En primer lugar, nos interesa saber qué es un extintor. Básicamente, un extintor es un aparato portátil que se utiliza en la erradicación de incendios en su etapa inicial, en la cual puede ser dominado y apagado en un breve intervalo de tiempo. Nunca deben utilizarse para fuegos grandes en los que deben utilizarse medios profesionales, pero son muy útiles cuando se trata de pequeños fuegos.
Físicamente, consiste en un recipiente metálico –bombona o cilindro de acero– que contiene un agente extintor de incendios a presión, de modo que al abrir una válvula el agente sale por una boquilla situada en el extremo de una manguera. Existen distintas clasificaciones, según el tipo de fuego, del agente extintor, del tamaño, etc.
Un extintor para cada tipo de combustible
Según el tipo de combustible que originó el fuego se clasifican con las letras A, B, C y D, que figuran claramente en la etiqueta que lleva cada extintor.
- Clase A: fuegos con combustibles sólidos (madera, cartón, plástico, etc.)
- Clase B: fuegos donde el combustible es líquido (aceite, gasolina o pintura)
- Clase C: fuegos donde el combustible son gases (butano, propano o gas ciudad)
- Clase D: el combustible es un metal (aluminio en polvo, sodio, potasio, magnesio, titanio…)
Prácticamente, solo vamos a encontrarnos con extintores de las tres primeras clases, que sirven para apagar fuegos de sólidos, líquidos y de gas. Los de clase D son muy poco frecuentes y será raro que nos topemos con ellos.
Clases de agentes extintores
Hay que hacer notar, en este aspecto, que resulta muy importante seguir las normas de uso de los extintores a la hora de utilizar uno u otro, ya que un mal uso o una incorrecta elección de los mismos, puede generar un peligro aún mayor. Los dos tipos de extintores más utilizados son los extintores de polvo y los de CO2.
Según el agente extintor que utilizan, son:
- De agua se utilizan para apagar fuegos de clase A. El agua es un agente limpio: no es tóxico, no produce problemas respiratorios y no deja residuos posteriores a la extinción. No deben utilizarse donde haya electricidad, ni donde el fuego sea debido a la combustión de gasolina o aceite, ya que, en este caso, el fuego, en lugar de extinguirse, se expandiría más al flotar en el agua, la gasolina o el aceite por su baja densidad.
- Los de agua pulverizada son ideales para apagar fuegos de tipo A y apropiados para fuegos de tipo B. No deben usarse nunca en presencia de corriente eléctrica por riesgo de electrocución.
- Los de espuma son ideales para fuegos de tipo A y B. Al igual que el anterior es peligroso en presencia de electricidad. Actualmente son de uso seguro ya que no contaminan el medio ambiente, y su contenido no daña a las personas ni a la fauna del lugar.
- Los de polvo son los de tipo más común y usado en cualquier edificio. Está indicado para fuegos de tipo A, B y C ya que al ser de polvo se evita el riesgo eléctrico. Hay que tener en cuenta que este tipo de extintores debe agitarse antes de su utilización, para que se genere la presión en su interior.
- Los de dióxido de carbono (CO2), también conocidos como Nieve Carbónica o Anhídrido Carbónico, son los más comunes y los mejores. El CO2 es un gas y por tanto no conduce la electricidad. Este tipo de extintores son aptos para fuegos de tipo A, B y C. Suelen ser usados donde existen elementos en los que otro tipo de extintor puede causar más daño que el propio fuego al destruir equipos o maquinaria muy valiosa, porque el gas no los daña como ocurre con el agua, la espuma, etc. Hay que tener la precaución de no contactar con el gas por peligro de quemaduras en la piel.
Tipos de extintores por tamaño
Por su tamaño los extintores se dividen en portátiles y móviles.
Extintores portátiles se subdividen a su vez entre los extintores portátiles manuales (hasta 20 kg), y a los extintores portátiles dorsales (hasta 30 kg). De más de 30 kg se consideran móviles y deben llevar ruedas para su desplazamiento.
