Hoy más que nunca se hace indispensable ese aporte extra de energía que generan los sistemas activos de eficiencia energética. Es muy habitual ver paneles solares térmicos para producir agua caliente sanitaria o incluso placas fotovoltaicas para el soporte extra de energía en viviendas unifamiliares.
Sin embargo, en edificios residenciales de varias viviendas, es un poco más compleja la gestión de estos sistemas. La opción más habitual es el autoconsumo compartido, mediante el cual, y tras ponerse de acuerdo todos los vecinos, se puede llegar a una colaboración para un aporte de energía comunitario.
¿Qué es el autoconsumo compartido y qué modalidades existen?
El autoconsumo compartido es sencillamente la unión de varios usuarios con el fin de compartir la energía producida mediante algún sistema de producción de energía renovable. Lo más común es utilizar placas fotovoltaicas ya que nos permite instalarlas en las cubiertas de cualquier edificio plurifamiliar.
Existen tres modalidades diferente de autoconsumo compartido:
- Autoconsumo compartido sin excedentes: esta modalidad se centra en el consumo interno de los usuarios que lo comparten y no permite el vertido a la red general eléctrica. Siendo totalmente cerrado y sin producción de energía sobrante.
- Autoconsumo compartido con excedentes no acogido a compensación: en este caso, sí que se vende el exceso de energía a alguna compañía eléctrica. Pero será el productor el encargado de llevar a cabo esta venta. Para ello, es necesario que el titular se dé de alta como productor de energía en el Registro Administrativo de las instalaciones de Producción de Energía Eléctrica.
- Autoconsumo compartido con excedentes acogido a compensación: por último, nos encontramos con una modalidad en la que también se vende la energía sobrante, devolviéndola a la red eléctrica. Pero en este caso, esta compensación se reparte entre todos los usuarios a través de un reajuste en la factura de la luz de cada uno, eso sí, será la compañía eléctrica de cada usuario la encargada de llevar a cabo esta compensación.
El autoconsumo compartido en España
Desgraciadamente siempre ha sido muy complicado llevar a cabo eficientemente cualquier sistema de autoconsumo colectivo en España. Desde que en 2015 se impusiera el conocido “impuesto al Sol”, las comunidades de vecinos no han podido beneficiarse plenamente de las ventajas que esta energía limpia aporta.
El Real Decreto 244/2019 regula de una manera más racional el autoconsumo compartido. Gracias al cual, hoy en día, miles de comunidades de vecinos se están aprovechando, no solo de la considerable reducción de la factura de la luz, sino de los beneficios que a la larga supone un sistema de energía limpia a su comunidad. Como por ejemplo, la revalorización de sus edificios al conseguir una mayor calificación ambiental en los famosos certificados energéticos, hoy en día obligatorios para cualquier compraventa de inmuebles.
¿Cuáles son los requisitos para pertenecer a un sistema de autoconsumo compartido?
Para asegurar que esta fórmula sigue siendo eficiente y no es meramente una cuestión formal. Se plantean varios requisitos que todos los vecinos deben seguir.
Entre ellos nos encontramos con la obligación para todos los usuarios de pertenecer a la misma referencia catastral, esto suele significar que pertenezcan al mismo edificio.
También hay exigencias en cuanto a la distancia de las placas fotovoltaica y las viviendas, asegurándose así que no sea más costoso el transporte de energía que la energía limpia que se produce. Suele tratarse el límite en 500 metros.
Sin embargo, todas estas demandas tendrán que ser comprobadas y seguramente ampliadas en cada comunidad autónoma. A la vez que debemos tener en cuenta que existen multitud de subvenciones para la instalación de paneles solares con sus respectivos requisitos.
¿Qué beneficios nos aportan estos sistemas compartidos?
La primera barrera que se nos presenta siempre es el alto desembolso inicial que cualquier sistema de energía alternativa requiere. Sin embargo, el gran motivo del éxito del autoconsumo compartido es que este desembolso se reparte entre todos los participantes, haciendo más asequible esta opción.
A su vez también se consigue amortizar antes este gasto, consiguiendo recortar al clásico autoconsumo individual entorno a los 2 años. Es decir, pasaríamos de una media de 6 años para el individual a unos 4 años en el formato compartido.
Como ya hemos comentado, los paneles fotovoltaicos se pueden instalar en la cubierta de cualquier edificio residencial. Si conseguimos compactar los paneles de todos los vecinos, podremos liberar espacio y conseguir así un mejor aprovechamiento de los metros cuadrados que dispongamos.
Todos estos sistemas se presentan como una alternativa coherente a los tradicionales consumos energéticos, pero, sin embargo, no debemos olvidar la importancia de contratar un buen Seguro de Hogar MAPFRE, que nos aporte la tranquilidad necesaria en cualquier vivienda de una comunidad de vecinos.