Si lo único que haces para ahorrar electricidad en tu hogar es apagar luces y cerrar la puerta “para que no se escape el gato”, entonces, te conviene seguir leyendo. Ahorrar en el consumo de la luz es posible y hasta sencillo, pero para ello debemos hacer un uso responsable de la energía y evitar determinadas prácticas que lo único que consiguen es derrochar electricidad inútilmente.

Claves para ahorrar en el consumo de la luz

Cambiando ciertos hábitos a los que estamos acostumbrados podemos llegar a reducir el consumo de la luz de forma considerable. Se trata, en definitiva, de aplicar la eficiencia energética en el hogar, lo que se traduce en que tendremos que pagar menos por la misma cantidad de energía consumida.

Hay que prestar especial atención a los electrodomésticos, que sólo ellos acaparan el 56 por ciento del consumo eléctrico. Aprender a usarlos de forma eficiente conseguirá ahorrarnos en la factura de la luz un amplio porcentaje.

El modo “reposo” sigue consumiendo

La función “stand by” o modo reposo de muchos aparatos electrónicos, como la televisión, hace que sigan consumiendo energía a pesar de no estar en funcionamiento, lo que supone un coste de unos 100 euros al año. Por eso, es conveniente apagarlos completamente o usar regletas con interruptor para facilitar la tarea.

Uso eficiente de la vitrocerámica

Para sacar el máximo partido a este electrodoméstico sin que desencadene un consumo de luz exagerado, basta con aplicar unos sencillos gestos para aprovechar completamente el calor. Tanto las sartenes, como las cacerolas, o cualquier otro recipiente que usemos para cocinar, deben tener un diámetro de igual o mayor tamaño que la zona de cocción. Si usas la tapa, ahorrarás un 25 por ciento de energía. Las ollas a presión son una de las mejores alternativas. Los alimentos se cocinan más rápidamente, reduciendo a la mitad el tiempo de cocinado.

El horno, sólo para lo estricto y necesario

Debes tener en cuenta que el horno es uno de los electrodomésticos que más consume. Lo más recomendable es usarlo poco, y cuando se use que sea para cocinar varios alimentos a la vez. Evita abrir la puerta continuamente, ya que cada vez que lo hagas estarás rebajando la temperatura unos 25 grados. Y no apures con el horno encendido todo el tiempo que marque la receta. Apágalo unos minutos antes y aprovecha su calor residual.

Frigorífico a pleno rendimiento

Para que el frigorífico (sobretodo los que no son ecológicos) no requiera de más energía de la necesaria, es recomendable situarlo a una distancia suficiente de la pared y revisar las gomas de la puerta para que no haya ninguna fisura por la que se escape el frío. Además, una vez al año deberemos limpiar toda la parte trasera para que esté a pleno rendimiento. En su uso diario, evita introducir alimentos que aún estén calientes pues, a parte de romper la cadena de frío, rebajarás unos grados la temperatura del aparato. Y tenlo siempre a 4º y el congelador a -18º.

Elige bombillas led

Aunque en la tienda estas bombillas son bastante más caras, suponen un ahorro energético de hasta un 90 por ciento. Además, mientras las halógenas tienen una vida útil de 2.000 horas, o las de bajo consumo de 8.000, las led pueden llegar a durar 25.000 horas.

Cómo descifrar (y reducir) la factura de la luz

La complejidad terminológica empleada en la factura de la luz hace que, para muchos, buscar atajos para reducir costes sea toda una odisea, pero siempre hay un pequeño margen, por insignificante que sea, con el que podremos ahorrar una determinada cantidad. Para descifrarla, hay que tener en cuenta tres parámetros:

¿Tarifa regulada o mercado libre?

Para saber qué tipo de tarifa tienes, mira la esquina superior izquierda de la factura. Si figura el nombre de una compañía eléctrica, tienes tarifa de mercado libre. Si, por el contrario, aparece “Comercializador de referencia”, es que estás dentro de la tarifa regulada o PVPC. ¿Por qué es esto importante? Porque en mercado libre, la compañía es libre de fijar sus propios precios, con lo que la tarifa regulada es, a la larga, la más barata. Por eso, si estás en mercado libre, solicita el cambio.

Tarifa de acceso

Busca en tu factura la «tarifa de acceso». Si pone 2.0A, significa que no dispones de tarifa con discriminación horaria; si figura 2.0DHA, es porque sí la tienes. Según los expertos, te conviene tener discriminación horaria, pues distingue de dos franjas horarias con precios diferentes. De ellas, la más barata es la que va desde las diez de la noche (las once en verano) hasta las doce del día siguiente. Por tanto, si hacemos uso de los electrodomésticos a esas horas, nuestra factura disminuirá considerablemente.

Potencia contratada

Cuanto menor sea la potencia contratada, menor será el gasto, pero podemos acabar sufriendo cortes de luz indeseados por habernos pasado del mínimo. En líneas generales, una vivienda no tendría por qué necesitar más de 10 kilovatios. Además, para poder disfrutar de la tarifa regulada, no debemos superar esa potencia.

Así pues, si después de analizar tus circunstancias personales descubres que tienes más potencia de la necesaria contratada, tendrás que solicitar un cambio. Eso sí, hay que asegurarse bien pues la siguiente modificación puede acarrearnos gastos adicionales.

Además de utilizar los electrodomésticos con cabeza para reducir su consumo, hay que hacerlo para evitar una saturación de los mismos. De hecho, el excesivo uso de los electrodomésticos es una de las principales causas de siniestralidad por daños eléctricos. Con la garantía de daños eléctricos del Seguro de Hogar MAPFRE, las averías de los aparatos eléctricos quedarán cubiertas.