¿Cómo salvar el desnivel en el terreno de tu jardín?
Arquitecto, apasionado del diseño. Desarrolla su actividad profesional a través de su estudio med.arquitectos, del que es cofundador y arquitecto de proyectos. Compagina su actividad principal trabajando como escritor para el periódico Diario de Almería en la columna semanal "La Cuarta Pared", a la vez que colabora con MAPFRE redactando artículos técnicos, constructivos y de diseño.
Existen una infinidad de problemas que pueden interferir a la hora de diseñar y distribuir los espacios abiertos, como pueden ser los jardines o las zonas colindantes de una vivienda unifamilar. Uno de ellos, o el más importante sin duda, es el tema de los desniveles. Es muy importante considerar este punto a la hora de elegir un terreno para nuestra casa. A continuación veremos algunas sugerencias que nos puedan ayudar a organizar mejor estos espacios.
Podemos definir dos grandes maneras de actuar que, por supuesto, tendrán sus respectivas particularidades y variaciones. En primer lugar, la opción más brusca sería dejar el terreno lo más natural posible y por el contrario, la segunda consistirá en adaptarnos a las diferentes alturas.
Adaptarnos al terreno natural
Debemos tener en cuenta la posibilidad de dejar al natural el mayor espacio posible, y para ello, solo tenemos que tratar el terreno con la vegetación adecuada.
En todo caso, debemos intentar no dejar la tierra al natural, y si es así, compactarla lo máximo posible para evitar desprendimientos y corrientes de tierra tras un día de mucha lluvia.
La opción más resolutiva suele ser sembrar con césped todo el terreno o con algún tipo de vegetación horizontal que pueda cubrirlo todo de manera uniforme.
Sin duda esta es la opción más económica a priori, ya que no supone la necesidad de realizar obras ni contratar mano de obra especializada, a no ser que debido a la envergadura de la actuación o a la falta de tiempo, necesitemos alguna ayuda. Un paisajista o un jardinero serán los indicados para que nos asesoren acerca del tipo de vegetación que debemos usar y sobre todo de cómo debemos mantenerla una vez terminado nuestro jardín.
Esta solución es más oportuna en terrenos con poco desnivel o con pendientes poco pronunciadas.
Aterrazar el terreno
Seguramente se trate de la opción más utilizada, ya que nos permite seguir usando parte del terreno de manera horizontal. En cierta forma, seguimos adaptándonos a la topografía original del terreno ya que si tenemos una pendiente en bajada, las terrazas tendrán que ir también en bajada y viceversa.
Para dar forma a estas terrazas, tendremos que usar muros de contención que soporten los esfuerzos de la tierra y evitar así que se nos desprendan. Para ello existen multitud de opciones:
Muros de hormigón armado
Pese a ser una solución costosa a priori, es, sin lugar a duda, el elemento constructivo que mejor resiste los empujes del terreno. Sin embargo, debemos contratar un proyecto técnico que nos defina a la perfección los diámetros de las barras de acero, las dimensiones de la cimentación o el tipo de hormigón que tendremos que utilizar. Al igual que cualquier otro tipo de muro de contención, es fundamental resolver adecuadamente el drenaje del agua natural colocando ciertas aperturas en la parte inferior del muro.
Existen una gran variedad de acabados que podemos utilizar para los muros de hormigón que van a depender del material de encofrado que utilicemos siempre y cuando queramos dejar el hormigón visto. Si no es así, siempre se puede recubrir con cualquier material continuo o incluso con aplacados decorativos.
Muros de piedra natural
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Seguramente se trate de la opción de mayor sintonía con cualquier diseño paisajista. Las piedras naturales otorgan cierta presencia a los jardines y hacen posible su inmediata integración en el entorno natural.
Estos muros pueden ser construidos con mortero entre las juntas de las piedras o bien sin ningún tipo de material de agarre, los denominados muros de piedra seca. Igualmente, cada uno de ellos debe resolver la evacuación de agua de una manera u otra.
El coste de estos muros va a estar definido por el tipo de piedra que elijamos y de su tamaño. Así como de la mano de obra especializada.
También podemos optar por los muros de piedras en cajas metálicas apiladas, son los llamados muros de gaviones, que sin duda aportan un gran valor estético a cualquier jardín y pueden ser preparados y montados en fábrica antes de su colocación.
Contención de tierra con acero o madera
Si no queremos optar por un muro grueso, siempre podemos usar materiales alternativos como las planchas de acero corten, que, pese a su alto coste, es una solución muy elegante y funcional. Con ellas conseguiremos ahorrar espacio gracias a su delgado grosor.
Por otra parte, la contención de tierras a partir de troncos de madera es una solución muy utilizada en cualquier jardín, suele ser económica y estética, siempre y cuándo se elija la madera adecuada y el tamaño correcto.
Todas estas opciones son susceptibles de contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos aporte cierta tranquilidad a la hora de asegurar nuestra casa y nuestro jardín.
José Moreno Ferre
Arquitecto
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