Tanto si eres autónomo, como si tu empresa permite el trabajo desde casa, necesitas crear tu pequeño espacio de trabajo en casa. Un lugar donde puedas evadirte del ruido o donde puedas estar aislado sin interferencias de la familia. Pero, sobre todo, un rincón que te inspire y en el que te sientas a gusto para desempeñar tu tarea con la mejor energía.
Olvídate de colocar tu ordenador portátil en la mesa de la cocina o de deambular por la casa en busca de un poco de tranquilidad. Te contamos los pasos que debes seguir para crear tu propia oficina en el hogar, por pequeño que sea.
Claves para crear tu espacio de trabajo en casa
Crear un espacio de trabajo en casa es una tarea que no se debe tomar tan a la ligera. Al fin y al cabo, pasarás allí la mayor parte del día, y su diseño debe aportarte todo lo que necesitas para desempeñar tu trabajo con la mayor productividad, aislándote del ruido, las distracciones y, sobre todo, de otros miembros de la familia. Para conseguir tu objetivo, toma nota de estos consejos:
Busca la mejor ubicación
Lo ideal es disponer de una habitación que no tenga más usos que el de oficina, pero no todos tienen esa posibilidad, por lo que habrá que decidirse por una de las estancias que ya se usan: ¿La cocina? ¿el salón? ¿el dormitorio? Analiza los pros y los contras de cada una de ellas teniendo en cuenta lo siguiente:
- Busca una estancia de tamaño medio.
- Procura que no sea un espacio excesivamente decorado.
- No debe ser una zona de paso ni que congregue a la familia durante la mayor parte del día.
- Es aconsejable que tenga buena iluminación natural.
Trabaja con lo mejor
Cuando se trabaja desde casa, es bueno invertir en la mejor tecnología, con un ordenador potente y en una buena conexión a Internet. Lógicamente, no tendrás los mismos medios que en una oficina, pero hay que intentar adaptarse lo máximo posible. No hay nada peor que estar solo y que de repente el ordenador se pare o el router deje de funcionar.
Además, así no perderás el tiempo con una conexión lenta o un ordenador que vaya a pedales y te haga perder la paciencia y los papeles.
Tampoco escatimes en la silla. Opta por una cómoda y funcional. Al final del día, agradecerás haber elegido en función de sus prestaciones y no de tu bolsillo.
Organiza el espacio y el ordenador
Mantén la mesa siempre ordenada y limítate a tener los objetos que realmente vas a usar. Los adornos y accesorios irrelevantes solo contribuyen a generar más distracciones.
De la misma manera, organiza tu ordenador de forma eficiente, con calendarios, accesos directos, etc., para agilizar el trabajo.
Si dispones de una pared amplia y vacía no lo dudes, úsala. Sea cual sea tu profesión, te será de gran utilidad colocar, por ejemplo, un tablero de corcho para plasmar ahí tus ideas o notas de aviso.
Mucha luz natural
La luz natural te dará toda la energía necesaria, además de mantener en orden tu reloj interno. Pasar horas y horas en una habitación en la que solo hay iluminación artificial terminará pasándote factura, no solo en tu productividad, sino también en tu estado de ánimo.
Eso sí, evita esas estancias con grandes ventanales en las que las vistas pueden hacerte perder una gran cantidad de tiempo. En cualquier caso, siempre puedes colocar la mesa en el ángulo opuesto a la ventana para evitar distracciones.
Además, debes prever un buen sistema de ventilación.
La importancia de las rutinas
Lo más complicado de trabajar desde casa es que, al fin y al cabo, la jornada laboral se puede repartir en 24 horas del día. Eso está muy bien si, por ejemplo, te encargas de llevar y recoger a los niños del cole, pero en general, puede terminar en un desorden de horarios y que tengas que hacer tu trabajo al caer el sol.
Para evitarlo, acostúmbrate a las rutinas: levántate siempre a la misma hora, dúchate, desayuna, etc. Empieza a trabajar según lo planificado y, mientras estés en plena faena, no uses el ordenador para nada más que no sea el trabajo. Organiza también tus ratos para el descanso e, incluso, planifica el tipo de tentempiés que vas a tomar para evitar comer más de lo necesario.
Nada de tareas del hogar
Al estar en casa, puedes sentirte tentado a realizar las tareas del hogar, tales como planchar, cocinar o limpiar. Si desde una oficina no piensas en las cosas que hay que hacer en el hogar, en tu horario de trabajo en casa tampoco debes hacerlo.