Cuando se quiere acceder a una nueva vivienda se puede optar por la compra de un inmueble ya construido o por crear la casa con la que siempre has soñado desde cero. Para conseguirlo, es necesario que dispongas de un terreno urbanizable y cuentes con todas las licencias y permisos municipales, así como de los planos de la misma para proceder a su construcción. Pero, además, necesitarás dinero para llevar a cabo este proyecto.

Para ayudarte a conseguirlo existen las hipotecas autopromotor. Te contamos en qué consisten.

Qué son las hipotecas autopromotor

Cuando queremos comprar una vivienda, debemos disponer de dinero para hacerlo. En la mayoría de los casos, y debido a los precios de los inmuebles, será necesario pedir una hipoteca. En el caso de la compra de una nueva casa ya construida, conseguir negociarla en buenas condiciones será bastante sencillo, pero cuando queremos construirla desde cero, el procedimiento se complica un poco más.

Las hipotecas autopromotor aparecen para cubrir esta necesidad de las personas que quieren convertirse en constructores de su propia casa. El funcionamiento de estos préstamos es parecido al de las hipotecas convencionales, pero presentan varias diferencias con respecto a estas. La principal es que el capital irá aumentando a medida que la vivienda vaya avanzando en su fase de construcción.

Como en el caso de las hipotecas, será necesario contar con bienes que avalen el préstamo. En este caso, será necesario que el terreno sobre el que vamos a construir la nueva casa se posea en propiedad.

Una vez presentada esta documentación al banco, el propietario podrá obtener el dinero que irá recibiendo según vaya avanzando el proyecto. Por lo tanto, el banco pone a disposición del propietario una cantidad inicial de dinero, el resto se irá recibiendo según el plazo estipulado por ambos a medida que la obra se vaya ejecutando.

Debes tener en cuenta que la financiación por parte de la entidad bancaria para este tipo de proyectos es similar a la de las hipotecas convencionales, es decir, se sitúan en torno al 80 por ciento del inmueble.

La hipoteca autopromotor, permite adaptar las condiciones a cada persona, ya que no todos los casos son iguales. En ellas entran en juego los distintos perfiles del contratante y el tipo de construcción que se vaya a realizar.

Documentación

Para poder obtener una hipoteca de este tipo será necesario que se aporte una documentación específica que acredite la construcción de la vivienda. Será necesario, por tanto, que se realice una tasación de la obra y que se demuestre que estas se están llevando a cabo.

Esto último deberá ser indicado por el arquitecto al que se le haya encargado la vivienda.

Particularidades de las hipotecas autopromotor

Fuente: https://cutt.ly/Csb8fr4

Las hipotecas autopromotor, aunque tienen como objeto la adquisición de una vivienda, cuentan con una serie de particularidades que las hace diferentes a los préstamos tradicionales. Para poder acceder a una de ellas, será necesario que el interesado cumpla una serie de requisitos con respecto al inmueble:

  • La vivienda debe contar con cimientos. Es decir, no puede usarse para adquirir una vivienda que pueda transportarse de un lugar a otro, esta debe estar anclada en el terreno.
  • El proyecto de vivienda debe realizarse sobre un terreno urbanizable. Este debe estar en propiedad del interesado.
  • Los planos deben estar aprobados por el Colegio de Arquitectos.
  • Será necesario realizar un presupuesto en el que se muestren los gastos derivados del proyecto. Es conveniente que, antes de presentar la documentación, pidas soluciones a distintas constructoras para conseguir los mejores precios. Es importante, en este punto, conocer el precio de la vivienda en la zona en la que vas a construir para realizar una prospección realista.
  • Se debe inscribir en el Registro de la Propiedad como vivienda.
  • Contar con licencia municipal por parte del ayuntamiento en el que está ubicado el terreno.
  • Disponer de un certificado energético de la vivienda. Esta debe adaptarse a la normativa europea.

¿Cuándo se percibe el dinero?

Como hemos señalado, el dinero se irá percibiendo poco a poco. La mayoría de estas hipotecas cuentan con una disposición inicial para comenzar con las obras que se irá completando hasta alcanzar el importe adecuado en distintos pagos o mensualidades, según hayan fijado el banco y el interesado.

Cuando la obra haya finalizado, el contratante deberá comenzar a abonar la deuda contraída por el banco. Por lo general, este tipo de préstamos cuentan con el llamado periodo de carencia mediante el cual, lo primero que se deberá abonar son los intereses contraídos con la entidad emisora.

Esto ayuda a que el interesado no deba hacer frente a pagos muy elevados. Este periodo tiene una duración aproximada de unos dos años, que suelen coincidir con el tiempo en el que se ha ejecutado la obra.

A partir de ahí, comenzará a amortizarse el resto de capital prestado. Este, como en el caso de las hipotecas convencionales se fijará en mensualidades y en un periodo de tiempo pactado y firmado en las condiciones de la misma.

Las hipotecas autopromotor son ideales para aquellas personas que quieren encargarse personalmente del proyecto de su vivienda, por ello, las condiciones no son las mismas que las de un préstamo convencional.

Debido a que las necesidades son distintas, es importante revisar correctamente las condiciones de la nueva hipoteca y asegurarse de que esta se adapta a tus preferencias. Una vez conseguido el préstamo y construida la vivienda, tan solo queda disfrutar de ella con la máxima tranquilidad, algo que conseguirás gracias al Seguro de Hogar MAPFRE. Conoce todo lo que puede ofrecerte.