Aquí tienes unas técnicas y trucos básicos para reparar la gran mayoría y los problemas más habituales que suelen arruinar unos zapatos perfectos.
Tacón pelado
Los zapatos de tacón forrado son muy elegantes, un clásico que nunca pasa de moda y con el que estás acertado en cualquier evento. Sin embargo, el gran problema de estos tacones es que son sumamente delicados y tarde o temprano sufren algún roce o corte que hace que la piel se desprenda del tacón dejando unos antiestéticos huecos.
Si tienes zapato de tacón forrado, se cuidadosa y revisa siempre cuando te los quites el estado en el que se encuentran; prevenir y actuar antes de que sea demasiado tarde es fundamental:
- Si encuentras trozos de forro levantado, estira y pega de nuevo para que el problema no crezca.
- Cuando el hueco sin forro ya es demasiado grande, una buena idea es pintar el tacón directamente con el color adecuado, usando tinte, crema o incluso, rotulador permanente si es necesario.
El tacón no está firme
Si al andar con tus zapatos notas que el tacón se mueve más de lo normal, revísalo lo antes posible o será demasiado tarde y puede ser incluso peligroso que el tacón se desprenda o rompa cuando estás andando.
- Mueve el tacón con tu mano e intenta volver a fijarlo, con pegamento de contacto adecuado para el material del que este hecho el tacón puede ser suficiente para reforzar su estabilidad, utiliza un pincel para aplicarlo con precisión.
- Si no se soluciona, lo mejor es que acudas a un zapatero profesional que podrá repararlo, antes de que se rompa del todo.
Rozaduras oscuras en talones, tacones y laterales
Los zapatos de colores claros son muy bonitos. Sin embargo, es habitual que se rocen y ensucien muy pronto. No te preocupes y hazte con una goma de borrar.
Con ella frota sobre las zonas del zapato marcadas en negro u oscurecidas por el uso, no tengas miedo a borrar con fuerza y veras como la suciedad y las marcas van desapareciendo. Es una forma de reparar daños que funciona muy bien sobre zapatos de piel natural y de ante, por ejemplo.
Zapatos de charol pelados o similar
El charol es un material que genera muchas dudas sobre mantenimiento y reparación. Lo cierto es que suele rayarse con cierta facilidad y pierde fácilmente su brillo característico.
La vaselina, el limpiacristales y la leche son tres remedios recomendados para reparar, limpiar y dejar como nuevos tus zapatos de charol y materiales semejantes:
- Es importante que apliques con un paño sobre el zapato e insistas en las zonas dañadas, luego seca con otro y abrillanta con intensidad, frotando con un tercer paño seco.
- Para eliminar marcas y rayones, también puedes recurrir a una goma de borrar, cuyos residuos eliminarás luego con un paño limpio mojado en alcohol.
- En última instancia y si eres habilidoso, puedes hacerte con pintura especial de zapatos y aplicarla con cuidado en las zonas más desgastadas.
Laca de uñas en tacones finos
El esmalte de uñas es perfecto para reparar altos y finos tacones de aguja que es fácil que se rasguen, pelen o arañen. Lo mejor es usar laca transparente para todos los colores, aunque si además de pegar necesitas cubrir con color tendrás que elegir esmalte más semejante al del zapato.
Con el pintauñas y su fino pincel puedes reparar pequeños agujeros o rayas que se hayan estropeado tanto de la zona del tacón como de otras partes del zapato:
- Antes de aplicar limpia cuidadosamente la zona y seca.
- Luego, aplica la laca de uñas y deja secar.
- Si es necesario pon otra capa para proteger aún más la zona, además de reparar el daño.
Pasta de dientes en calzado textil
El dentífrico es un buen recurso casero para el calzado de tela.
- Puedes aplicar pasta de dientes directamente sobre las zonas a limpiar o tratar y frotar con un cepillo hasta que la mancha o el daño desaparezca de la tela.
- Luego, limpia al completo con un trapo húmedo y deja secar.
Las zapatillas con suela de esparto o similares suelen estar hechas de tela, pero la suela no admite lavados a máquina ni con un exceso de agua. Para este tipo de calzado el recurso de la limpieza en seco con pasta de dientes es ideal, práctico, sencillo y económico.
Los zapatos son un complemento expuesto a desgaste, suciedad, inclemencias del tiempo y del suelo, pero hay bastantes trucos para alargarles la vida útil. Para que siempre luzcan limpios, pulidos y en perfecto estado solo necesitas prestarles un poco de atención. Las reparaciones básicas para zapatos te permiten ahorrar dinero y lucir siempre calzado como nuevo, aunque no sea de estreno.
Mientras que la reparación de un par de zapatos puede estar muy a tu alcance con remedios y productos caseros, hay ocasiones en las que es necesario ponerse en manos de un especialista. Como ocurre con los problemas de la casa, para lo que cuentas con el Seguro de Hogar MAPFRE para que los profesionales se encarguen de solucionar la situación con todas las garantías