Las partes más acusadas del sofá acaban hundiéndose y pierden su aspecto original, el mueble deja de ser cómodo. Si no vemos como una opción cambiar el sofá entero, podemos seguir los siguientes trucos.
El problema es el relleno
Para tratar el sofá y recuperar su aspecto mullido tenemos que saber que el problema se origina en el relleno. Si los cojines de nuestro sofá se pueden desenfundar, lo que podemos hacer es repartir el relleno. Con unos golpes secos bastará para que el relleno vuelva a su lugar original.
Sin embargo, si este ha sufrido mucho, tendremos que sustituir el relleno por otro nuevo. Recordemos que para conseguir el mullido original, el relleno debe ser el mismo o similar al anterior. Otra alternativa sería rellenar la funda de un cojín estándar y económico. Al acabar, tendríamos que introducir el cojín en la funda del sofá que necesite el arreglo.
Rellenar sofás menos accesibles
Si el acceso a estas partes es más complicado, por ejemplo, en el caso de cojines no desenfundables, no nos quedará más remedio que abrir alguna de las costuras. El proceso es el mismo que con los cojines desenfundables. Sin embargo, al acabar deberemos volver a coser la abertura o, para facilitarnos el trabajo en futuras ocasiones, podríamos colocar una cremallera.
Acceder a los brazos de la mayoría de los sofás no es una tarea fácil, sobre todo si sus piezas no se pueden separar mediante cremalleras o velcros. Para ello, tendremos que darle la vuelta al sofá y visualizar su base. Las cubiertas de los sofás suelen estar grapadas en la base, por lo que deberemos retirar la tela y así rellenar estas zonas. Para los lugares difíciles, podemos ayudarnos de un palo de escoba. Al finalizar, volveremos a unir la tela con grapas o de la forma que más nos convenga.