Básicamente podemos diferenciar dos tipos de pilas: las recargables y las desechables. En este artículo te enseñamos a recargar las pilas desechables, aquellas que supuestamente no se pueden recargar y que normalmente tiraríamos una vez agotada su carga.

Una pila no deja de ser un pequeño acumulador que una vez vacío pierde su función de transmitir la energía que contiene, como hacen los de las placas solares. No obstante, hay algunos trucos para prolongar un poco su uso, especialmente cuando nos encontremos en una situación que dificulte su reemplazo inmediato. Y que además puede ahorrarte algo de dinero.

Cómo recargar pilas desechables

A la hora de recargar las pilas que ya están gastadas, hay dos métodos posibles: a través del calor o a través del frío.

Recargar pilas usando calor

Se puede utilizar directamente la luz solar. Para ello, tenemos que:

  • Situar la parte de la pila de carga positiva de manera que la luz del sol incida directamente sobre ella.
  • En las condiciones adecuadas de temperatura, podremos llegar a conseguir hasta dos horas más de vida de las pilas gastadas.

Esto es especialmente útil cuando estamos fuera de casa y no disponemos de pilas de repuesto para algún aparato.

Cargar pilas en el congelador

Las bajas temperaturas ayudan a condensar la carga de la pila. En este caso, la solución es más breve que si usamos calor, ya que solo conseguiremos unos minutos extra, pero para una urgencia es una opción muy válida.

  • Para darle más vida a las pilas gastadas mediante el frío, tendremos que envolverlas en papel absorbente y en papel de aluminio (para que no les afecte la humedad) y meterlas en el congelador.
  • Las dejaremos todo el tiempo que nos sea posible y luego retiraremos solo el papel de aluminio.
  • Después, esperaremos unos minutos para que el papel absorbente acabe con la posible humedad.
  • A continuación, ya podremos probar las pilas otra vez, consiguiendo al menos unos minutos de uso que, en algunas ocasiones, pueden ser de agradecer.

Pilas recargables

En el mercado hay pilas que están especialmente destinadas a su recarga continuada una vez que se agotan. La manera en que se recargan es a través de un cargador, que puede ser similar al que podemos usar para la batería del móvil, o bien solar o incluso a través de un puerto USB que conectemos al ordenador. Este cargador se conecta a la corriente, que recarga las pilas y deja las pilas listas para un nuevo uso.

Al usar estas pilas, tenemos que asegurarnos de que se agotan por completo antes de recargarlas, además de no dejarlas cargando más tiempo del necesario. De esta manera, durarán el mayor tiempo posible. Como es lógico, un paquete de pilas recargables con su correspondiente cargador sale más caro que su equivalente en pilas desechables, pero la inversión acaba saliendo rentable bastante pronto. Una opción interesante, pese a que muchos consumidores no suelen tenerla en cuenta. Sin embargo, aunque tarde mucho más, llegará el momento en que ellas también se agoten. Cuando llegue el momento, sigue siempre nuestros consejos de reciclaje.