Nos han acompañado durante todo el invierno pero, ahora, toca despedirse de ellas. De la misma manera que haces el cambio de armario, sacando la ropa de verano y guardando la de invierno, lo mismo sucede con las alfombras. Si tienes alfombras de verano, sustitúyelas. Si no, guarda las de invierno y luce el suelo de tu casa.

¿Por qué es bueno retirar las alfombras en verano?

No se trata solo de una cuestión ambiental y estética. Ni tan siquiera de que puedan retener calor y precisamente lo que queramos sea lo contrario. Guardar las alfombras en verano es conveniente porque siguen acumulando el polvo habitual, pero a una media de 25º. La mezcla resulta explosiva y las alergias en estos casos suelen multiplicarse.

También es importante guardarlas para mantenerlas bien cuidadas y que duren el mayor tiempo posible. Recuerda que una alfombra nueva da un aspecto fresco y elegante a la casa y es una buena inversión si sigues los cuidados básicos. Si durante la parte del año que menos servicio nos hacen y que menos encajan en el ambiente de la estación las guardamos, estaremos ahorrándoles una cuarta parte de su desgaste en el mejor de los casos.

Eso sí, para guardarlas en la mejor condición posible, antes de retirar las alfombras será conveniente que hagas la limpieza correspondiente: pasar la aspiradora para eliminar los restos de arena, polvo y pelos de animales que se acumulan. Lo ideal es que realices pasadas lentas con una aspiradora de cepillo giratorio y a máxima potencia de absorción.

Una vez hecho, pasa una fregona muy bien escurrida con un detergente neutro sobre toda la alfombra. Así terminarás de retirar todos los restos de suciedad.

De todos modos, algunas alfombras, como las de lana, solo pueden limpiarse en seco. Y si tienes una alfombra de gran valor, por ejemplo una alfombra persa auténtica, lo mejor es que la lleves a un sitio especializado en vez de limpiarla tú mismo. La alfombra te llegará impecable para usarla en el próximo invierno. Si tienes dudas, lee nuestro artículo de limpieza de alfombras para saber a qué atenerte.

Una vez la tengas limpia, guárdala enrollándola sobre una sábana vieja y que sea un poco más ancha y larga que la alfombra. Pliéga la tela sobrante sobre la alfombra y asegúrala con cordel. Si tienes una disponible, mete el rollo en una bolsa de tela o de plástico. De este modo la preservarás mejor de la acumulación de polvo que suele suponer guardarla en el trastero.

¿Cómo cuidar un suelo en el que han estado alfombras?

Ahora viene una segunda tarea: limpiar el suelo. Lo primero que tendrás que hacer, en el caso de que tengas parqué o tarima, es colocar debajo de las sillas, mesas, etc. unos adhesivos de terciopelo para evitar rayar el suelo. Lo mejor siempre es que los coloques antes de quitar la propia alfombra.

Después, limpia adecuadamente la zona donde estaban colocadas las alfombras. Empieza de nuevo pasando la aspiradora y, a continuación, friega el suelo con un limpiador adecuado al tipo de suelo que tienes. Uno de los trucos infalibles para conservar el parqué impecable es fregarlo con un chorrito de vinagre diluido en un cubo de agua.

Mejores alfombras para el verano

Una alternativa si no te gusta dejar la casa desnuda es utilizar alfombras más frescas y ligeras que las clásicas y gruesas alfombras textiles a las que estamos habituados. De hecho, existen algunos materiales que nos pueden servir también como aislante del calor y ayudarnos frente a las altas temperaturas.

Entre los materiales más empleados están las fibras vegetales:

  • Cáñamo: bonitas, resistentes y buenos aislantes, si bien conviene encerarlas con productos para madera para conservar su buen aspecto.
  • Bambú: Agradables al tacto,  firmes y duraderas, si bien requieren un alto mantenimiento y se recomienda aspirarlas muy a menudo.
  • Yute: Suaves y ligeras, aunque menos resistentes al trajín constante, por lo que no son ideales para zonas de paso y se recomiendan para habitaciones y lugares en los que andemos descalzos. Su limpieza es fácil, si sigues estos consejos.
  • Sisal: un tejido más rudo y sufrido, aunque como en el caso de la mayoría de fibras naturales no soporte bien la humedad y todavía menos la lluvia.

Y como siempre, recuerda que para proteger el contenido de tu casa de accidentes y percances variados, dispones de la mejor herramienta. El Seguro de Hogar MAPFRE con el que hacer frente a las eventualidades.

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