Si tu casa está orientada al norte seguramente hayas notado que la vivienda es particularmente oscura. Recurrir a la luz artificial es una opción, pero mejor aún es optar por tubos de luz solar. Estos artefactos son capaces de captar los rayos del sol y conducirlos hasta las estancias interiores ofreciendo una iluminación natural, ecológica y gratuita. ¿El resultado? Un ambiente más confortable que eleva el estado de ánimo y un paso más en el camino hacia la eficiencia energética de tu hogar.
¿Qué son los tubos de luz solar?
Los tubos solares son un sistema ideado para recoger la luz natural del exterior y llevarla al interior de la vivienda o local.
La luz del sol penetra por una cúpula de policarbonato situada en el tejado o en la fachada del edificio, atraviesa un tubo metálico de varios metros de longitud, y desemboca en un difusor de luz situado en el interior de la estancia.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento de los tubos de luz es muy sencillo. Para comprenderlo mejor, hay que hablar de cada una de las partes que los componen:
Claraboya
Es un domo de forma semiesférica, resistente y estanco, ubicado en el tejado o fachada. Consta de una lente diseñada para captar y multiplicar la luz solar.
Tubo reflectante
La luz que entra por la claraboya pasa a un tubo de aluminio cuyo revestimiento interior tiene una reflectividad espectral superior al 90 por ciento, es decir, puede aprovechar prácticamente la totalidad de la luz que entra por él. Esta condición hace que, a pesar de los giros, quiebros y cambios de dirección del tubo, la luz siga pasando por él sin problemas.
Puede llegar a medir hasta 15 metros de longitud, aunque hay que tener en cuenta que la eficiencia de la transmisión es mejor si es corto.
Plafón difusor
El tubo reflectante se conecta en su parte inferior con un plafón ubicado en el techo o en la pared de la habitación. Éste es el último eslabón que permite que los rayos del sol entren en la estancia con toda su intensidad, pero difuminados, devolviendo la claridad a las zonas más oscuras, de una forma natural, económica y ecológica.
Algunos plafones incorporan un anillo de luces LED que se encienden al anochecer.
¿Cómo y dónde se puede instalar?
Los tubos de luz solar se pueden instalar en todo tipo de techos o fachadas, tanto en viviendas unifamiliares como en edificios de pisos a través de los patios interiores. Su destino puede ser cualquier habitación, pasillo, baño, sótano, etc.
No obstante, para que su eficiencia sea máxima, hay que tener en cuenta una serie de aspectos:
- La claraboya debe estar ubicada en una zona que reciba la luz solar directa en mayor tiempo posible del día, evitando que árboles, edificios o muros puedan hacer sombras en determinadas horas.
- Cuanto más largo sea el tubo, o su diámetro sea más reducido, menor será la cantidad de luz que pase por él.
- Es aconsejable que el plafón se ubique en el centro de la estancia a iluminar para que la luz tenga una distribución uniforme.
En cuanto a su colocación, por extraño que parezca, no implica hacer una gran reforma. De hecho, las obras se suelen empezar y terminar el mismo día:
¿Qué ventajas tienen?
Además de recibir luz natural en cualquier estancia de la casa, instalar tubos de luz solar conlleva una serie de ventajas adicionales:
- Gracias a los filtros de radiación ultravioleta de la claraboya, los rayos del sol iluminan, pero no dañan ni estropean los muebles.
- Algunos tubos llevan incorporado un sistema de ventilación económico y eficaz.
- A diferencia de las ventanas, los tubos evitan la entrada de frío o calor del exterior.
- La entrada de luz natural reduce el cansancio, el estrés, el dolor y despeja la mente, lo que hace que sea muy beneficioso en centros de trabajo y hospitales.
- No necesita limpieza ni mantenimiento.
- Reducen el consumo de energía y mejoran la eficiencia energética de los edificios.
- Suponen un ahorro en la factura de la luz.
¿Qué ahorro supone?
La longitud y el diámetro del tubo, así como las dimensiones de la estancia a iluminar son determinantes a la hora de fijar su precio. Pero, por hacernos una idea, cada tubo de luz oscila entre los 200 y 700 euros.
Eso sí, una vez instalado, no hay que hacer nada más, ya que no tienen mantenimiento. Una modesta inversión inicial por la que, a cambio, recibimos la mejor luz posible (la natural) sin pagar nada por ella, y con un ahorro en el consumo eléctrico de hasta un 45 por ciento.
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