Los extintores de CO2 suelen ser de 2 y de 5 kilos, mientras que los de espuma que se utilizan en la actualidad son de 6 kilos. El problema de los extintores portátiles es que el agente se agota rápidamente, por lo que su utilización debe hacerse aprovechándolo al máximo. Su tiempo en descarga continua es de 18 a 20 segundos.
¿Cómo se utiliza un extintor?
Entre las normas de uso de extintores portátiles más básicas, debemos tener en cuenta, en primer lugar, las características del aparato, las normas para su correcta utilización y las precauciones a tomar, que figuran en la etiqueta de cada uno de ellos. No obstante, teniendo en cuenta la tensión del momento, sería aconsejable tener un mínimo de conocimiento previo sobre el fuego y el funcionamiento práctico de los aparatos extintores.
Dentro de las precauciones generales se debe tener en cuenta la posible toxicidad del agente extintor o de los productos que genera en contacto con el fuego. Pero también, hay que considerar otros aspectos como la posibilidad de quemaduras y daños en la piel por demasiada proximidad al fuego o por reacciones químicas peligrosas; descargas eléctricas o proyecciones inesperadas de fluidos emergentes del extintor a través de su válvula de seguridad. Asimismo, hay que considerar la posibilidad de que se activen mecanismos de accionamiento en malas condiciones de uso.
En cuanto a la utilización práctica, debemos seguir estos pasos:
- Descolgar el extintor cogiéndola por la maneta o asa fija que disponga y dejarlo sobre el suelo en posición vertical.
- En caso de que el extintor posea manguera cogerla por la boquilla para evitar la salida incontrolada del agente extintor. En caso de que el extintor fuese de CO2 llevar cuidado especial de coger la boquilla por la parte aislada destinada para ello y no dirigirla hacia las personas.
- Comprobar en caso de que exista válvula o disco de seguridad que están en posición sin peligro de proyección de fluido hacia el usuario.
- Quitar el pasador de seguridad tirando de su anilla.
- Acercarse al fuego dejando como mínimo un metro de distancia hasta él. En caso de espacios abiertos acercarse en la dirección del viento. Lo recomendable en cuanto a distancias para uso de extintores de polvo ABC y según el tipo de boquilla del mismo, si es de boquilla plana atacar el fuego a 3 metros de distancia y si es necesario acercarse poco a poco; si es de boquilla redonda, 4 metros de distancia puede ser adecuado. En el uso de los extintores de CO2 la distancia adecuada al fuego es de 1 metro.
- Apretar la maneta y, en caso de que exista, apretar la palanca de accionamiento de la boquilla.
- Dirigir el chorro a la base de las llamas.
- En el caso de incendios de líquidos proyectar superficialmente el agente extintor efectuando un barrido horizontal y evitando que la propia presión de impulsión pueda provocar el derrame incontrolado del producto en combustión. Avanzar gradualmente desde los extremos.
- En el caso de incendios de sólidos, una vez apagadas las llamas, es conveniente romper y espaciar las brasas con algún instrumento o con los pies, volviéndolas a rociar con el agente extintor, de modo que queden bien cubiertas.
- A ser posible, no actuar nunca solo y avisar de que se está realizando la extinción.
- Nunca permitir que el fuego se interponga entre el actuante y la vía de evacuación. Controlar siempre la situación de la puerta de salida del local siniestrado detrás del actuante.
- Retirar el material combustible de la proximidad del fuego que pueda alimentarlo. Si es posible, desconectar los sistemas eléctricos de las zonas implicadas en el siniestro en el cuadro eléctrico.
- No ponerse nunca en peligro. En caso de duda, no actuar y avisar a los servicios de emergencia.
En cualquier caso, es importante contar con la cobertura de incendios del Seguro de Hogar MAPFRE para que, ante una situación de peligro como esta, contemos con todas las garantías.