Teniendo en cuenta que los propietarios de un edificio tienen sus obligaciones particulares, gestionar una comunidad de vecinos de forma adecuada suele resultar una misión imposible en ciertas ocasiones. Para resolver este problema de una forma eficaz, cada vez es más habitual contratar los servicios de un administrador de fincas que asuma esta tarea por completo.
No obstante, si se opta por realizar todas las gestiones que implica un bloque de edificios de manera interna, es importante poner en práctica una serie de consejos para agilizar el trabajo. La clave radica en llevar todos los asuntos al día, así como potenciar la comunicación y participación de los vecinos.
Constitución de la comunidad
El primer paso para gestionar una comunidad de vecinos correctamente es constituir de forma legal la misma. Una vez que está registrada, es preciso organizar una reunión con todos los propietarios para definir un reglamento de actuación que recoja los derechos y obligaciones de cada persona.
Además, es recomendable que los cargos de gobierno no recaigan sobre un único individuo. En su lugar, es preferible que varios vecinos asuman esta responsabilidad para garantizar un mayor apoyo y pluralidad de opiniones. También es conveniente que esta función vaya rotando cada cierto tiempo con el objetivo de aumentar la implicación de todos.
Llevar las cuentas al día
Para evitar posibles conflictos entre vecinos es fundamental tener todas las cuentas al día y ofrecer una total transparencia de los números. Esto significa que cualquier propietario puede acceder a la información contable para consultar lo que considere necesario.
Del mismo modo, es importante que los documentos relacionados con la comunidad estén perfectamente organizados para ahorrar tiempo y dinero en las gestiones. También se debe colocar un tablón de anuncios en una zona común para que todos los propietarios estén al tanto de las noticias que afectan al edificio, fechas de las juntas, actas de las reuniones, teléfonos de interés, etc.
Organizar reuniones periódicas
Gestionar una comunidad de vecinos adecuadamente implica organizar reuniones de forma periódica. De este modo, se consigue implicar a todos los propietarios y hacer un seguimiento más exhaustivo de las decisiones que se deben tomar. Además de las juntas ordinarias que se convocan al menos una vez al año, es necesario celebrar otras extraordinarias en fechas diferentes para tratar cualquier tema de interés.
Utilizar aplicaciones específicas
Las nuevas tecnologías también han alcanzado el ámbito de las comunidades de vecinos, por lo que es interesante aprovechar esta oportunidad para agilizar las gestiones. En la actualidad, existen diferentes opciones, tanto en versión escritorio como móvil, que permiten organizar toda la información que se genera en un bloque de viviendas de una manera rápida y sencilla.
Además, este tipo de desarrollos ofrece la posibilidad de que todos los propietarios puedan acceder a los documentos con total transparencia. Otras funcionalidades son voto online, gestión de la domiciliación de los recibos, reserva de zonas comunes, así como publicación de los estatutos, las actas y las cuentas.
Aunque suelen existir problemas comunes en todas las comunidades, cada una debe adoptar las medidas que mejor funcionen para llevar una buena gestión. No obstante, en todos los casos es recomendable contar con un Seguro de Comunidades de Propietarios MAPFRE para hacer frente a los problemas y responsabilidades que surjan.