La inspección técnica del edificio o más comúnmente conocida por sus siglas ITE, consiste principalmente en comprobar el estado de salud de la edificación. Constatando que técnicamente el edificio se encuentra en buenas condiciones, o al menos dentro de los parámetros de seguridad que establece la ley.
No solo se trata de un tema lógico de verificar que nuestro edificio no se vaya a venir abajo, sino asegurar sus condiciones de habitabilidad, seguridad y eficiencia energética.
A final de cuentas es una inspección general del estado de nuestro parque inmobiliario, muy similar a la ITV en los coches, algo que tenemos muy interiorizado en el mundo automovilístico, pero se ve como algo extraño en la construcción.
¿Cuándo un edificio necesita pasar la inspección técnica?
La periodicidad a la que se encuentra sujeta la inspección técnica de las construcciones está estipulada por la ley. Este marco legal recogido en el Real Decreto Ley 8/2011 de 1 de julio, define la necesidad de pasar la ITE de las edificaciones residenciales de más de 50 años de antigüedad y que se encuentren en un municipio de más de 25.000 habitantes.
Esta normativa es de ámbito nacional y simplemente define unas bases comunes para todo el territorio español. Será labor de cada comunidad autónoma definir a mayor nivel estas demandas. Las comunidades pueden modificar tanto los plazos como algunos requisitos para pasar las ITE.
Una vez superada con éxito la inspección, esta suele tener una validez de 10 años, a partir de ahí, habría que continuar haciendo inspecciones periódicas. De esta manera, se pretende asegurar las buenas condiciones de las construcciones en los núcleos urbanos consolidados a largo plazo.
¿Qué elementos son revisados durante las inspecciones?
La finalidad de estas inspecciones es asegurar el buen estado general de las construcciones. Por ese motivo, los técnicos realizan una inspección visual de toda la edificación, comprobando que a simple vista no exista ningún riesgo estructural importante, exceptuando vicios ocultos imposibles de detectar.
Otro punto importante se centra en la habitabilidad, es decir, las condiciones de salubridad, ventilación, protección contra incendios y accesibilidad. Estos puntos siempre son delicados, puesto que la gran mayoría de edificaciones de más de 50 años no reúnen las condiciones que hoy son exigidas en el actual Código Técnico de la Edificación (CTE). Si no les eran de aplicación en el momento de su construcción, no tendrían por qué ser exigibles hoy en día. Salvo algunas excepciones concretas que sean de obligado cumplimiento por razones de interés social, como podrían ser la adaptación de accesibilidad de los portales de edificios plurifamiliares, incluyendo rampas o pequeños elevadores si fuesen necesarios.
Por último, todos los elementos constructivos también serán objeto de inspección, nos referimos al estado de los forjados, de las fachadas o de las cubiertas; siempre asegurando su estanqueidad frente al agua de lluvia.
¿Cuáles son los técnicos competentes?
Las inspecciones técnicas de los edificios son, generalmente, tarea de los arquitectos, sin embargo, también existen otros técnicos competentes como podrían ser los arquitectos técnicos o algunos ingenieros.
Estos técnicos no necesitan tener ningún tipo de titulación especial más allá de su licenciatura o grado que hayan tenido que cursar para acreditarse como tales. Eso sí, deberán estar colegiados en su respectivo Colegio Profesional de cada ciudad.
Hoy en día no existe ninguna regulación en cuanto a los honorarios de estos técnicos, y serán libres de ofertar el precio que consideren oportuno por su trabajo. Esto es una gran diferencia respecto otro tipo de inspecciones técnicas, como la de los vehículos, que sí que gozan de una estricta regulación en este punto.
Una vez que el técnico ha visitado la edificación, emite un informe donde se recoge el estado de la construcción en el momento de su visita. Catalogándolo en varios niveles según sus deficiencias y pudiendo recomendar las actuaciones que considere oportunas para reparar aquellos puntos que considere necesarios para pasar correctamente la inspección.
A pesar de todas las inspecciones obligatorias que son necesarias en un edificio residencial, es importante que cada vivienda cuente con su propio Seguro de Hogar MAPFRE para asegurar la tranquilidad de todos y cada uno de los inquilinos.