Los rosales, arbustos espinosos muy populares por su flor, la rosa, cuentan con una amplia gama de variedades y colores. Desde el principio de la historia, esta planta ha cautivado a pueblos y culturas por la belleza de sus flores, adaptables a todo tipo de jardines. Hoy os contaremos qué factores tener en cuenta para que su plantación tenga éxito.
El tiempo ideal para plantar un rosal
A la hora de plantar rosales lo primero que tenemos que tener en cuenta ciertos factores es si queremos que crezcan en maceta o, por el contrario, en el suelo y al aire libre.
En el primer caso, se suele decir que los rosales cultivados en macetas se pueden plantar durante todo el año, siempre teniendo en cuenta que no haya heladas. Sin embargo, las recomendaciones de algunos expertos son más prudentes y aconsejan que para que enraicen bien y puedan empezar su crecimiento primaveral, lo mejor es hacerlo en de otoño o bien ya a finales de invierno y principios de primavera, cuando la temperatura diurna ya sea cálida y durante el día no baje de los 15ºC.
Si lo plantamos al aire libre, también podemos realizar la operación en otoño, dado que el suelo aún estará cálido y eso le ayudará a crecer mejor.
Tipos de rosal para elegir
Es inabarcable la variedad de rosas que podemos cultivar y gracias la atención preferente que han recibido en la jardinería podemos elegir entre las más de 30.000 que han sido seleccionadas a través de un largo y complejo proceso de hibridación. Por señalar solo algunas de las más vistosas y apreciadas, tenemos variades clásicas como los rosales borbonianos, gallicos, semprevirens o musgosos o alguna de las muchísimas modernas como los híbridos de te, floribundas o grandifloras.
Además,a hasta hace un par de siglos, los rosales florecían solo una vez al año, en primavera o verano, mientras que hoy existen variedades cultivadas que pueden florecer al final de cada estío o alargan su período de forma considerable.
Entre otras diferencias, y al margen de la forma de vegetar de cada variedad –ya sea en mata, en copa, o trepadores, por ejemplo- podemos identificar a los rosales por el tipo de flor, su disposición en la rama, así como por el tamaño o el diseño. Y, cómo no, por el aroma que desprenden.
Algunos expertos apuntan que la calidad de una rosa depende de la unión de dos plantas. Es por ello que casi todas las variedades de rosa se injertan sobre pies de rosales próximos a especies silvestres.
Algunos consejos para plantar rosales
Aunque hemos dedicado ya textos al cuidado de este arbusto maravilloso, conviene recordar que es conveniente que los rosales los plantemos en un lugar soleado, a la par que abrigado y aireado. No es sencillo, pero hay que tratar de buscar ese lugar.
En los macizos, deberemos plantar los rosales a una distancia entre ellos de 30 a 50 centímetros para ofrecer un aspecto más voluminoso.
En algunos pueblos de España se dice que es conveniente machacar el extremo del injerto que se enterrará para partirlo parcialmente en dos e introducir un grano de maíz en la abertura. Después, se ata con un cordel para que el grano se mantenga quieto y luego se planta. Parece que así se favorecerá la formación de raíces y dará como resultado un rosal precioso.
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