Tanto si tu vitrocerámica ya está marcada por algún arañazo como si aún está impoluta, te interesará conocer una serie de trucos para que tu vitrocerámica no vuelva a rayarse o para que se mantenga como nueva durante mucho más tiempo. Toma nota de las siguientes recomendaciones.
¿Cómo evitar que se raye?
Como dice el refrán: “es mejor prevenir que curar”. Y en este caso que nos atañe también es cierto, ya que es preferible cuidar la vitrocerámica para que nos dure mucho tiempo. Para ello debes tener en cuenta lo siguiente:
- Es preferible cocinar a fuego lento, tanto si lo haces en sartenes como en ollas. De esta manera evitaremos que salte el aceite o se salga algún líquido y estropee la capa de la vitrocerámica.
- En el caso de que se derrame algo de lo que estamos cocinando, hay que limpiarlo rápidamente pasando un trapo algo húmedo y sin jabón. Es recomendable no dejar la superficie durante un largo periodo sin limpiar o de lo contrario los restos se pegarán por completo.
- También es muy importante no cocinar otras recetas sin antes haber limpiado la suciedad anterior. Si no lo hacemos, los restos se quemarán e irán estropeando la vitrocerámica poco a poco.
- Hay que usar productos adecuados para la limpieza de la vitrocerámica. En este aspecto hay que tener un especial cuidado con las rasquetas, ya que si utilizamos alguna rota o con la cuchilla picada, podremos estropear aún más la superficie.
Limpiar la vitrocerámica adecuadamente
- Evita que la suciedad se incruste aplicando un producto especial para vitrocerámicas por toda la superficie y extiéndelo con un trapo o esponja húmeda para evitar que se raye.
- Hay que esperar a que el líquido actúe durante 5 minutos.
- Frotamos la superficie con ímpetu enjuagando de vez en cuando el paño que estemos usando.
- Si es necesario podemos añadir un poco más de líquido e ir comprobando cómo la suciedad va desapareciendo.
- En el caso de que haya alguna zona con restos pegados, tendremos que intentar ablandarlos y usar la rasqueta con cuidado. La mejor forma de usar este instrumento es colocándolo a unos 45º y pasarlo por las zonas más críticas. Recuerda que la rasqueta se debe pasar con el líquido limpiador, pero nunca en seco.
- Para terminar pasaremos una bayeta limpia humedecida dos o tres veces hasta que la vitrocerámica quede totalmente limpia. Finalmente secaremos con otro paño limpio y seco o con papel absorbente.
Teniendo un especial cuidado para que tu vitrocerámica no vuelva a rayarse conseguirás mantenerla siempre impoluta como el primer día. Recuerda que tu casa se merece los mismos cuidados y para ello el Seguro de Hogar MAPFRE es una de las mejores opciones. Te informamos sin ningún compromiso de todo lo que necesites.