Cómo organizar un armario pequeño
Avada
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Cualquiera diría que por el ritmo de vida que llevamos, donde las experiencias parecen que cada vez pesan más, tendríamos que tender a acumular poco. Y seguramente así sea. El mundo digital ahorra espacio como nadie: tarjetas de almacenamiento para fotos en lugar de grandes álbumes, selfies en el móvil donde antes había mil souvenirs y, por supuesto, la tendencia de estilo nórdico en decoración, que quita de en medio objetos que no sirvan, dejando un espacio tranquilizador, funcional y que no canse a la vista.
Pero luego vas a tu habitación y abres el armario. Puede que el mueble sea de estilo nórdico, blanco impoluto y con líneas rectas y definidas, pero lo de dentro está abarrotado, como el salón de tu abuela, donde no se ve ni un centímetro cuadrado de pared.
Así que decides que por fin vas a solucionarlo y nosotros decidimos ayudarte: aprendamos de una vez cómo organizar un armario pequeño.
Filtra tus pertenencias
- Saca todo y ponlo en una superficie donde lo veas de una vez. Ya te lo contamos con la filosofía de Marie Kondo. A veces, acumulamos objetos que nunca más volvemos a recordar. Simplemente, los metemos en nuestro armario, como quien tira una moneda a una fuente pidiendo un deseo, sintiendo que hemos cumplido nuestro cometido, que era tenerlo. Esto se acabó.
- Cuando lo veas todo, tu cara de incredulidad asomará por donde quiera que estuviese y te oirás diciendo: ¿Todavía estás tú aquí? Refiriéndote a algo que pensabas que ya había desaparecido de tu vida. Aprovecha y tíralo. ¿Prendas que no ves desde hace más de 3 temporadas? Fuera. ¿Perchas con la etiqueta puesta de hace 2 rebajas, porque era un chollo? Adiós. De hecho, dedicar parte de tu armario a algo que no quieres, te está saliendo caro. ¿Fue tu jersey favorito de hace 5 años? ¿Tu falda de la suerte en la Universidad? Despídete antes de que sean jirones: ya cumplieron su función y necesitan descansar.
- Toma cada prenda, cada zapato y cada bolso, en tu mano. Piensa y siente. ¿Qué te inspira? ¿Realmente te hace feliz o te da igual? Si no te da felicidad, deshazte de ello. Tu armario, por muy pequeño que sea, debe ser tu reducto personal de paz.
- Clasifica lo que vayas a desechar: ¿Le gustaría a tu mejor amiga? Entonces puedes venderlo o donarlo. Si la respuesta es no, al contenedor sin concesiones.
Si ya has acabado de filtrar en tu armario, tienes la mayor parte del camino hecho. La democratización de los precios de la moda, el auge de las aplicaciones de artículos de segunda mano y las tendencias cada vez más efímeras, hacen que continuemos con nuestra fiebre del consumismo. Pero ¿sabes cuántas veces te vas a poner “eso” con lo que soñabas? Solo 7 veces (de media).
El diario británico Daily Mail entrevistó a 1.000 mujeres mayores de 16 años, sacando unas conclusiones asombrosas:
- La media de prendas en el armario de una mujer es de 66.
- De esas 66, 10 puede que se las hayan puesto una vez y que nunca se las vuelvan a poner. (¡El 15% de su armario!)
- Desde la tercera puesta, las prendas ya pasan a considerarse “viejas”.
Si a eso le añadimos que ciertos expertos consideran que deberíamos vivir con solo 33 prendas, la cosa se complica.
Pero supongamos que ya tienes en tu armario aquello que amas, que te importa, que te reporta pensamientos y sentimientos positivos.
Sigue estos consejos sobre cómo organizar un armario pequeño:
- Apuesta por las perchas multifuncionales. Y empieza a meter unas cosas en otras, por ejemplo, los bolsos pequeños dentro de los más grandes.
- Guarda en vertical. Aparte de ocupar menos espacio, servirá para encontrar de un vistazo lo que buscas, sin revolver ni desordenar todo lo demás.
- Etiqueta lo que no veas. Si guardas varios pares de zapatos en cajas, añade una foto de cómo son (o escríbelo) en su tapa, para que accedas a ellos enseguida.
- Guarda por categorías. No mezcles camisas con chaquetas y sudaderas. Si vas a colgarlas todas, cada una en su lado. Si tienes pocos cajones, añade separadores de cajón para multiplicar las posibilidades.
- Si puedes, añade una segunda barra para faldas o pantalones.
- Añade ganchos o colgadores de las puertas, para complementos.
- Retira de la vista lo que no tenga un uso habitual, como por ejemplo la ropa para eventos o prendas de otra temporada. Una buena compra son las bolsas para aspirar al vacío. El resultante ocupa poco, pesa menos y es más fácil de manejar.
- Haz que el resultado quede estético. Puedes ordenar por tonos o cambiar las perchas para que todas sean iguales (¡y bonitas!). La idea es que cada vez que abras el armario, no tengas sentimientos negativos e inviertas tiempo en mantenerlo ordenado.
- Aprovecha los “huecos muertos”, es decir, las partes superiores e inferiores del armario. Y sácale partido.
- Invierte en cajas con la medida exacta del interior de tu armario.
Y un consejo extra:
Acostúmbrate a sacar la ropa del día siguiente y ponla fuera del armario o en un galán. Es una manera de dejarla estirar, evitar el desorden por la falta de ideas en el momento en que más prisa tienes y recordarte que eres una persona ordenada, con tu ropa bien guardada y en perfecto estado.
Sea como sea tu armario, está claro que puedes aprovechar mejor el espacio para guardar lo que realmente te importa. Recuerda que, además, si tienes objetos de valor, puedes incluirlos en tu Seguro de Hogar MAPFRE.
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