Tipos de vivienda según tu forma de vida
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La forma o estilo de vida es la manera en que una persona desarrolla su existencia, es decir, el conjunto de actitudes y comportamientos que adopta para satisfacer sus necesidades y alcanzar su pleno desarrollo. Es una opción personal e incluye, no solo la forma de las relaciones personales, del consumo, de la vivienda, de la forma de vestir, del trabajo, etc.; sino que, además, es un reflejo de las actitudes, creencias, valores o visión del mundo de un individuo.
La manera de vivir que queramos llevar influirá decisivamente en la elección de la vivienda en la que deseamos pasar nuestros días. Factores como la existencia de transporte público, zonas verdes, la cercanía de comercios o de centros educativos, etc., tendrán una influencia decisiva según nuestra particular idiosincrasia.
Según los últimos estudios, los españoles prefieren viviendas dotadas de más comodidades, con posibilidad de mejor acceso al ocio y disfrute de la vida personal y familiar, con elementos de última generación: ser inteligente, segura y útil, pero sin perder el encanto. Una ubicación estratégica para mejorar la calidad de vida, ahorrando tiempo y costes en los desplazamientos, y la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, se han vuelto también fundamentales.
Pero la adquisición de una vivienda está muy condicionada por la situación económica del comprador. Una cosa es lo que se desea y otra lo que se puede conseguir. No obstante, se dan unas determinadas preferencias a la hora de elegir una vivienda que dependen en gran medida del estilo de vida o la forma de vivir de cada cual, como decíamos al principio.
¿Qué vivienda comprar?
Aquella que, dentro de tus gustos personales, te puedas permitir, para lo que necesitas evaluar muy bien las necesidades propias y saber con qué dinero cuentas, que son factores condicionantes a la hora de adquirirla.
Después vendrá elegir el tipo de vivienda: piso, chalet, ático, etc., teniendo en cuenta el número de miembros de la familia; la zona donde se ubica: centro urbano, afueras, incluso otro municipio cercano, etc.; la distancia al trabajo, a la familia, a centros comerciales, hospitales, colegios, etc.; el transporte o el acceso fácil a distintas vías de comunicación.
- Vivienda unifamiliar
Si lo que te gusta es la privacidad, la tranquilidad, el aislamiento, lo mejor es una vivienda unifamiliar.
Según la construcción –independiente, pareada o adosada– se podrán satisfacer en mayor o menor medida esas aspiraciones. Si te gusta la jardinería o cultivar tus propias hortalizas; si te gusta tener mascotas sin temor a que molesten; si eres partidario del «hágalo usted mismo» y necesitas espacio para trabajar y para tus herramientas; o si tienes una gran familia y demandas un espacio privado, con piscina y alguna instalación deportiva, para el disfrute de los niños, es la mejor opción.
Como son viviendas que suelen estar en las afueras de las ciudades, hay que prever el tiempo y los costos de los desplazamientos al trabajo, colegios, comercios, etc. y los gastos de funcionamiento y de mantenimiento de la vivienda y del jardín, que suelen ser altos.
- Piso en el centro
Si, por el contrario, te gusta el contacto directo con muchas personas, estar rodeado de establecimientos de ocio, bares, restaurantes, teatros, tiendas de todas clases, etc., no lo dudes: un piso en el centro de la ciudad es lo tuyo. En el centro de las ciudades los servicios y los medios de transporte públicos suelen tener buena cobertura, por lo que solo tendrás que preocuparte de elegir el tamaño del piso según tus necesidades.
- Urbanización
Actualmente, en las grandes ciudades las familias jóvenes prefieren vivir en urbanizaciones que cuenten con un espacio propio dotado de instalaciones deportivas (piscina, pistas de tenis o pádel, gimnasios, etc.) y de juegos infantiles para los niños, además de espacios para pasear o leer tranquilamente bajo un árbol. Estas urbanizaciones suelen ser recintos cerrados, dotados de vigilancia las veinticuatro horas, lo que proporciona seguridad y tranquilidad a los padres porque sus hijos pueden jugar al aire libre con otros niños sin estar expuestos a los peligros de los espacios públicos.
- Ático
Los que quieren tener todo en uno, es decir, disponer de un espacio privado al aire libre y vivir en el casco urbano, deben decantarse por un ático. Los áticos, como los chalés y los pisos, los hay de muchas clases. Algunos son de ensueño porque disponen de espacio interior amplio, buen aislamiento y están dotados de todos los adelantos modernos. Cuentan, además, con un espacio exterior en el que, incluso, pueden tener un pequeño jardín y hasta piscina propia.
Aunque también nos podemos encontrar con buhardillas en lo alto de un bloque, que padecen calor o frío si tienen un mal aislamiento, y el espacio al aire libre con el que cuentan no es más que una pequeña terraza. Eso sí, todos ellos suelen gozar de buenas vistas, porque para eso están en las alturas.
- Apartamento
Para las personas independientes, los solteros –ahora «singles»– que viven solos, lo clásico es el apartamento, que necesita poco mantenimiento y puede estar dotado de todos los avances modernos que lo harán muy confortable.
- Loft
Los que quieran estar a la última y disfrutar de una vida vanguardista y de alto nivel, pueden optar por hacerse con un loft, que son viviendas confortables y espaciosas.
En definitiva, cada tipo de vivienda tiene algo que ofrecer a sus inquilinos, y la cuestión del éxito radica en saber buscar y ser conscientes tanto de nuestros gustos, como de nuestras necesidades y limitaciones. Eso sí: elijas la modalidad que elijas, protege tu nueva vivienda con el Seguro de Hogar MAPFRE y disfruta de las mejores coberturas y servicios del mercado.
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