La lana es una fibra natural flexible y delicada que precisa unos cuidados especiales para mantener su forma y su suavidad. Una mala manipulación puede hacer que la prenda se deforme, encoja e incluso que destiña. Por eso, te vamos a contar cómo tratar y lavar un jersey de lana para que te dure en las mejores condiciones todo el tiempo posible.
Consejos básicos para las prendas de lana
Existen unas normas básicas para mantener la prenda de lana como nueva:
- No uses agua caliente para lavarla, porque puede hacer que la prenda encoja y se deforme.
- No uses productos a base de cloro.
- Antes de lavar el jersey, abrocha botones y cremalleras y quita los cinturones o accesorios, si los tuviera. De esta forma evitarás que el movimiento del agua deforme el patrón.
- Lo mejor es lavar a mano, pero también se puede en la lavadora si así lo indica la etiqueta.
Cómo lavar un jersey de lana en la lavadora
Si decides lavar la prenda en la lavadora:
Mete las prendas de lana en la lavadora
Evita mezclarla con otros tejidos. Junta toda la ropa de lana para poner una lavadora con ella. Pero no cargues el tambor en exceso para que no se apelmace. Lo ideal es dejarlo medio lleno.
El detergente
La lana es un tejido frágil, por lo que no conviene usar productos químicos limpiadores, blanqueadores y suavizantes. Lo mejor es usar un detergente suave que no la apelmace, le devuelva la suavidad y le de buen olor.
Elige el programa adecuado
Selecciona la temperatura adecuada (nunca a más de 30°) y elige un programa para prendas suaves. Si tu lavadora no lo tiene, opta por uno con agua fría y corto.
No es aconsejable usar centrifugado, o en todo caso usar uno con una velocidad por debajo de 800 revoluciones por minuto.
Fuente: https://bit.ly/3bwMVId
Cómo lavar a mano un jersey de lana
Como decimos, lo mejor para las prendas de lana es lavarlas a mano, pero siempre que se sigan estas recomendaciones:
- Llena un barreño de agua tibia (no más de 30º) y un chorrito de jabón neutro.
- Sumerge la prenda, pero no la dejes en remojo mucho tiempo, ya que el contacto continuo con el agua es lo que la deforma.
- Evita frotar el jersey con fuerza. Si hay manchas, quítalas con un cepillo con mucha suavidad.
- Aclara varias veces en agua templada y después en agua fría.
¿Cómo secar la prenda?
Tras el lavado, llega el momento de secar la prenda, una tarea también importante si se quiere alargar la vida del jersey.
Escurre la prenda
La ropa de lana no debe retorcerse. Para escurrirla lo más adecuado es envolver cada prenda en una toalla de algodón y hacerla rodar con delicadeza. Así se consigue escurrir el agua sin que se deforme.
Extiéndela a la sombra
Tender la ropa de lana en vertical y sujetarla con pinzas solo conseguirá que se deforme. Para que mantenga su elasticidad natural es mejor extenderla en horizontal sobre una superficie plana, limpia y que no empape la humedad.
Además, hay que evitar la exposición directa al sol.
¿Se puede planchar?
No es aconsejable, pero en un caso extremo se puede planchar la prenda de lana. Hay que tener en cuenta lo siguiente:
- La plancha no puede estar muy caliente.
- Hay que usar un pañuelo fino entre la plancha y la prenda para evitar que aparezcan marcas y brillos en el tejido.
- No se debe fijar la plancha. Es mejor usar el vapor y ayudarse de las manos, con cuidado de no quemarse.
Para guardarlo, lo más indicado es doblar el jersey y evitar poner muchas prendas encima, ya que de esta manera las fibras no pueden respirar.
¿Qué hago si aparecen bolitas en el jersey?
Uno de los grandes enemigos de la ropa de lana son esas bolitas que aparecen y afean toda la prenda.
Por suerte, se pueden quitar. Para ello puedes usar uno de los cepillos o máquinas “quita bolas” que se venden a tal efecto, o usar un remedio casero muy eficaz, que consiste en pasar una piedra pómez en el sentido de la fibra.
Si sigues todos estos consejos, tu jersey tendrá una vida útil muy, muy larga. Pero, como no siempre las cosas salen como uno espera, no está de más ser previsor. Si cuentas con un Seguro de Hogar Platino de MAPFRE, estarás cubierto ante cualquier hecho fortuito que produzca daños por encima de cien euros a los bienes asegurados.