Trucos para limpiar tu cocina a fondo
Avada
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Los años de experiencia de MAPFRE en el sector nos avalan como fuente de información veraz y práctica, ayudándote en tus tareas diarias.
A pesar de que la cocina es una de las zonas de la casa que se friegan más a menudo, no está de más ponerla patas arriba al menos una vez al año (lo ideal es cada mes) para limpiar cada pequeño resquicio o recoveco con la mayor de las atenciones.
Y es que nuestra vida, llena de obligaciones y en la que las manecillas de reloj dictan las normas, nos impide mantener la higiene total de esta estancia que, al mismo tiempo, es una de las más usadas y la que mayor suciedad acumula.
El humo y la grasa que se desprenden de la actividad de cocinar se cuelan por todos los huecos y se acumulan en las superficies formando una capa densa que hay que quitar. Pero para no dedicar jornadas enteras a esta tarea, te damos una serie de trucos para que limpiar la cocina a fondo sea pan comido.
La limpieza la cocina parte por parte
Antes de comenzar, debemos seleccionar los productos de limpieza que vamos a usar y tenerlos a mano. Necesitas guantes, un estropajo, una bayeta, un barreño, lejía y un jabón desengrasante. Si prefieres usar productos naturales, sustituye la lejía por vinagre y bicarbonato sódico mezclados con agua.
Después, limpiaremos según el orden que fijamos a continuación, pues así evitamos manchar aquello que ya hemos terminado.
Los azulejos
Los azulejos son uno de los puntos en los que más grasa y suciedad se acumula, por lo que conviene limpiarlos casi a diario. Pero si eres de los que no dispone de tiempo, tendrás que sacar ahora toda la artillería para acabar con el cúmulo de suciedad y las manchas.
Lo más cómodo es usar productos desengrasantes. Además, en el mercado encontrarás opciones que no requieren enjuagado con agua.
- Si no, en un barreño con agua caliente añade un chorro de lavavajillas o un vaso de vinagre, que además de ser un desengrasante natural, posee propiedades desinfectantes.
- Moja un estropajo en la solución, escúrrelo, y frota todos los azulejos, de arriba abajo.
- Después pasa la bayeta humedecida para quitar los restos.
- Por último, seca con un trapo limpio y seco dando pequeños golpecitos.
Los armarios
Sigue con los armarios, tanto por dentro como por fuera, empezando por los de arriba y terminando por los de abajo.
- Vacía todos los estantes y supervisa uno a uno los productos para desechar aquellos que han caducado o que están en mal estado.
- Revisa si los cierres de las bolsas y cajas cumplen su función, y si no, séllalos con pinzas o mete el contenido en tuppers. Se trata de que ningún alimento esté a la intemperie, ya que esto atrae insectos y desprende olores no deseados.
- A continuación, se retiran las baldas y se limpia el fondo del armario con un estropajo y lejía para después enjuagarlo con una bayeta húmeda. Procura que no desprenda mucha agua para que la madera no se abombe. Se hace lo mismo con las baldas y, cuando esté todo seco, se instala cada cosa en su sitio.
- Por último, se colocan todos los productos con orden. Por último, se limpian los armarios por fuera, secándolos con papel de cocina para que queden brillantes.
Los electrodomésticos
- Con la nevera, el procedimiento es el mismo que con los muebles: saca las bandejas y estantes y pasa un trapo mojado en vinagre por las paredes interiores. En el fregadero, lava con agua y jabón los estantes y las cestas. Cuando estén secas, vuélvelas a colocar.
- Para el horno, haz una mezcla de bicarbonato de sodio y agua y déjalo actuar durante la noche. Al día siguiente, solo hay que rociar un spray con vinagre y agua y retirar la suciedad con un paño húmedo.
- En la vitrocerámica, espolvorea bicarbonato de sodio y después rasca los restos con la raqueta. A continuación, rocía el spray que usaste en el horno, limpia con una bayeta húmeda y seca la superficie con un papel de cocina.
- Cambia el filtro de la campana extractora y limpia con un antigrasa toda la superficie.
- Pon en la lavadora una mezcla de bicarbonato y vinagre y activa el lavado corto. Cuando termine, deja la puerta abierta para que el vapor se elimine por completo y no quede con ese característico olor a humedad.
El fregadero
- Deja la pila del fregadero para lo último, pues lo necesitarás para cambiar el agua del barreño de vez en cuando.
- Si es de acero inoxidable, ten en cuenta que aunque este material es muy resistente, tiene una película de cromo que se puede dañar si no se brindan los cuidados necesarios o si acumula suciedad en exceso. Por eso, es recomendable limpiarlo a fondo todos los días.
- Con el fregadero seco espolvorea dos cucharadas de bicarbonato de sodio y frótalo con una bayeta húmeda. Añade vinagre. Verás cómo éste reacciona formando espuma al entrar en contacto con el bicarbonato. Déjalo actuar durante diez minutos y después enjuaga con agua tibia. No uses nunca lejía, productos químicos o estropajos duros que puedan dañar la pila. Para las ranuras, utiliza un cepillo de dientes viejo.
- Para eliminar el mal olor de las tuberías, vierte un vaso de vinagre en medio litro de agua hirviendo y llévalo de nuevo a ebullición. Mientras, echa medio vaso de bicarbonato de sodio en el interior de la tubería y, a continuación, vierte la mezcla de agua y vinagre del fuego. Pon el tapón y deja que actúe durante toda la noche.
El suelo
Retira los zócalos de los muebles y aspira todo el suelo. Después friégalo por completo con un producto desengrasante y vuelve a colocar los zócalos.
Cada cuándo limpiar la cocina
Si tu actividad diaria te lo permite, lo más recomendable es desempeñar esta tarea una vez al mes, pues así evitarás que se acumule suciedad en exceso y que se formen manchas amarillentas en azulejos y muebles. Además, te permitirá poner la cocina en orden, lo que hará que tus listas de la compra sean más concretas y efectivas, así como revisar el estado general de la cocina.
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