El próximo domingo 29 de octubre los relojes de toda España se retrasarán una hora (a las tres de la madrugada serán las dos). Así dará comienzo el horario de invierno, una operación que repetimos año tras año, pero que en muchos casos desconocemos el verdadero significado. ¿Sirve para algo? Y, lo que es más importante, ¿Supone un ahorro real para los hogares?
Como en muchas otras ocasiones, esta iniciativa se empezó a perpetrar en una guerra. Concretamente en la I Guerra Mundial, cuando Alemania decidió retrasar los relojes para aumentar la actividad en las horas de luz natural y así ahorrar el carbón suficiente para usarlo en la contienda. Pronto, los implicados en ambos bandos comenzaron a copiar su idea.
Actualmente, este cambio de hora, que busca aprovechar mejor las horas de luz, forma parte de una directiva europea que afecta a todos los Estados miembros de la Unión sin excepción. Una medida sujeta a debate ante la necesidad o no de la misma. Lo cierto es que la Comisión Europea se esfuerza en explicar que su aplicación tiene impacto positivo en el ahorro energético y en sectores como el transporte, la salud, el turismo o la seguridad vial, entre otros. Pero ¿Cómo afecta el cambio de hora a nuestros bolsillos?
Apenas se nota en la factura
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el último cambio de hora supuso un ahorro del 5 por ciento, lo que equivalente a 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones corresponde al ahorro en los hogares, mientras que los 210 millones restantes al sector terciario y la industria. A su vez, si desglosamos los 90 millones por hogares, representa 6 euros mensuales de ahorro por familia. Unos datos que, según la Red Eléctrica de España (REE) disminuyen con el paso del tiempo. Según un informe realizado en 2007 en el que se registró minuto a minuto la evolución de la demanda eléctrica, se detectó un ahorro en el consumo en los primeros días tras la aplicación del cambio de hora, pero éste fue diluyendo poco a poco.
Además, estas cifras son potenciales. Es decir, para que sean reales se debe llevar a cabo un comportamiento racional de la luz. Por este motivo, tanto el Ministerio de Industria, Energía y Turismo como el IDAE recomiendan a los ciudadanos hacer un uso inteligente de la energía. Podemos potenciar dicho ahorro llevando a cabo un plan de eficiencia en nuestra vivienda, como el que se pretende hacer para 2020, con actuaciones como sustituir todas las bombillas de la casa por LED o instalar doble ventanas que aíslen mejor del frío exterior, entre otras medidas para ahorrar en la factura de la luz.
La realidad es que, cuando en otoño se retrasa el reloj, las familias se encuentran con que la noche llega una hora antes de lo habitual. Sin embargo como sus rutinas diarias se mantienen, gastarán esa hora extra de oscuridad que, supuestamente, habían ahorrado por la mañana.
El cambio en las tarifas con discriminación horaria
Los hogares que tengan contratadas tarifas de discriminación horaria deben estar atentos a los cambios de hora, ya que el periodo valle se retrasa una hora hasta el último fin de semana de marzo, cuando se delante de nuevo para dar paso al horario de verano.
Así, las tarifas 2.0DHA y 2.1DHA pasan a tener el período punta (más caro) de doce de la mañana a diez de la noche; mientras que el valle (barato), de diez de la noche a doce de la mañana. Para sacar el máximo partido al cambio de hora, debemos usar los electrodomésticos dentro del periodo valle y evitar el uso de energía fantasma, como cuando dejamos el cargador enchufado.
Beneficios personales
Al margen de discrepancias sobre su efectividad económica, los expertos coinciden en que el cambio de hora reporta grandes beneficios personales. Al anochecer antes y haber menos horas de luz, nuestro organismo segrega mayor cantidad de melatonina, la hormona que ayuda a conciliar el sueño. Además, la alteración de los ritmos biológicos que se produce al retrasar la hora aumenta la capacidad del cuerpo humano a adaptarse a los cambios, activando sus defensas y preparándolo para responder mejor a las agresiones externas.
En cualquier caso, si observas que el nuevo horario te produce ansiedad o merma tu rendimiento habitual, recurre a uno de los especialistas que el Seguro de MAPFRE Salud pone a tu disposición.