo por la noche no nos veremos obligados a planchar su uniforme porque acabamos de darnos cuenta de que no tiene nada para el lunes. Con la ropa de calle, siempre habrá algo en su armario.
¿Cómo elegir la ropa o el uniforme del colegio?
Con uniforme o sin él, la realidad es que nuestro hijo va a necesitar ropa extra en su vuelta al cole. Este gasto, unido al de los libros y el material escolar puede hacer que nuestra economía familiar se resienta. Pero, para evitarlo, te damos algunos consejos de cara a la cuesta de septiembre. Haz una lista con la ropa que puede reutilizar del curso anterior y compra sólo lo que vaya a necesitar de aquí a enero. Los niños crecen demasiado rápido y seguramente a mitad de curso tengas que renovar su armario. Si compras el uniforme poco a poco evitarás un gran desembolso de una sola vez. En cuanto a la ropa de calle, las rebajas de enero son un buen momento para reponer las prendas necesarias.
Apuesta por las marcas blancas. No olvides que la ropa del cole la va a usar para pintar, trabajar, correr, tirarse por el patio, comer… En buen estado le va a durar poco, por lo que no merece la pena destinar un alto presupuesto a ella. Incluso si va con uniforme, hay prendas (las que no llevan escudo) que las puedes adquirir en packs en las grandes superficies a precios muy competitivos.
Si tu hijo va a llevar uniforme, asume que necesitarás como mínimo dos: uno para tenerlo preparado todos los domingos y otro de repuesto por lo que pueda pasar durante la semana.
Si el niño no va a llevar uniforme, busca ropa cómoda, con tejidos naturales y que sean fáciles de limpiar y planchar.
Para los niños más pequeños hay que elegir zapatos con cierres de velcro para que puedan atarse por sí mismos los cordones, así comprobarán que son capaces de hacerlo solos y no se sentirán frustrados o con baja autoestima. Lo mismo ocurre con la ropa, elige prendas que puedan ponerse y quitarse sin ayuda.
Por último, protege tu ropa. Con las coberturas del Seguro de Hogar MAPFRE podrás asegurar el contenido de tu inmueble ante cualquier incidente que pueda surgir.
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